Un médico habla de la covid-19 en Yemen: “Los pacientes se ahogaban”
El doctor Tankred Stöbe atiende a heridos y enfermos en Yemen, un país azotado por la guerra civil. En esta entrevista cuenta cómo el nuevo coronavirus ha empeorado aún más la ya desoladora situación
Tankred Stöbe, de 51 años, internista y especialista en medicina de urgencias, dirige actualmente un hospital para víctimas de la guerra y heridos graves en Yemen, con Médicos Sin Fronteras, organización con la que está vinculado desde hace 20 años. Es el primer médico alemán presente en el país desde el inicio de la pandemia de covid-19. Antes de la entrevista, escribió por correo electrónico que el día anterior había aterrizado en Adén y que, por la tarde, cuando estaba inspeccionando la clínica y quiso salir, "fuera empezó un tiroteo...”
Pregunta: ¿Cuál es la situación donde usted se encuentra?
Respuesta: Oímos disparos constantemente, la guerra está muy cerca.
P. ¿Qué quiere decir muy cerca?
R. El frente está a sólo 50 kilómetros de nuestro hospital. Cada día atendemos a víctimas de los bombardeos, casi uno de cada dos pacientes llega con heridas de bala. En todos los años que llevo en Médicos Sin Fronteras no había visto un porcentaje tan alto de heridas graves provocadas por la guerra.
P. Arabia Saudí y sus socios de la coalición llevan desde 2015 lanzando ataques aéreos sobre Yemen. Hace tiempo que la situación en el país se califica de una de las peores catástrofes humanitarias del mundo. A eso se le ha añadido el coronavirus. ¿Cómo ha afectado esto a las condiciones de vida?
R. No disponemos de cifras fiables sobre las dimensiones de la pandemia en Yemen. En todo caso, ha agravado la situación de la gente. Alrededor de 20 millones de yemeníes dependen de la ayuda alimentaria; los puertos importantes ya han sido destruidos, y si el tráfico aéreo se paraliza, la vida de muchas personas correrá peligro.
P. El problema debe de afectar también a los suministros médicos. ¿Qué consecuencias ha tenido la pandemia en este sentido?
R. Efectivamente, para nosotros también se ha vuelto mucho más difícil recibir material y colaboradores. En mi caso, hasta el último momento no fue seguro si todos los vuelos iban a funcionar y si al final lograría llegar hasta aquí. Al mismo tiempo, la población depende de nuestra ayuda. Una de las causas es que, en los últimos años, los ataques dirigidos contra los hospitales y las instalaciones médicas han sido constantes.
P. La mayoría de las muertes siguen debiéndose al hambre, la diarrea o los bombardeos. ¿Se está exagerando el efecto del coronavirus en las zonas de conflicto?
R. Está claro que, mientras sigan cayendo bombas, el virus es un factor secundario. Al mismo tiempo, la población es extremadamente vulnerable. Yemen tiene uno de los índices de letalidad por covid-19 más altos del mundo. Estamos hablando de alrededor de un 30%, diez veces más que en mi país, Alemania. Algo así solo lo había visto con el ébola. A pesar de que les administrábamos oxígeno, los pacientes se ahogaban.
P. Cuando estalló el brote de ébola en el oeste de África en 2014, usted desempeñó un papel se podría decir que decisivo en la respuesta de Alemania a la crisis. Entonces era presidente de la sección alemana de Médicos Sin Fronteras (lo fue entre 2007 y 2015). Un día recibió una llamada de Angela Merkel. ¿Qué le dijo a la canciller en su conversación telefónica?
R. Me limité a explicarle la situación en la zona y le dije claramente que no podíamos esperar más. Al cabo de unos días se puso en marcha la ayuda del Gobierno alemán.
P. Si ahora pudiese hablar con Angela Merkel de Yemen, ¿qué le diría?
R. Que no podemos mirar hacia otro lado. Cuanto más dura un conflicto, más difícil se vuelve su resolución. Es algo que he aprendido en todas mis misiones. Cada día que pasa, crece la espiral de violencia: los grupos políticos se convierten en bandas armadas, los movimientos se fragmentan y los frentes se multiplican. También se entrometen cada vez más actores externos que intentan aprovechar la inestabilidad para aumentar su propio poder. Cuanto más dura la guerra, más actores encuentran la manera de beneficiarse del conflicto. En Yemen estamos en un punto en el que, al parecer, las partes beligerantes ya no pueden encontrar una solución por sí mismas. Hace falta más presión internacional.
P. Hasta ahora, todos los intentos de mediación internacional en el país han fracasado.
R. Lógicamente, las conversaciones de paz no siempre dan fruto de manera inmediata, pero la paz siempre va precedida de una negociación. Cuando ya no se negocia, la paz no es posible.
P. ¿Qué papel desempeña Alemania?
R. Alemania tiene mayor peso político en el mundo de lo que quizá pensemos. En nuestra condición de primera potencia económica europea, lo que hacemos tiene repercusiones mucho más allá de nuestras fronteras. Especialmente en la crisis de los refugiados, el país asumió un papel ejemplar, y se ha ganado un importante reconocimiento en el mundo árabe. El Gobierno federal debería utilizar ese peso en las negociaciones. Creo que Alemania podría desempeñar un papel más importante en una posible resolución del conflicto en Yemen.
Este reportaje fue publicado originalmente en alemán en la sección Globale Gesellschaft de Der Spiegel
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.