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La clave para el progreso de la humanidad

Anita Zaidi, responsable de la división de igualdad de género y directora de los programas desarrollo y vigilancia de vacunas y enfermedades entéricas y diarreicas en la Fundación Bill y Melinda Gates, cree que es vital para el futuro de todos poner ya a las mujeres en el centro de las decisiones

Una madre acurruca a sus bebés prematuros recién nacidos dentro de la sala de maternidad del Hospital Dr. José Fabella Memorial, en Manila, Filipinas.
Una madre acurruca a sus bebés prematuros recién nacidos dentro de la sala de maternidad del Hospital Dr. José Fabella Memorial, en Manila, Filipinas.ELOISA LOPEZ (Reuters)

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Como máxima responsable de la división de igualdad de género y directora de los programas desarrollo y vigilancia de vacunas y enfermedades entéricas y diarreicas en la Fundación Bill y Melinda Gates, Anita Zaidi es una de las voces más prominentes del mundo en cuestiones que afectan a las mujeres y a las niñas. En esta entrevista habla de la naturaleza sexista de la pandemia de la covid-19 y de lo que hará falta para garantizar un progreso continuo hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a pesar de los reveses del pasado año y medio.

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El vínculo género-pobreza

Pregunta: En noviembre de 2020, usted se convirtió en la primera presidenta de la recientemente creada división de igualdad de género de la Fundación Bill y Melinda Gates. Al explicar qué la atrajo a ese rol, usted dijo: “La causa fundamental de muchas de las enfermedades está relacionada con la pobreza, y la pobreza es sexista. Si no se aborda la desigualdad de género, el progreso tanto en materia de salud como de desarrollo se paralizará”. ¿Cuáles son algunas de las maneras más significativas por las que la pobreza afecta desproporcionadamente a las mujeres y de qué modo el progreso en el campo de la igualdad de género sacaría a más gente de la pobreza?

Respuesta: Sin duda, la pobreza agranda y profundiza las desigualdades existentes. La desigualdad de género persiste en todas partes, pero la experiencia está forjada por factores interconectados que se desarrollan y extienden más allá del género. Estos incluyen la raza, la clase socioeconómica, la edad, la orientación sexual y la discapacidad.

Anita Zaidi.
Anita Zaidi.Fundación Gates

Las mujeres que son pobres tienen menos derechos, menos protecciones y menos opciones. Como médica, he visto de primera mano cómo las mujeres no asisten a las citas en hospitales porque no pueden faltar al trabajo, no tienen el permiso de su marido para dejar la casa (a veces incluso por emergencias médicas) o se las necesita para tareas familiares no remuneradas. He visto a niñas adolescentes abandonar la escuela para casarse y dejar de ser una carga financiera para sus familias. Y sé que muchas madres enfrentan una elección imposible entre ocuparse de sus hijos y trabajar fuera de casa.

La igualdad de género es esencial para sacar a la gente de la pobreza

La igualdad de género es esencial para sacar a la gente de la pobreza. Sabemos que intervenciones como la ayuda con el cuidado de los niños y la atención médica universal son vitales para el bienestar de las mujeres y sus perspectivas económicas. La inversión gubernamental en transporte, redes eléctricas, saneamiento y agua pueden apoyar a las mujeres y aliviar la carga del trabajo no remunerado.

Es por esto que la decisión del Reino Unido de recortar la ayuda para el desarrollo es un golpe a los esfuerzos por reducir la pobreza, particularmente para las mujeres y las niñas. Es mucho más lamentable porque el Reino Unido ha sido un defensor de las mujeres y las niñas en el pasado. En un momento en que toda la evidencia apunta a una pandemia sexista, cuando los niveles de pobreza de las mujeres aumentan marcadamente, los donantes necesitan redoblar su compromiso, no dar un paso al costado.

