Ir al contenido
_
_
_
_

Audrey Tang, hacker y ministra digital de Taiwán: “La IA es un parásito que está dividiendo a los humanos”

La tecnóloga, una de las ganadoras del premio Right Livelihood 2025, impulsa el uso social de la tecnología, lo que la ha llevado a crear, por ejemplo, un sistema contra el abuso sexual infantil online

Audrey Tang ministra digital de Taiwán

Audrey Tang (Taipei, 44 años) usa su pericia de hacker, su cociente intelectual de 180 y su puesto de primera ministra digital de Taiwán, que ocupa hace casi 10 años, para hacer de internet un lugar más seguro. Su deseo es que la red se mantenga al servicio de los usuarios y no al revés. Pese a que no cree en una democracia sin tecnología, intenta reducir el tiempo que pasa conectada y para ello, mantiene sus pantallas en escala de grises y evita consumir contenidos compulsivamente. Además, sostiene que “la Inteligencia Artificial (IA) es un parásito que está dividiendo a los humanos”.

Por “impulsar el uso social de la tecnología digital para fortalecer la participación ciudadana, renovar la democracia y sanar divisiones”, Tang acaba de ganar uno de los premios Right Livelihood 2025, conocidos como el Nobel alternativo. La entrega de reconocimientos se celebrará el martes 2 de diciembre en Estocolmo.

Tang es la primera ministra transgénero en la historia del gabinete de su país. Surgió de g0V, un colectivo formado por tecnólogos que trabajaron para idear un modelo de gobierno transparente en Taiwán. Su labor sentó las bases del Movimiento Girasol de 2014, cuando cientos de jóvenes tomaron el parlamento taiwanés como protesta por la aprobación de un acuerdo comercial con China que había sido negociado en secreto. La ministra cree que Internet —aunque está lleno de conflictos y polarización― tiene el poder de hacer que los ciudadanos tengan un papel directo en la elaboración de políticas y vuelvan a confiar en el Estado: “Lo primero que hice cuando entré al Gobierno fue tratar de ganarme la confianza de los ciudadanos. Taiwán estaba completamente dividido, pero en 2020 logramos pasar de tener un 9 a un 70% de aprobación ciudadana”.

En casi una década en el cargo, Tang declaró el internet de banda ancha un derecho humano, creó un mapa de mascarillas durante la pandemia de coronavirus para informar sobre su disponibilidad en tiempo real y ha organizado varias campañas contra la desinformación y los deepfakes (vídeos o imágenes manipulados con IA) También creó las Herramientas robustas y abiertas de seguridad en línea (ROOST, por sus siglas en inglés) para la Cumbre de Inteligencia Artificial de París de 2025, un sistema descentralizado y colaborativo que ayuda a detectar casos de abuso sexual infantil a través de plataformas como Bluesky y Roblox.

No necesitamos que una inteligencia superior venga a salvarnos porque ya somos una especie súper inteligente. Solo necesitamos pasar de la singularidad a la pluralidad

Ninguna democracia es una isla

A los 15 años, Tang decidió abandonar la escuela y comenzó a trabajar con su padre, que en ese momento era asesor político de uno de los candidatos presidenciales: “Me involucré desde muy joven en la política y me di cuenta de que internet llegó para cambiarlo todo. La red escucha y amplifica las necesidades de las personas reales, no solo de los líderes de opinión“.

Ahora, Tang se dedica a entrenar a líderes de otros países. En Estados Unidos, por ejemplo, ayudó a Gavin Newsom, gobernador del Estado de California, a crear una plataforma llamada Engaged California con el fin de generar una voz colectiva que hable en nombre de todos los ciudadanos afectados por los incendios que devastaron la zona a principios de este año.

También trabaja con Japón, desde donde ha concedido la entrevista a este diario. Takahiro Anno es un escritor japonés de ciencia ficción, ingeniero experto en IA y figura política que leyó el año pasado el libro Plurality escrito por Tang. Cuando faltaba un mes para las elecciones a gobernador de Tokio, decidió presentarse candidato. Nadie lo conocía, pero creó una plataforma basada en los postulados de Tang para intentar dar respuesta a los principales problemas de los ciudadanos. Anno obtuvo más del 1% de los votos, es decir, más de medio millón. Muchos jóvenes creyeron en su propuesta y después formó un partido llamado Equipo Mirai. “Ayudo a otros países porque, aunque parece que resolvimos el problema de la polarización en el mío, ninguna democracia es una isla, ni siquiera Taiwán”, afirma la ministra.

La democracia digital como el bubble tea

“En Taiwán, internet y la democracia surgieron literalmente al mismo tiempo”, explica Tang. El primer ordenador personal se creó en los años 80 y coincidió con el levantamiento de la ley marcial en 1987, una dictadura impuesta tras la Segunda Guerra Mundial cuando el país volvió al control de la República de China después de que se retiraran las fuerzas japonesas. En total fueron 38 años de represión política: “Nuestras primeras elecciones presidenciales fueron en 1996, justo cuando se crearon los primeros buscadores web, por eso para nosotros no puede existir una cosa sin la otra”. En un video publicado en Instagram, la ministra lo explica mientras prepara un bubble tea, una bebida típica taiwanesa: “Es como la tapioca y el té, imposible separarlos”.

Tang piensa que desde que existe la tecnología, los humanos imaginan el futuro de la misma manera: “Crearemos un robot que después ayudará a diseñar nuevas versiones, eventualmente esos robots dejarán de necesitar ayuda humana para reproducirse y finalmente nos dominarán”. Tang llama “singularidad” a este tipo de pensamiento que, según ella, es aceptado incluso en Silicon Valley, donde ya estaba trabajando a los 16 años: “Mucha gente de las compañías tecnológicas más importantes del mundo cree que la especie humana es una incubadora de especies del futuro que inevitablemente harán con nosotros lo que quieran”. Pero ella no lo ve así: “No necesitamos que una inteligencia superior venga a salvarnos porque ya somos una especie superinteligente. Solo debemos pasar de la singularidad a la pluralidad”.

La pluralidad de la que habla Tang es la cooperación entre opuestos: “En vez de tratar el conflicto como si fuera una explosión volcánica que hay que apagar inminentemente, debemos buscar ese magma, esa energía reactiva que surge del desacuerdo, para encontrar soluciones y crear una especie de planta geotérmica para resistir el calor.”

En vez de tratar el conflicto como si fuera una explosión volcánica que hay que apagar inminentemente, debemos buscar ese magma, esa energía reactiva que surge del desacuerdo, para encontrar soluciones

Eso hizo con ROOST, el sistema anti abuso sexual infantil online del que es cocreadora: “Surgió de unir fuerzas para mejorar un terreno muy peligroso”. Explica que hoy en día cualquiera puede ser un productor de Material de Abuso Sexual de Niños (CSAM, según sus siglas en inglés), un delito muy difícil de rastrear. “En algunos países cierto tipo de imágenes no se consideran profanas, pero en otras sí. Por lo tanto, un solo modelo de vigilancia sería obsoleto”, explica Tang.

ROOST intenta cerrar las brechas existentes en seguridad digital, suministrando a cada comunidad herramientas esenciales y adaptadas y buscando soluciones que les brinden la protección necesaria. Por ejemplo, para no compartir material gráfico sensible, Tang cuenta que decidieron pasar todas las imágenes a texto, algo legal y que protege la intimidad de las víctimas.“A esto me refiero con pluralidad: los humanos tenemos que unirnos para que la tecnología sea usuaria nuestra, no al contrario”, concluyó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_