Rubalcaba: "Quiero pasar a ser Alfredo"
El vicepresidente carga contra el líder del PP por no ponerse del lado del Gobierno en la crisis del pepino antes de recibir el respaldo de la militancia andaluza
Llegó unos minutos tarde y lo justificó con humor: "No podía pasar de 110". Alfredo Pérez Rubalcaba, "el candidato a candidato", como le definió José Antonio Griñán, presidente de la Junta, debutó en su nueva condición de aspirante a liderar al PSOE. Y lo hizo en Sevilla, donde se reunió con más de un millar de militantes del socialismo andaluz. El vicepresidente primero y ministro del Interior hizo una breve alocución al aire libre ante los medios de comunicación para, a continuación, dirigirse al interior de un salón de actos, donde le esperaban los entregados simpatizantes a los que pidió que le llamaran, sencillamente, "Alfredo".
Poco antes de enfrentarse al examen de la militancia durante hora y media, pasó por uno de prensa. No tardó Rubalcaba en ser inquirido por un periodista sobre Rajoy y su reacción ante la crisis provocada por los pepinos (no contaminados) españoles, y así contestó: "Una vez tras otra Rajoy pierde la oportunidad de comportarse con sentido de Estado. Me hubiera gustado que dijera 'vamos a ponernos todos detrás del Gobierno de España', porque el problema exige una sola voz. Pero le cuesta un mundo hacerlo. Es incapaz de ver un problema y aportar una solución. Solo ve lo que le puede resultar beneficioso".
Me hubiera gustado que dijera 'vamos a ponernos todos detrás del Gobierno de España', pero es incapaz"
No hizo falta ninguna otra pregunta al respecto, porque Rubalcaba continuó. "Ha perdido de nuevo la ocasión de ser un hombre de Estado. Porque ha intentado sacar de esto no sé qué. Como para compararle con el presidente Griñán, que ha pedido una sola voz y que todos estemos tras el Gobierno". Anunció entonces el vicepresidente que la Unión Europea había levantado el veto a los productos de Almería, "y ahora lo hará con los de Málaga".
Y a continuación fue interrrogado sobre cómo pensaba animar a los militantes del PSOE andaluz tras el varapalo sufrido en las pasadas elecciones municipales. "Y yo que esperaba que me animaran ellos a mí...", bromeó. "El ánimo en un partido político serio nace de la reflexión. Y de esta tiene que nacer un proyecto. Y del trabajo. Porque sabemos cuál es el problema: el empleo, el empleo y el empleo. Y ahí vamos a trabajar".
Después de responder a los periodistas se enfrentó a los suyos. Tras ser presentado por Griñán, comenzó con una breve intervención en la que explicó por qué había decidido presentarse y escogido Andalucía. Se refirió al cariño, al apoyo de la militancia y a las continuas peticiones que recibía de los militantes. "Mayores cuanto más cerca de las bases", afirmó.
Como las tecnologías "las carga el diablo", según dijo, pidió con ironía que no se twiteara la reunión. Y surtió efecto, porque de inmediato se pararon los mensajes #Sevilla Rubalcaba. También ironizó con el daño que causan las grabaciones de teléfono y el auditorio le respondió con aplausos.
La primera pregunta fue qué pensaba hacer Rubalcaba para "recuperar la calle" y el prestigio de los políticos, que son vistos como un problema.
El primero en abrir el fuego de intervenciones fue Joaquín González, secretario general de la agrupación de Villaverde del Río (Sevilla), quien lamentó que los políticos sean vistos como un problema, que no se pasen por las circunscripciones que representan y que hayan perdido la calle. Entonces le preguntó a Rubalcaba qué va a hacer al respecto. El candidato agradeció la intervención y la calificó de difícil. Entonces se refirió a la crisis como un "gran nubarrón que lo cubre todo" y otros aspectos como la corrupción, "que toca a todos", para justificar el desprestigio de los políticos. El tono fue cambiando de la euforia inicial a una enorme terapia de grupo.
Y eso que el tono previo era de euforia. "Tiembla Rajoy", afirmaba María Colón, secretaria de Organización provincial de Cádiz, quien alardeó de que 70 personas venían de su provincia sin haberse organizado. "Rubalcaba tiene muchísima solvencia y ha hecho un gran papel en Cádiz -provincia por la que es diputado-. A partir de hoy, empezamos a sumar", afirmó eufórica a las puertas del salón de actos.
"Tiembla Rajoy", afirmaba eufórica la secretaria de Organización provincial de Cádiz
Otra militante del barrio sevillano de Torreblanca, un humilde vecindario en una de las entradas de Sevilla afirmó durante el acto: "Solo de pensar que el PP coje la Junta, estaría tres años vomitando".
Con menos viveza, pero con el mismo optimismo, se pronunció la secretaria general de Ardales (Málaga), María del Mar González. "Ánimo. Hay que encarrilar la situación y vamos a trabajar", aseguraba.
Los dirigentes socialistas acudieron sin mostrar intención alguna de protagonismo. No rehuían las preguntas, pero tampoco buscaban periodistas. Antes de sentarse, el consejero de Economía de la Junta y hombre de confianza de Griñán, Antonio Ávila, entre los gritos de una decena de funcionarios que protestaba por la reordenación del sector público andaluz, aseguró que Rubalcaba tiene "el respaldo y el calor de la militancia más importante del PSOE en términos cuantitativos". "Es muy importante que se haya elegido Sevilla", añadió.
Los asistentes al acto superaron con creces el número previsto y ocuparon varias filas de pie en el perímetro de la sala. Los periodistas no pudieron permanecer en el interior. Y Rubalcaba lo justificó. "A mí me tienen muy oído y voy a aprovechar para invertir el proceso y escuchar. Si hay prensa, no hablarán con tanta libertad los militantes". Para ellos, según dijo, "quiero pasar a ser Alfredo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.