Lizartza aplaza la votación sobre si iza la bandera española para cumplir la ley
Los 640 vecinos de un pueblo de Gipuzkoa gobernado por Bildu deben esperar para votar
La consulta popular convocada en Lizartza para decidir si la bandera española vuelve a ondear en el balcón del consistorio guipuzcoano ha quedado aplazada. Un escueto cartel con la palabra Atzeratua (aplazado) en el tablón de anuncios de la plaza del pueblo así lo indicaba. El Ayuntamiento gobernado por Bildu había llamado a votar a los 640 habitantes de la pequeña localidad en una asamblea popular prevista para las siete de la tarde para decidir si el gobierno municipal acataba el requerimiento de la Delegación del Gobierno para colocar de nuevo la bandera nacional que la coalición abertzale quitó el mismo 11 de junio, cuando se constituyó el nuevo gobierno. Era la revancha contra los últimos cuatro años en los que la enseña nacional ha ondeado junto a la ikurriña desde la balconada del consistorio bajo el mandato de la alcaldesa Regina Otaola (PP).
Nadie quería hablar en Lizartza del motivo del aplazamiento ni de cuándo se volverá a convocar la consulta popular. Algunos vecinos tomaban café en la plaza como cualquier tarde y los niños jugaban. No se respiraba ambiente asambleario. Las puertas del consistorio permanecían cerradas y la gente del pueblo evitaba cualquier comentario sobre el futuro de la bandera nacional con la que no se sienten representados. Cuatro mujeres hablaban en un corrillo en la cafetería de la plaza. No entienden el motivo de la polémica por la decisión de quitar la bandera española. “¿Por qué no nos dejan tranquilos? Los periódicos estáis intoxicando la información sobre este lugar. ¿Acaso no existen más pueblos en España que solo se habla de este?”, se cuestionaba una de ellas. Otro vecino aseguraba que el cartel con el anuncio del aplazamiento llevaba dos días en el tablón, que coincide con la publicación en algunos medios de comunicación de la convocatoria de la asamblea popular. La sensación que se respiraba en el municipio guipuzcoano es que el motivo del aplazamiento es evitar una consulta mediática.
La primera decisión que tomó Bildu cuando el nuevo alcalde, Aitor Agirre, se sentó en el sillón consistorial el pasado 11 de junio tras el triunfo electoral de la coalición abertzale fue la retirada de la bandera nacional dejando solo la ikurriña junto a una pancarta reivindicando el regreso de los presos de ETA. La bandera española ha sido un constante motivo de polémica en el Ayuntamiento de Lizartza en los últimos años. En 2007, con la izquierda abertzale ilegalizada, el PNV renunció a presentar lista y solo concurrió el PP, con Regina Otaola a la cabeza, que fue elegida alcaldesa al lograr los populares más del 5% de los votos en esta pequeña localidad en la que históricamente ha gobernado con mayoría absoluta la izquierda abertzale. Así fue como, por primera vez desde el franquismo, la bandera española ondeó en la balconada del Ayuntamiento de Lizartza. Otaola apelaba al «cumplimiento de la ley» para justificar la colocación de la rojigualda junto a la ikurriña y la enseña local con motivo de las fiestas patronales. La izquierda abertzale se encarteló frente a la Casa Consistorial en señal de protesta, y dos de los concentrados fueron denunciados por Otaola.
El 11 de junio Lizartza volvía a ser feudo abertzale recuperando el control del municipio al lograr los siete ediles en liza. La ikurriña volvía a ondear en solitario. Fue entonces cuando el delegado del Gobierno, Mikel Cabieces, anunció que exigirá a aquellos Ayuntamientos que decidan retirar la bandera española de sus fachadas que la vuelvan a colocar, en cumplimiento de la Ley de Banderas. En caso de que mantengan su actitud, Cabieces recalcó que acudirá a los tribunales.
El aviso colocado en el pueblo para explicar los motivos de la votación decía: "El Gobierno español ofrece el siguiente requerimiento: que la bandera deberá ondear en el exterior y ocupar en el lugar preferente en el interior de todos los ayuntamientos. Ante esto, el Ayuntamiento de Lizartza plantó a los vecinos dos opciones: uno, desobedecer la ley. Nos echarán del Ayuntamiento. Dos, obedecer la ley. Estaremos obligados a poner la bandera". De momento, Lizartza no se ha pronunciado.
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