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Seres Urbanos
Coordinado por Fernando Casado
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Millones de euros para transformar las ciudades en España

La Unión Europea ha lanzado un paquete de medidas extraordinarias con intención de reparar los daños económicos y sociales tras la covid

Vista del río Ebro desde el Puente de Santiago de Zaragoza, a finales de diciembre.
Vista del río Ebro desde el Puente de Santiago de Zaragoza, a finales de diciembre.JAVIER BELVER (EFE)
Ana Ruiz-Varona Claudio Javier García-Ballano

La Unión Europea está trabajando con intensidad para conseguir el objetivo de ser climáticamente neutra en 2050: este es el reto central del Pacto Verde Europeo. Para ello, es necesario definir estrategias urbanas y de desarrollo territorial y socioeconómico en las que se promuevan acciones de descarbonización, mejora energética y transición digital.

Además, como respuesta a la crisis provocada por la covid-19, la Unión Europea ha lanzado un paquete de medidas extraordinarias con intención de contribuir a reparar los daños económicos y sociales inmediatos causados por la pandemia. NextGenerationUE es un instrumento temporal de recuperación que dará soporte para financiar las actuaciones definidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), presentado por el Gobierno de España el 30 de abril de 2021 y aprobado por la Comisión Europea el 16 de junio de 2021.

La inversión pública prevista para la primera fase de reformas e inversiones detalladas en el PRTR será por un total de 70.000 millones de euros. Aproximadamente, el 40% de las ayudas están destinadas a la transformación verde, con efecto directo sobre la ciudad y, de ellos, 6.820 millones se destinarán a la rehabilitación de vivienda y regeneración urbana. La recepción de los primeros tramos de estos fondos de recuperación ya es efectiva, aunque está previsto que sea a partir de comienzos de 2022 cuando las comunidades autónomas activen las convocatorias de ayudas en sus ámbitos de competencias, como lo es la vivienda.

El PRTR pretende, entre otras cuestiones, un impulso específico de las actuaciones de mejora de la eficiencia energética de las viviendas nuestras ciudades y de rehabilitación, en cuanto a barrio y edificio, reforzando la Estrategia de Rehabilitación Energética en el Sector de la Edificación en España (ERESEE 2020).

La mejora de la eficiencia energética de las viviendas juega un papel clave para la reactivación del sector de la construcción e inmobiliario, y para el cumplimiento de los compromisos europeos y nacionales en materia de conseguir ciudades climáticamente neutras y energéticamente autosuficientes, reduciendo las emisiones y el consumo energético.

Esta aproximación adquiere más importancia si tenemos en cuenta que, en la actualidad, el porcentaje de hogares ineficientes energéticamente en España es sumamente elevado: si nos guiamos por las actuales calificaciones, el 84,5% de los edificios residenciales tienen un consumo energético muy alto y, por el contrario, los que alcanzan la mejor calificación no llegan al 0,3%. Es decir, existe un potencial muy elevado de optimización.

El 84,5% de los edificios residenciales tienen un consumo energético muy alto y los de mejor calificación no llegan al 0,3%

Este potencial está relacionado con la edad de la edificación. Más de la mitad del parque de viviendas, en concreto el 54,1% se construyó antes de 1979, fecha en la que se regularía por primera vez el comportamiento energético de los domicilios.

Hay estudios que evidencian la correspondencia entre las soluciones constructivas empleadas en los edificios habitables y su comportamiento energético, diferenciando por tramos del año de construcción en función de las normativas vigentes o soluciones constructivas adoptadas. Pero este espacio a la mejoría también está determinado por otras variables, como el factor de forma, el porcentaje de huecos de la envolvente o la zona climática y orientación de las viviendas.

Considerar este tipo de factores no es habitual a la hora de definir políticas de rehabilitación energéticas con ciertas garantías. Sin embargo, se convierte en un condicionante importante, sobre todo teniendo en cuenta que los ahorros energéticos que potencialmente van a obtenerse proporcionan la información necesaria sobre la viabilidad de la acción. Las ayudas previstas están encaminadas a conseguir acciones concretas de mejora de la vivienda. Es fundamental conocer su alcance si queremos optar de forma sólida a estas ayudas.

Para definir estrategias urbanas con sentido, en este contexto de oleada de renovación en Europa, es necesario avanzar en una doble dirección:

1. Nuevos métodos de evaluación. En primer lugar, es necesario el conocimiento de nuevos métodos de evaluación de mejora energética y de entornos residenciales, que son de interés para los diferentes agentes implicados: arquitectos, ingenieros, ambientólogos, administradores de propiedad o trabajadores sociales...

La puesta a disposición de estos métodos es crucial, porque permite definir estrategias y políticas de rehabilitación urbana a una doble escala. Por un lado, en cuanto a edificio o bloque de viviendas, transformándolos, de acuerdo con los criterios normativos establecidos, en bloques de consumo casi nulo. Por otro lado, en el ámbito del barrio o de la ciudad, determinando de manera objetiva áreas prioritarias en las que optimizar el uso de energía.

Algunos grupos de trabajo ya han avanzado en el conocimiento para disponer de métodos y protocolos de cálculo que permiten conocer de manera previa a su intervención, con rapidez, precisión y a cualquier nivel de desagregación. Estos métodos innovadores están basados en las tecnologías de información geográficas y tomando como fuente de datos principal el catastro, sin tener que aplicar, de manera individual para cada una de las viviendas consideradas, la verificación del Código Técnico de la Edificación a través de herramientas de certificación energética reconocidas.

2. Acciones coordinadas. En segundo lugar, es necesario mejorar la definición de acciones coordinadas desde los diferentes organismos que gestionan las ayudas. Esta es, precisamente, una de las razones fundamentales por las que se ha creado la figura de las oficinas de apoyo a la rehabilitación que, entre otros, serán coordinadas a través de los colegios profesionales de arquitectos en todo el territorio nacional.

Y es que la necesidad de estas acciones coordinadas es triple. Son necesarias para conocer los métodos innovadores de evaluación anteriormente referidos, ampliando su manejo y aplicación en proyectos de evaluación y mejora energética de los edificios. También son necesarias para conocer buenas prácticas y casos que permiten tener recursos suficientes para resolver las actuales problemáticas derivadas de la actividad de rehabilitación. Y todavía, cerrando esta triple necesidad, son precisas para dominar los procesos y modelos de gestión de ayudas.

Ante el reto compartido de poder disfrutar de ciudades climáticamente neutras en 2050, resulta esencial conocer las adaptaciones técnicas y normativas necesarias para ejercer la actividad profesional relacionada con la rehabilitación edificatoria en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

Es fundamental, sobre todo, para aquellos técnicos competentes que asesoren de manera efectiva al cliente en la solicitud y gestión de ayudas que permitan no solo mejorar el comportamiento climático de su vivienda y las condiciones ambientales del entorno urbano, sino reducir el exceso energético y, en consecuencia, su gasto económico.

Si conseguimos formarnos y actualizar nuestra cualificación profesional para cubrir estas necesidades, la aplicación de los contenidos adquiridos será inmediata, puesto que la red y actividad profesional de todos los agentes relacionados con la rehabilitación se verá ampliada.

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