P: Los datos del Programa de las Naciones Unidas para las Mujeres y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo revelan que “por cada 100 hombres entre 25 y 34 años que vivan en una situación de extrema pobreza” este año, “habrá 118 mujeres”. Eso implica un total de 435 millones de mujeres y niñas que viven con 1,90 dólares por día o menos, incluidos 47 millones que fueron empujadas por debajo de la línea de pobreza por culpa de la pandemia. Se espera que esta brecha aumente a 121 mujeres por cada 100 hombres en 2030. ¿Qué intervenciones pueden reducir la vulnerabilidad de las mujeres a crisis futuras?

R: Ahora mismo, existe una pequeña ventana de oportunidad para abordar las desigualdades y proteger a las mujeres en crisis futuras. Esto implica introducir programas y políticas de protección social para la gente más vulnerable, especialmente las mujeres en la economía informal. Los gobiernos también deberían acelerar la digitalización de los sistemas de identificación y plataformas de pago para garantizar que las mujeres más marginadas económicamente puedan acceder a servicios financieros.

La inversión en atención infantil de alta calidad y asequible es esencial para las mujeres –y para desarrollar una economía inclusiva y resiliente en términos más generales–. Al ofrecer líneas de crédito y otras formas de financiamiento, los gobiernos pueden apoyar a los emprendimientos cuyas dueñas son mujeres.

P: Si usted pudiera agitar una varita mágica y poner en marcha alguna intervención global contra la pobreza, ¿hacia dónde apuntaría primero? ¿Cuáles son los mayores obstáculos que deben superarse?

R: La igualdad de género, por supuesto. La mejor manera de ocuparse de la pobreza es derribar las barreras que impiden que las mujeres alcancen su potencial. Las mujeres enfrentan barreras en todas partes –desde tomar decisiones sobre sus cuerpos y acceder a atención médica y educación hasta perseguir oportunidades de liderazgo-. Tenemos evidencia que demuestra que ellas pueden tener un impacto sustancial en la economía. Hoy aportan el 37% del PIB global, inclusive a través de trabajo no remunerado, que genera 11 billones de dólares cada año.

Sería negligente de mi parte no decir que hoy mismo no hacer llegar vacunas a la gente en países de bajos ingresos es un inmenso obstáculo. La covid-19 ha causado un desempleo de gran escala y ha reducido los ingresos en muchos sectores. La pandemia también ha alterado los programas de vacunación vitales no relacionados con la covid-19 en todo el mundo, lo que afectará sustancialmente la atención médica y la mortalidad.

Una mujer con su bebé a cuestas en una plantación de yuca en Sierra Leona.
Una mujer con su bebé a cuestas en una plantación de yuca en Sierra Leona. Annie Spratt (Unsplash)

Reconstruir de nuevo para las mujeres

P: En una entrevista el año pasado, usted afirmó que la covid-19 había expuesto la manera en que “nuestro mundo actual se construye básicamente sobre las espaldas de las mujeres y de su mano de obra no remunerada”. ¿Cómo debería reformularse o revalorizarse la atención y el trabajo no remunerado después de la pandemia? ¿Qué estructuras hay que “reconstruir mejor” (o construir de la nada) para apoyar la participación económica y el empoderamiento de las mujeres?

R: Colocarlas en el centro de la formulación e implementación de políticas. La capacidad de trabajo de las mujeres tiene consecuencias directas en la reducción de la pobreza, porque la cantidad de tiempo dedicada a un cuidado no remunerado guarda una relación negativa con la participación femenina en la fuerza laboral.

La cantidad de tiempo dedicada a un cuidado no remunerado guarda una relación negativa con la participación femenina en la fuerza laboral

Entre las soluciones comprobadas está la inversión en servicios públicos –como agua corriente, saneamiento, electricidad y transporte– para reducir el esfuerzo y el tiempo que las mujeres dedican a los quehaceres domésticos y ofrecer apoyo y subsidios para la atención infantil a fin de ayudar a los hogares a manejar mejor el trabajo remunerado y el cuidado no remunerado.

Al mismo tiempo, la evidencia demuestra que los talleres, las campañas mediáticas y los programas escolares pueden ayudar a cambiar las actitudes hacia el trabajo de cuidado no remunerado. Las políticas que fomentan licencias y acuerdos laborales beneficiosos para las familias pueden apoyar a las mujeres tanto directa como indirectamente. Los gobiernos y las organizaciones donantes también tienen que garantizar que la atención infantil esté incluida en el estímulo financiero y los paquetes de alivio.

