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El algoritmo ya asesina en Gaza

Un sistema que procesa y designa los objetivos con inteligencia artificial contribuye al objetivo de Netanyahu de convertir la Franja en una región donde no se pueda vivir y quede vacía de palestinos

Vista aérea de una zona de refugiados palestinos en Gaza.
Vista aérea de una zona de refugiados palestinos en Gaza.STRINGER (REUTERS)
Lluís Bassets

Un portavoz del ejército israelí ha señalado que esta guerra será estudiada en las academias militares de Westpoint y Sandhurst como modelo del combate urbano del futuro. Lo que pudo parecer una bravuconada más de unos militares con altísima consideración de sí mismos, convencidos de la legalidad de sus actuaciones y de la proporcionalidad de sus matanzas, se ha revelado como el sigiloso reconocimiento de la entrada en combate de la inteligencia artificial para la programación de los bombardeos con el objetivo de eliminar a 37.000 militantes de Hamás y la Yihad Islámica.

Lo ha revelado a partir de testimonios militares una revista que se identifica en su cabecera con el prefijo +972, utilizado para llamar a Israel. Fundada en 2010, los periodistas israelíes y palestinos que conforman su redacción se declaran comprometidos con “la equidad y la justicia, la libertad y la información” y con el “periodismo preciso y honesto” en el manifiesto fundacional que puede leerse en su página digital.

Según el reportaje, firmado por Yuval Abraham, un algoritmo procesa y cruza los datos sobre la población gazatí proporcionados por la vigilancia digital y las redes sociales, designa los objetivos y marca el margen de víctimas colaterales admisibles, entre 15 y 20 cuando se trata de militantes de base, y hasta 300 si es un alto mando. Otro algoritmo localiza los edificios donde se hallan los objetivos. Los programas admiten un margen de error del 10%, que se añade a la tolerancia aceptada de víctimas del entorno de los milicianos condenados a muerte por la máquina.

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La preferencia es marcar las ejecuciones a domicilio y por la noche, mediante otro programa truculentamente denominado Donde está papá y usar bombas de gravedad, más baratas que las teledirigidas. Apenas hay intervención humana, que no suele superar los 20 segundos de confirmación rutinaria por cada diana. El sistema facilita las asignaciones masivas de objetivos, una tarea costosa en las etapas más avanzadas de cualquier guerra, cuando apenas quedan enemigos localizados.

La utilización de la inteligencia artificial explica la enorme destrucción urbana y el elevado número de víctimas, especialmente mujeres y niños, que son familiares y vecinos de ciudadanos condenados automáticamente, sin que se haya probado la comisión de ningún delito o su adscripción a alguna milicia, ni hayan contado por supuesto con derecho a la defensa. Los algoritmos asesinos alimentan la idea de que es posible exterminar a la entera organización enemiga, pero a la vez contribuyen al objetivo del Gobierno extremista de Netanyahu de convertir Gaza en una región donde no se pueda vivir y quede vacía de palestinos. Entonces solo quedarán alternativas de reconstrucción como la que ya ha propuesto Jared Kushner, el yerno de Donald Trump, que sueña en la Franja como una opulenta costa turística llena de hoteles y residencias de lujo.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).
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