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editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El fracaso de la antipolítica de Milei

La oposición tumba la ley ómnibus del presidente, que ha puesto en marcha una iniciativa para penalizar de nuevo el aborto

Diputados en el Congreso argentino protestan contra la ley ómnibus del presidente Milei, el pasado 2 de febrero.
Diputados en el Congreso argentino protestan contra la ley ómnibus del presidente Milei, el pasado 2 de febrero.Natacha Pisarenko (AP)
El País

La realidad le ha puesto freno a las ambiciones de Javer Milei en Argentina. El Congreso vetó con una amplia mayoría opositora la ley ómnibus con la que el ultraderechista pretendía iniciar el desguace del Estado. El partido de Gobierno tiene solo 37 de los 257 diputados que integran la Cámara baja, 92 menos de los necesarios para alcanzar la mayoría. En el Senado, su situación es similar: tiene 7 de 72 asientos. Milei asumió el 10 de diciembre, advertido de que cualquier proyecto de ley necesitaría de arduas negociaciones con la oposición moderada, un bloque heterogéneo integrado por peronistas no kirchneristas, representantes de partidos provinciales, diputados de la Unión Cívica Radical (socialdemócrata) y el Pro, el partido que en 2015 llevó al poder al presidente liberal Mauricio Macri. Pero en lugar del diálogo, Milei se aferró al discurso “anticasta” que agitó en campaña y rompió todos los puentes con sus aliados.

La discusión de la ley más importante del nuevo Gobierno se planteó como una batalla entre “el pueblo”, representado por el presidente, y “los políticos ladrones” que, según Milei, se enriquecen con el dinero de “los argentinos de bien”. La oposición moderada se mostró dispuesta a apoyar la ley ómnibus, pero advirtió que no sería fácil aprobar la totalidad de un mamotreto con más de 600 artículos que atendía desde las urgencias fiscales hasta el régimen de inscripción de los automóviles. Resultaba peligroso abrir cientos de frentes al mismo tiempo cuando las preocupaciones ciudadanas se limitaban a resolver el problema de inflación, ya en el 211% interanual. La ley cayó finalmente esta semana por los votos opositores y todo el proceso volvió al punto de partida.

El Gobierno pecó de exceso de confianza. Sostiene que el 56% de los votos obtenidos en la segunda vuelta electoral protege sus ideas de cualquier crítica. No tuvo en cuenta que la democracia exige consensos y concesiones y desoyó a los diputados con experiencia que señalaron la falta de conocimiento de las reglas parlamentarias de los nuevos legisladores de La Libertad Avanza, el partido de Gobierno. Cuando perdió la votación, Milei —que estaba de visita oficial en Israel— acusó a sus aliados de traidores y corruptos.

Milei parece dispuesto a romper las reglas de la democracia, convencido de que son su único obstáculo para concretar sus ideas de ultraderecha. Esta semana, los argentinos se enteraron de un proyecto de ley que silenciosamente ingresó al Congreso para volver a penalizar el aborto, derogando la ley aprobada en 2020. La iniciativa habla de salvar al país de un presunto “deterioro moral” de Argentina, origen de los males económicos que padece. La deriva autoritaria que oculta este tipo de discurso mesiánico debe poner en alerta a las fuerzas democráticas del país sudamericano.

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