P: Usted mencionó que la atención infantil debería considerarse una “pieza vital de la infraestructura pública”. ¿Cuáles son algunos de los beneficios más subvalorados, económicos u otros, de invertir en la atención de los niños?

R: Invertir en atención infantil es beneficioso para todos. El sector emplea mujeres y ofrece oportunidades para que ellas sean dueñas de emprendimientos de cuidado infantil mientras que al mismo tiempo libera a otras para que participen en trabajo remunerado o aprovechen oportunidades de educación o capacitación.

Un informe de la Corporación Financiera Internacional demuestra que cuando las empresas invierten en la atención de los niños, la productividad y la motivación mejoran tanto para los hombres como para las mujeres. Eso, a su vez, hace que a las empresas les resulte más fácil contratar y retener a empleados talentosos.

Sabemos que cuanto más ingreso de los hogares controlan las mujeres, mayores las posibilidades de que haya inversiones en educación de los niños

La inversión en atención infantil también es una inversión en capital humano. Les brinda a los niños, especialmente a las niñas de comunidades marginadas, beneficios como una educación y socialización temprana que mejoran sus resultados del aprendizaje, el desarrollo de capacidades y el potencial de ingresos.

P: ¿Cómo podemos cambiar la mentalidad y la actitud respecto del potencial económico de las mujeres, particularmente en sociedades con valores patriarcales profundamente arraigados?

R: Primero, hay que seguir al dinero. Existe una tonelada de evidencia que demuestra que el empoderamiento económico de las mujeres no solo beneficia a las propias mujeres, sino también a sus hijos, a los hogares, a las comunidades y a la economía en general. Sabemos que cuanto más ingreso de los hogares controlan las mujeres, mayores las posibilidades de que haya inversiones en educación de los niños y menores las tasas de matrimonios infantiles y de violencia de género.

Las mujeres conforman casi el 50% de los 5.000 millones de personas en edad de trabajar en el mundo, pero solo alrededor de la mitad participa en la fuerza laboral, comparado con el 80% de los hombres. La Organización Internacional del Trabajo ha demostrado que reducir las brechas de género en la participación en la fuerza laboral puede favorecer sustancialmente el PIB global. Cuanto mayor la brecha, mayor el beneficio de achicarla.

Entre las soluciones comprobadas está la inversión en servicios públicos –como agua corriente, saneamiento, electricidad y transporte– para reducir el esfuerzo y el tiempo que las mujeres dedican a los quehaceres domésticos y ofrecer a y subsidios para la atención infantil a fin de ayudar a los hogares a manejar mejor el trabajo remunerado y el cuidado no remunerado.e justicia económica y derechos, para fomentar la igualdad de género. Esperamos que sea inicio de un proceso de varios años, estableciendo una plataforma y un programa que exijan responsabilidad por parte de los líderes e impulsen un progreso más rápido hacia los ODS.

P: En Estados Unidos, la financiación de organizaciones que centran su apoyo en las mujeres y las niñas conforma un porcentaje muy pequeño de las donaciones filantrópicas, a pesar del hecho de que la igualdad de género es esencial para tantos otros objetivos de desarrollo. ¿A qué se debe y cómo se lo podría corregir?

R: Las donaciones filantrópicas para las organizaciones de mujeres y niñas en Estados Unidos alcanzó 7.100 millones de dólares en 2017, lo que parece mucho hasta que uno se da cuenta de que esa cifra representa solo el 1,6% de las donaciones en general. Entre 2012 y 2017, el respaldo filantrópico de organizaciones dedicadas a las mujeres y a las niñas aumentó el 36,4%, muy probablemente en respuesta a una mayor conciencia sobre las cuestiones de género, como la Marcha Mundial de las Mujeres y el movimiento #MeToo. Si bien esto es maravilloso, todavía existe una enorme necesidad.

Asimismo, no contamos con datos y cifras básicos, debido a brechas importantes en los datos desagregados por sexo. No sabemos lo que no podemos contar o medir. Y medir el respaldo a las organizaciones de mujeres y niñas es complicado porque se reduce a cómo una organización define el trabajo en sí.

