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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Garitano, preconciliar

El diputado general de Gipuzkoa irrita a todo el mundo por lo que dice y por cómo lo dice

Martín Garitano ha dado explicaciones sobre sus polémicas declaraciones en la Universitat Catalana d’Estiu de Prada de Conflent: le preguntaron si consideraba un error el atentado de Hipercor en Barcelona (junio de 1987, 21 muertos) y respondió que fue “más que un error”. Si eso fuera todo, no habría motivo para escandalizarse. Pero también dijo que la izquierda abertzale debe “un respeto especial” a las víctimas de ETA en Cataluña por el apoyo que había recibido de los catalanes. Algo que solo puede referirse a los 40.000 votos conseguidos por Herri Batasuna en esa comunidad en las elecciones europeas celebradas poco antes del atentado.

La irritación se debe también a que esa distinción de los atentados en función del lugar donde se cometan recuerda inevitablemente la actitud del exlíder de ERC Carod Rovira cuando, como reconoció él mismo en un artículo publicado en el diario Avui, pidió a ETA que, si quería atentar contra España, se abstuviera de hacerlo en Cataluña; entre otras razones, porque cada bomba de ETA en esa comunidad era “un torpedo contra la línea de flotación del independentismo catalán”.

Martín Garitano, convertido en portavoz de las posiciones más continuistas de la izquierda abertzale preconciliar, se ha especializado en irritar a los representantes de los demás partidos. “Es lo más malo que hay, lo peor de lo peor”, ha dicho de él Antonio Basagoiti, en referencia probable a lo que escribía cuando era redactor jefe del diario Egin. O quizás a su tendencia a ejercer el cargo de diputado general como si siguiera en ese medio. Especialmente cuando se refiere a las víctimas de ETA, de las que dice que aún no les ha llegado el momento del reconocimiento, en contraste con su acercamiento a los familiares de los presos causantes de esas víctimas.

No ha explicado qué falta para que llegue el tiempo de ese reconocimiento, pero los portavoces de Bildu que han salido en su defensa tras lo de Prada de Conflent han acusado a socialistas y populares de estar “utilizando políticamente a las víctimas para ocultar su inmovilismo” a la hora de dar pasos “hacia la resolución del conflicto”. O sea: que para que exijan el fin de ETA y reconozcan el mal causado tienen antes que moverse los demás, ofreciendo contrapartidas como la legalización de Sortu y medidas favorables a los presos. Si no es eso lo que piensa Garitano, que vaya a las Juntas Generales, como le ha pedido el PNV, y se explique.

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