El PSOE acusa a Rajoy de traidor por el ataque a Zapatero en plena crisis

José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy han hablado en los últimos días casi más que en toda la legislatura. El presidente del Gobierno le informa de la situación respecto a la crisis de la deuda y el líder del PP le da respaldo a las actuaciones ante la Unión Europea, para agilizar las decisiones sobre Grecia y para que intervenga el Banco Central Europeo. “Han hablado estos días más que en toda la legislatura”, asegura un dirigente del PP y ratifican fuentes del PSOE y del Gobierno.

Sin embargo, los socialistas están muy molestos porque considera que el PP mantiene un peligroso doble lenguaje: el privado de Rajoy, de apoyo y responsabilidad, y el público de otros dirigentes del PP que, amparados por su presidente, no renuncian a utilizar la crisis para mantener la presión. Su consigna es la de exigir a Zapatero que tome medidas y emprenda reformas urgentes, sin esperar a las decisiones de la Unión Europea, o que convoque ya elecciones generales sin esperar al 20 de noviembre. En esta tesis insistieron ayer Esteban González Pons, Cristóbal Montoro, Esperanza Aguirre y José Luis Ayllón, entre otros.

A esta sensación responden las palabras de Elena Valenciano, portavoz del equipo de campaña de Alfredo Pérez Rubalcaba, comparando a Rajoy con un jefe mafioso. Utilizando como referencia una escena de la película Los intocables, Valenciano equiparó a Rajoy con un padrino mafioso, ya que mientras él intenta ofrecer una apariencia de responsabilidad, el resto de su partido se dedica a lanzar afirmaciones “muy negativas” para el país.

“Encarga a sus secuaces las fechorías y, por la noche, se le saltan las lágrimas escuchando ópera”, dijo Valenciano, en cuya opinión “las prisas de Rajoy” no pueden estar por encima de los intereses de España.

Según los socialistas, Rajoy intenta preservarse de ese tipo de declaraciones precisamente para dar imagen de hombre de Estado y de moderación. De hecho, el PP descarta por el momento pedir reuniones de la Diputación Permanente del Congreso para debatir sobre la crisis de la deuda. También porque Rajoy se ve presidente del Gobierno y tendría que gestionar desde diciembre una situación de intervención económica que obligaría a recortes muy duros.

Tampoco hace el PP cuestión política con el hecho de que Zapatero siga o no de vacaciones en Doñana, porque asegura que lo peor sería dar imagen de excepcionalidad. Quizás por eso, Rajoy ni siquiera ha hecho un alto en sus vacaciones en Galicia y no ha comparecido públicamente desde el pasado viernes.

Sí pidió el PNV la convocatoria de la Diputación Permanente, aunque no de manera formal, sino como propuesta posible a través del presidente del partido en Vizcaya, Andoni Ortuzar. El nacionalista pidió al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que convoque una cumbre de partidos o bien la Diputación Permanente del Congreso para responder de la manera “más unitaria posible” a la “dura” crisis económica.

Ningún otro partido secundó esta propuesta, rechazada expresamente por CiU. En todo caso, el apoyo de Convergència i Unió al Gobierno también se resquebraja por momentos y ayer Josep Antoni Duran Lleida amagó con pedir un nuevo adelanto electoral. Lo condicionó a que el Gobierno dé en las próximas horas señales claras de que nada más volver de vacaciones culminará las reformas económicas pendientes. Para el dirigente nacionalista, “la economía española vuelve a estar en la Unidad de Cuidados Intensivos”, y culpa de ello al Gobierno y al PP, a partes iguales.

“Si el PSOE y el PP se hubiesen hecho eco de la petición de CiU de un pacto de Estado para abordar las medidas estructurales necesarias, no estaríamos en esta situación”, aseguró Duran. Para el dirigente nacionalista, la prioridad absoluta ahora es aprobar la reforma de la negociación colectiva, la flexibilización del mercado laboral de las empresas y la implementación de nuevas políticas activas de empleo. Con la finalidad de conocer la disponibilidad del Gobierno para llevar a cabo estas medidas, Duran estaba pendiente ayer por la tarde volver a hablar con el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Eso sí, ayer dejó claro que es “pesimista” respecto a la voluntad real del Gobierno de afrontar estas reformas, informa Miquel Noguer.