Vivos a muerte
Los lectores escriben sobre la importancia de amar, la precariedad de los investigadores universitarios, la extrema derecha y el odio como único proyecto político, y sobre el ensimismamiento de la juventud
Hoy, viendo cómo una pareja de abuelitos caminaba de la mano como dos colegiales irradiando felicidad y paz mientras miraban el cielo disfrutando de un amanecer que dejaba sin palabras, me sorprendía diciéndome a mí misma: “Muero de amor”. Me paré a pensar y me di cuenta de que uso mal esa expresión. ¡Pero si lo que ellos hacen no es morir de amor, sino vivir de amor! ¿Y si al final todo se redujera a eso? A vivir de amor, por y para amar: lo que te ha tocado, lo que tienes, aquello que ya no está pero quisiste tanto o más que a ti mismo, aquello a lo que conscientemente renunciaste y que te llevó a estar donde estás ahora, aquello que aún esté por llegar... Pero, sobre todo, vivir de amor por ti, conociéndote y aceptando quién eres, aceptando que lo único constante es el cambio, tomando decisiones sin plantearte volver la vista atrás más que para valorar bien y mucho lo logrado. Sinceramente, estoy cansada de muertos en vida, prefiero los vivos a muerte.
Andrea Nieto Gallego. Valencia
Investigadores precarios
He sido becada para formarme en investigación y estoy feliz. Aunque la realidad es que cobro poco y mi beca apenas me da para ahorrar, aun viviendo en una ciudad donde acceder a una vivienda digna no es prácticamente una utopía. Me pregunto cómo alguien que tiene el mismo sueldo que yo es capaz de sobrevivir en ciudades como Madrid o Barcelona. Es irónico, somos tantos los que anhelamos cobrar 1.000 euros con tal de hacer lo que nos gusta que mucha gente se queda fuera, obligados a abandonar su pasión por falta de recursos. Muchos investigadores tirados a la basura.
Patricia Alzola Bordón. Salamanca
La actitud de la ultraderecha
Cuando veo y escucho a la ultraderecha en los distintos lugares en que actúa veo que son gentes que han nacido para la confrontación, la bronca, el odio y la lucha contra el orden establecido. Al ver y oír a Santiago Abascal, a Javier Milei, a Donald Trump y a otros tantos deduces que lo único que pretenden es eliminar las sociedades ordenadas en democracias. Y lo único que se me ocurre pensar es que solo lo hacen por alcanzar el poder haciendo el bestia. Y lo que entiendo menos es que haya gente que los vote, quizá exceptuando a aquellos que no encuentran otra salida a sus vidas y saben que es su única opción.
César Moya Villasante. Madrid
Una sociedad burbuja
Confieso que no conozco nada de vivir en carencias ni lo que hay más allá del barrio de Sarrià, y mi temor es seguir viviendo en mi burbuja: siendo ignorante de lo que hay afuera. Como yo, miles de jóvenes no conocen más allá de su vida europea romantizada. ¿Acaso será así la sociedad del futuro? ¿Será una sociedad tan materialista y con tan poca conciencia de lo que ocurre en el exterior? Somos los mayores del mañana y parece que solamente podemos mirar al futuro cercano de nuestras frivolidades. Tal vez, algún día, al ver una noticia, un libro, una imagen, logre penetrar nuestra coraza y nos ayude a poder entender que la burbuja no fue creada para que estemos seguros sino alejados.
Almudena Mesones. Barcelona
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