¿La mejor sanidad del mundo?
Los lectores escriben sobre la explotación de los profesionales de la salud, los problemas para renovar el CGPJ, las segundas lenguas y la maternidad
Se ofrece contrato para el mes de julio: 214 horas, incluyendo seis jornadas de 24 horas, tres de ellas en fin de semana. Si este mensaje se hiciese público por una famosa cuenta de camareros en una red social seguramente tendría alguna repercusión mediática, puede que incluso política. Pero no, esta es la propuesta que recibo como médico de urgencias en un hospital público valenciano, con relación laboral estable con la administración. Las urgencias no pueden parar y, ante la falta de médicos para cubrir las vacaciones, debemos realizar este “esfuerzo”. Y así, otro verano. El objetivo será, además de intentar mantener la calidad asistencial, conservar fuerza física y mental para seguir sin necesitar una baja al finalizar el periodo. Como al parecer no podemos negarnos a este tipo de jornadas, seguiremos buscando opciones de protesta sin llegar a ponernos de acuerdo. Mientras, leo otro artículo sobre la fuga de profesionales sanitarios hacia otros países. ¿La mejor sanidad del mundo?
Marcos Arroyo Jiménez. Llíria (Valencia)
Ensimismados
Apenas quedan palabras para explicar el problema de la renovación del CGPJ. Pese a los años transcurridos sin acuerdo entre el PP y el PSOE, la mediación de Europa, la urgencia de los jueces, la insistencia de la ciudadanía, no se atisba ningún cambio de posturas para hallar una solución. Ensimismados en sus intereses, practican una pobre política que tan solo busca réditos partidistas a corto plazo. Resulta penoso comprobar cómo la clase política está poniendo a prueba nuestro sistema democrático. Los poderes legislativo y ejecutivo, por un lado, y el poder judicial, por otro, tienen que caminar por sendas paralelas en la búsqueda de metas y objetivos comunes, pero sin interferirse.
Manolo Romasanta Touza. Sigüeiro (A Coruña)
Segundas lenguas
Soy profesora de francés. El atropello que vienen sufriendo las mal llamadas “segundas lenguas” es aberrante frente al imperante inglés. Esas lenguas aportan diversidad en un mundo cada vez más homogéneo, luz a pensamientos retrógrados, fuerza a ideas ultramontanas. Porque no quiero seguir viviendo en una escuela pública donde esté presente la religión católica, porque no quiero que el aprendizaje crítico sea menoscabado, porque quiero reivindicar los grandes referentes de la cultura europea. Por ello y ante los sucesivos ataques al francés en la etapa de secundaria en la educación pública, grito alto y fuerte para que no desaparezcamos.
Ana Gutiérrez Franco. Madrid
Maternidad
Coctelera hormonal, montaña rusa emocional y sueño. Cambia tu cuerpo y tu cerebro, y te pilla de nuevas, te enfada, te frustra. Ser madre es un regalo, así lo veo, pero nadie te prepara. Un salto al vacío. Una ola que te golpea de espaldas. Cambia tus esquemas y tu perspectiva de vida. Te deja sin memoria ni consuelo, sin amor para ti ni paciencia para nadie. Matrescencia. Suena esotérica. Cambio neuronal y hormonal. Salvavidas. La sociedad debe conocerla para empatizar y no dejarnos al abrigo de una ola que golpea incesante y apenas nos permite mantener el equilibrio.
Alba Martínez Soler. Murcia
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