Los cretinos
Varias mujeres se quejan del comportamiento sexual de un señor de izquierdas. ¿Quién tiene que hacer examen de conciencia?
Últimamente hemos visto muy preocupados a sobresalientes intelectuales por el Estado de derecho con motivo del supuesto linchamiento a un aliado feminista que al final no lo era tanto. Sin ir más lejos, el pasado sábado una columnista le defendía (a la vez que admitía que jamás lo habría hecho de no haber sido el motivo de su caída la exposición pública de una conducta sexual abusiva) con el argumento de que comportarse como un cretino no es un delito. Tiene toda la razón. Yo añadiría también que para una parte muy grande de la opinión pública occidental ya ni siquiera es delito ser un delincuente, como demuestra que el mismo hombre que fue declarado culpable de 34 cargos por encubrir el soborno a una actriz porno con fines electorales será investido presidente de Estados Unidos. Lo explicaron los compañeros de El Mundo Today, en un titular humorístico que resume cinco mil ensayos sesudos: los estadounidenses votaron en masa al paisano que hizo célebre el lema “agárralas por el coño” por ser el único candidato que impedía un nuevo asalto al Capitolio y una posible guerra civil. Ahora ese mismo hombre que animó a hordas disfrazadas de Village People a atacar el Congreso de EE UU planea incluir en su Gobierno a un antivacunas, a un supremacista y a dos presuntos abusadores sexuales. Todos están convencidos de que una de las mayores amenazas para la estabilidad del mundo es “lo woke”, una ideología de ideologías que defiende los derechos LGTBI además de esa atrocidad llamada feminismo. También tienen razón. Las mujeres que ya no nos callamos si nos faltan al respeto en cualquier sentido, ni aunque el agresor sea supuestamente “de los nuestros”, somos un peligro. Somos capaces de cosas terribles, como incomodar a los amigos de 50 años del presidente o decirle a un seleccionador nacional que no nos bese en la boca en nuestro momento de gloria. Estos días he leído a sobresalientes analistas que la izquierda tiene que hacer examen de conciencia. Yo digo: que lo hagan los cretinos.
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