Las donaciones filantrópicas para las organizaciones de mujeres y niñas en Estados Unidos alcanzó 7.100 millones de dólares en 2017, lo que representa solo el 1,6% de las donaciones en general

Visto desde una óptica positiva, las donantes mujeres conforman la mayoría de los donantes a causas de mujeres y niñas. Esto demuestra que más mujeres están adquiriendo riqueza y utilizándola para respaldarlas. Al mismo tiempo, no debemos olvidar que la igualdad de género no es solo una cuestión de mujeres. Los hombres todavía detentan la mayor parte de la riqueza; tienen un rol esencial para desempeñar en el respaldo de organizaciones y causas que nos ayudarán a alcanzar una igualdad de género.

Un interrogante sin respuesta es cómo afectará el alivio de la pandemia el panorama de las donaciones para las mujeres y las niñas. Sabemos que estas aumentaron drásticamente en 2020, y que las mujeres se han visto afectadas más adversamente por las repercusiones sociales y económicas de la pandemia. Veremos qué papel juega esto para las organizaciones que apoyan a las mujeres y a las niñas específicamente.

El vínculo género-salud

P: La salud es un factor importante en la igualdad de género. ¿Hay sistemas de salud ejemplares que funcionen bien para las mujeres o modelos de trabajo que se puedan escalar o replicar?

R: Es verdad que existen disparidades de género importantes en la salud y que los sistemas sanitarios no son neutros en materia de género. Las mujeres enfrentan múltiples desafíos: no solo deben asumir las responsabilidades de cuidado de sus familias, sino que las partes de los sistemas de salud que se ocupan principalmente de las mujeres muchas veces son los más frágiles y los peor financiados.

Los sistemas sanitarios no son neutros en materia de género

Para que los sistemas de salud funcionen para las mujeres es necesario entender los desafíos en todos los niveles. Esto incluye recopilar datos que estén desagregados por sexo, para que seamos conscientes de las tendencias en el uso de servicios y de los resultados sanitarios. Así es como se garantiza que las instalaciones de salud y los trabajadores médicos estén equipados para satisfacer las necesidades de las mujeres y las niñas.

Un gran ejemplo de diseño de sistemas para las mujeres es el esfuerzo de Bangladés para capacitar a miles de trabajadores de la salud comunitarios (la mayoría de ellos, mujeres). Esto ha aumentado el acceso a parteras calificadas y ha dado lugar a servicios de salud reproductiva más integrados, donde la planificación familiar, la atención prenatal y la atención neonatal están todas en un mismo lugar.

P: ¿Hay cuestiones que no se están discutiendo en términos de salud pública global, pero que deberían debatirse?

R: Todavía hay una enorme falta de inversión en investigación y desarrollo para grupos históricamente excluidos de la investigación médica. Una consecuencia evidente de esto es la falta de vacunas para enfermedades que afectan principalmente a los países de bajos y medianos ingresos. Si bien hemos tenido progresos recientes, como el desarrollo de nuevas vacunas contra la fiebre tifoidea, todavía no tenemos una vacuna efectiva contra la tuberculosis, el VIH o las infecciones del tracto reproductivo. En cuanto al acceso, la mayoría de las mujeres y las niñas en el África subsahariana todavía no han recibido la vacuna del papilomavirus humano contra el cáncer cervical, uno de los cánceres más letales para ellas.

De la misma manera, la innovación en las herramientas de salud de las mujeres se ha detenido. En promedio, las empresas farmacéuticas invierten solo el 2% de sus ingresos por ventas de anticonceptivos en investigación y desarrollo de nuevos productos, mucho menos que el promedio de la industria para otros medicamentos. Sin embargo, las opciones anticonceptivas aún no satisfacen las necesidades de todas las mujeres y niñas. Para abordar esta cuestión, necesitamos I&D en tecnologías anticonceptivas, así como inversión en nuevas plataformas que puedan ofrecer servicios e información de planificación familiar discretos, convenientes y asequibles.

