“Ojalá yo también hubiera muerto”, dicen los habitantes de Afganistán que perdieron a toda su familia en el terremoto
Según el último balance suministrado por el Gobierno de los talibanes han muerto al menos 2.200 personas en el este del país, donde la ayuda tarda en llegar por el mal estado de las carreteras

Cuando todo comenzó a temblar, la noche del domingo en el este de Afganistán, Abdullah estaba dormido en el piso superior de su casa, una vivienda endeble, construida con ladrillos y barro. Este padre de familia gritó, dirigiéndose al piso de abajo, donde estaba toda su familia, y les pidió que salieran rápidamente. Pero antes de que alguien pudiera responder, un segundo temblor sacudió toda la casa y la echó abajo. Solo Abdullah sobrevivió.
El hombre logró salir con dificultad de los escombros, se limpió los ojos de polvo y se puso frenéticamente a buscar a sus seres queridos. “Pero no había supervivientes. Ojalá yo también hubiera muerto, en lugar de ver esto. Nunca olvidaré esta imagen”, solloza.
Abdullah explicó que más del 80% de las personas en su pueblo, Arit, situado en Kunar, la provincia más afectada, habían muerto o resultado heridas en el terremoto, que se produjo cuando la mayoría de la gente dormía en sus casas. Él perdió a 12 miembros de su familia, incluida su madre, su esposa y cinco hijos.
El último balance de víctimas mortales suministrado por el gobierno de los talibanes asciende a 2.200 personas, informó Reuters. A ellos se suman al menos 3.600 heridos, pero la ONU teme que estas cifras se agraven, sobre todo debido a dos réplicas de una intensidad superior a 5 en la escala Richter, que se registraron el jueves y el viernes en la misma región, según el Centro Alemán de Investigación de Geociencias (GFZ).
Los equipos de rescate todavía están batallando por llegar a algunas de las comunidades más remotas, ya que el temblor golpeó una zona montañosa con infraestructuras muy limitadas. Aunque Afganistán se encuentra en una región propensa a la actividad sísmica, la mayoría de las personas viven en casas muy básicas, construidas con adobe y madera, que no están preparadas para resistir terremotos. Las organizaciones de ayuda señalaron que las fuertes lluvias en los días previos al sismo también habían reblandecido el terreno, haciéndolo menos estable.
Las agencias de la ONU señalan que cuando por fin se puede acceder a los lugares afectados, la terrible constatación es que hace falta de todo: comida, medicamentos y lugares seguros donde refugiarse. Los habitantes prefieren dormir a la intemperie mejor que en casas semiderruidas que podrían desplomarse, y las organizaciones humanitarias están intentando distribuir tiendas de campaña y toldos a los damnificados.
“Todos están buscando a sus familiares. Tal vez más de 160 personas hayan muerto o resultado heridas solo en este pequeño pueblo, la mayoría mujeres, niños y ancianos”, dijo Abdullah.
Este padre de familia no es el único superviviente que ha sufrido una pérdida tan devastadora. Malek, de 43 años, dijo que su esposa, tres hijos, dos hijas, sus padres y hermanos murieron todos en el terremoto. “Estábamos dormidos y las casas de ladrillo de barro se derrumbaron sobre nosotros”, contó. “No me queda nada, pero no quiero ayuda, solo quiero enterrar los cuerpos de mis seres queridos”, agrega.
No me queda nada, pero no quiero ayuda, solo quiero enterrar los cuerpos de mis seres queridosMalek, damnificado por el terremoto
El canto de los gallos
Un trabajador humanitario afgano, que habló a condición de que su nombre no fuera publicado, dijo que la situación en Kunar era indescriptiblemente mala. En algunos de los pueblos a los que pudieron llegar, explicó, no quedaba gente viva y el único sonido era el canto de los gallos.
“Después del terremoto, todas las carreteras estaban bloqueadas, era imposible viajar por tierra y los equipos de ayuda no pudieron acceder a las áreas afectadas a tiempo”, dijo en una entrevista telefónica con Rukhshana Media. “Caminamos unas tres horas para llegar al pueblo de Mazar Dara, en el distrito de Nurgul. En la zona de Lachak Tangi, había gente que cargaba unos 40 cadáveres sobre sus hombros. Después de 30 horas, muchas familias seguían bajo los escombros. La mayoría eran mujeres y niños”, agregó.
Los expertos subrayan que, después de los tres primeros días, la posibilidad de encontrar gente con vida entre los escombros de un terremoto disminuye drásticamente. Bahir, residente en la zona afectada, explicó, por ejemplo, que una niña de siete años llamada Nazia fue sacada con vida de los escombros después de 19 horas, pero todos los miembros de su familia habían muerto.
En la zona de Lachak Tangi, había gente que cargaba unos 40 cadáveres sobre sus hombros. Después de 30 horas, muchas familias seguían bajo los escombros. La mayoría eran mujeres y niñosTrabajador humanitario afgano
Este vecino señaló además el problema que supone que no haya mujeres que trabajen en los equipos de rescate y en los servicios que brindan protección a los supervivientes, sobre todo porque hay muchas víctimas mujeres.
En esta línea, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se dijo “particularmente preocupada porque las mujeres y los niños se han visto muy afectados por el terremoto y brindarles apoyo puede ser, si cabe, más complicado por la escasez de personal humanitario femenino para atender sus necesidades específicas”.
Desde su retorno al poder en agosto de 2021, los talibanes han publicado más de 100 edictos que reducen los derechos y la presencia de la mujer en la sociedad, comenzando por la prohibición de estudiar, una situación inédita en el mundo, y de trabajar en la mayoría de actividades, pasando por la imposibilidad de moverse solas en las calles, de expresarse libremente o de disfrutar del mínimo ocio. Por todo ello, la ONU considera que el régimen talibán ha instaurado un apartheid de género y una persecución contra las afganas.
Por último, ACNUR también indicó que los servicios de salud están desbordados, una situación agravada por el regreso a Afganistán de millones de personas desplazadas que vivían en Irán y Pakistán y de donde fueron deportadas en los últimos meses, lo que ha incrementado la población local.
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