_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Los lunes

Cuando la vida se desmadra y se despeinan las democracias, nada mejor que vivir estos días como una conversación maternal, comprensiva, iluminada en medio de la oscuridad

Una mujer y su hijo, apoyados en un sofá.
Una mujer y su hijo, apoyados en un sofá.Westend61 (Getty Images)

La verdad es que los días lunes tienen su aquel y su cómo, un espíritu muy particular. Son días que inician la semana después de despedir el sol de la fiesta dominguera. Y se comprometen con la luz de la luna. Resulta interesante ser lunes, día de la luna, porque eso ayuda a sostener mejor que otros días los secretos del tiempo. Al sol le llaman Lorenzo y a la luna Catalina, cuando Lorenzo se acuesta, se levanta Catalina. Es una rumba que cantaba Marisol y que mi padre repetía los domingos cuando nos llevaba en coche a la playa. No voy ahora a indagar en las historias de San Lorenzo y Santa Catalina, almas cristianas que sufrieron la tortura y el sacrificio antes de prestar sus nombres al sol y a la luna. Se mire a donde se mire resulta inevitable encontrar escena de usura y dolor, monedas y cabezas cortadas.

Pero cuando uno no puede disfrutar de los viernes y de Venus, es una suerte contar con el lunes. Luz, calma, conocimiento e instinto maternal. Eso dicen los clásicos, y deben tener razón, porque los lunes son días adecuados para recibir algunas noticias. La tarea de hacer de puente entre la fiesta y el trabajo otorga, pase lo que pase, una fuerza que se mezcla con el mañana, aunque el pasado esté pisándonos los talones. La luz de la luna llega incluso a darle un verdadero sentido a los lunes al sol. Necesitamos comprender el destino de los sueños cuando peligran sus puestos de trabajo. Nos favorece un espíritu maternal que establezca negociaciones profundas entre la sabiduría y los sentimientos.

Los lunes son un buen día para pensar en las palabras de moda: crispación, insulto, mentira, acoso, degradación, ultraje, indecencia. Cuando la vida se desmadra y se despeinan las democracias, nada mejor que vivir los lunes como una conversación maternal, comprensiva, iluminada en medio de la oscuridad. Las madres abrazan, comprenden, dan amor y enseñan el modo sabio de seguir adelante.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_