P: A través de su trabajo como directora de los programas de desarrollo y vigilancia de vacunas y enfermedades entéricas y diarreicas en la Fundación Gates, y en su investigación sobre enfermedades prevenibles con inmunización en contextos de recursos limitados, usted ha resaltado en más de una ocasión el papel crucial de los trabajadores de la salud comunitarios bien capacitados. ¿Qué más podemos hacer para apoyarles y qué debe hacerse para superar la escasez global de este personal, particularmente en comunidades de bajos ingresos?

R: Los trabajadores de la salud son verdaderamente el centro del sistema de atención médica y son integrales para brindar servicios de inmunización. Respaldarlos implica invertir en salud y educación en todos los niveles: ayudando a los niños a ir a la escuela, creando programas de capacitación y luego apoyando a los trabajadores de la salud con los recursos, como equipos protectores del personal, necesarios para brindar atención de alta calidad de manera segura.

Esto, a su vez, requiere centrarse en los líderes que toman las decisiones de alto nivel. Las mujeres conforman el 70% de la fuerza laboral de atención médica global pero apenas el 25% de los puestos jerárquicos en el área de salud global están en manos de mujeres. Esta falta de representación no solo las retrasa y desperdicia su talento; muchas veces también resulta en políticas sanitarias que no responden al género, lo que puede tener consecuencias devastadoras. El empoderamiento económico y educativo de las niñas y las mujeres es parte de la solución a este problema. Pero también debemos pedirles a los hombres en el campo que respalden a sus colegas femeninas.

P: En 2019, usted elogió los éxitos recientes en materia de distribución de vacunas a países vulnerables. Pero cuando se trata de vacunas contra la covid-19, estamos viendo serias disparidades globales. ¿Cómo se puede adaptar la actual infraestructura de distribución de vacunas para mejorar esa situación?

R: Ahora tenemos muchas vacunas efectivas y seguras contra la covid-19. El mayor desafío para la mayoría de los países a esta altura es el acceso desigual a un suministro consistente. Necesitamos que los países de mayores ingresos redoblen sus esfuerzos donando dosis o contribuyendo con Covax, el esfuerzo global para garantizar la distribución equitativa de vacunas contra la covid-19.

Ruanda distribuyó el 96% de sus vacunas contra la covid-19 en las primeras dos semanas de su campaña reconvirtiendo su infraestructura existente

En lo que concierne a la infraestructura en sí, muchos países de bajos y medianos ingresos en realidad tienen más experiencia que los países ricos en cuanto a una distribución efectiva de las vacunas y a una inmunización masiva. Ya estamos viendo buenos resultados en esta materia. Por ejemplo, Ruanda distribuyó el 96% de sus vacunas contra la covid-19 en las primeras dos semanas de su campaña reconvirtiendo su infraestructura existente; incluida una fuerza laboral de salud calificada y un sistema de gestión de datos, que se creó originariamente para una inmunización de rutina. Socios globales, como la Organización Mundial de la Salud, Unicef y Gavi, la Alianza de Vacunas, también están trabajando constantemente con los países para fortalecer esta infraestructura.

P: En términos más generales, ¿cómo pueden prepararse mejor las comunidades en todas partes para la próxima pandemia?

R: El mundo ha aprendido mucho sobre lo que hace falta para estar preparado para la próxima pandemia. Hemos visto a todos desde investigadores científicos y organizaciones globales de salud hasta trabajadores de la primera línea innovar para responder a la covid-19 de la manera más efectiva posible. Pero después de que esta emergencia haya pasado, los países deben seguir trabajando conjuntamente para crear y mantener una infraestructura permanente para la preparación y la respuesta ante una epidemia.

A nivel nacional, esto exige fortalecer los sistemas de salud para que los trabajadores de la atención médica puedan hacer su trabajo cotidiano de prevención y tratamiento. En todo el mundo, hará falta inversión en detección de vanguardia de enfermedades y la capacidad para investigar, desarrollar y fabricar miles de millones de dosis de tratamientos y vacunas seguros y efectivos contra nuevas enfermedades.

De manera que la preparación efectiva para la próxima pandemia exigirá una combinación de inversión significativa y colaboración considerable, una estrategia país por país no lo resolverá- Costará miles de millones de dólares de todos los sectores, pero como estamos viendo hoy, no invertir miles de millones de dólares le costará al mundo muchos billones de dólares en el largo plazo.

Lecciones desde el terreno

P: Usted ha pasado gran parte de su vida profesional trabajando tanto en Pakistán como en Occidente. ¿Cuán importante fue esto para usted no solo personalmente sino también a nivel profesional?

R: Mi experiencia de vida y de trabajo en Pakistán ha tenido una influencia considerable en mi carrera en salud materna e infantil, así como a la hora de defender la igualdad de las mujeres. He pensado mucho en que estamos diseñando sistemas de atención que no les sirven y que la salud global no funciona para ellas.

Por ejemplo, vi cómo las mujeres son invariablemente las que traen a sus hijos a la clínica para las inmunizaciones y, sin embargo, el diseño de los programas no estaba centrado en sus necesidades. Las mujeres tienen que hacer un viaje a la clínica para las inmunizaciones, otro para la planificación familiar, un tercero para la atención posnatal y así sucesivamente.

Una mujer puede caminar horas con un bebé en brazos o en la espalda para llegar y que el servicio sanitario que busca no esté disponible ese día

Muchas veces, la disponibilidad de servicios es irregular. Una mujer puede caminar horas con un bebé en brazos o en la espalda para llegar y que el servicio no esté disponible ese día. Una comunidad puede tener los mejores servicios de salud, pero si esperamos que las mujeres hagan fila durante horas y tengan que pasar medio día lejos de su puesto en el mercado o de su trabajo en el hogar, ¿estamos genuinamente ayudando a que superen las barreras? Tan pronto como uno pone una lente de género en algo, puede ver dónde están los impactos desproporcionados.

P: En 2013, le dieron el premio Caplow Children por su trabajo para acercar servicios de salud a madres y niños en zonas de bajos ingresos de Karachi. ¿Qué aprendió de esa experiencia y cuáles son algunas de las soluciones más innovadoras que ha visto o utilizado para mejorar los resultados sanitarios en contextos de escasos recursos?

R: Nuestro objetivo era reducir las muertes de madres e hijos, aumentar las tasas de atención prenatal y mejorar las tasas de inmunización. Integramos servicios para ellos, para que el acceso resultara más fácil y más ágil, a la vez que generábamos respaldo a través de un compromiso activo de la comunidad y de una coordinación de la atención, y les ofrecíamos transporte. Para las madres que trabajaban, nos aseguramos de que tuvieran parteras como asistentes calificadas en el parto.

La extrema pobreza, la desigualdad de género, las normas patriarcales, la desnutrición materna y la falta de acceso a atención obstétrica de nivel avanzado crean barreras estructurales

Aprendimos que una estrategia integrada centrada en el paciente podía mejorar rápidamente los indicadores de salud. Pero también vimos cómo la extrema pobreza, la desigualdad de género, las normas patriarcales, la desnutrición materna y la falta de acceso a atención obstétrica de nivel avanzado crean barreras estructurales que impiden el progreso más allá de un cierto nivel. Estas cuestiones sistémicas deben resolverse para cumplir con los ODS para 2030.

P: Usted ayudó a crear el programa WomenLift Health, que busca promover la diversidad en el liderazgo sanitario global. ¿Cómo se puede encuadrar este objetivo en los contextos locales para mejorar la equidad sanitaria y los resultados de la salud?

R: Las mujeres conforman un pool de talento sin explotar y subutilizado. Todos tomamos mejores decisiones cuando trabajamos con equipos diversos que aportan un rango de experiencias vividas y perspectivas a la mesa. Los beneficios de la diversidad han quedado demostrados en repetidas ocasiones en investigación sobre gobernanza corporativa, y todo indica que los mismos resultados aplican en otros dominios también. Los líderes deberían parecerse a las comunidades a las que sirven, tanto local como globalmente.

Copyright: Project Syndicate, 2021. Esta entrevista fue publicada originalmente en inglés.

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