_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Meta: renovarse o morir

Los responsables de Threads aseguran que no quieren ser solo un ‘doppelgänger’ de Twitter, sino que quieren convertirse en la primera gran red social interoperable

Mark Zuckerberg lanzará Threads.
Aplicación de Threads, la nueva plataforma de Meta, en App Store.Christoph Dernbach (AP)
Marta Peirano

Por qué sigues usando la misma cuenta de correo de Gmail de hace dos décadas. Como sus otros 1.800 millones de usuarios, llegaste porque el servicio era gratis y te quedaste porque el almacenamiento de nube y su integración con los principales sistemas operativos y navegadores facilita la mudanza de teléfono a teléfono y de ordenador a ordenador. Pero el motivo principal es que hace años que no piensas en ello. Forma parte de tu identidad, como tu número de teléfono y tu DNI, y la usas para todo en todas partes. Esa universalidad, libertad y compatibilidad es una de las principales características de los protocolos que usan los servidores de correo electrónico para intercambiar mensajes entre ellos. Es completamente deliberada y se llama interoperabilidad.

Lo opuesto a la interoperabilidad es la incompatibilidad. Si Gmail fuese incompatible con el resto de servicios de correo, todos tendríamos cuentas en todos (Outlook, Hotmail, Applemail, Protonmail). Es lo que ocurre con los sistemas de mensajería (WhatsApp, Telegram y Signal) y con las redes sociales. En estas, la incompatibilidad ha producido diferentes culturas generacionales, estéticas y sectoriales: los mayores están en Facebook y los jóvenes en TikTok; los nerds se juntan en Mastodon y los geeks en Discord. Pinterest es más de chicas y Reddit de hombres. Los influencers están en todas las plataformas donde puedan capitalizar contenido. Los periodistas y políticos están atrapados en Twitter y no saben a dónde ir.

Si Twitter hubiese adoptado protocolos abiertos, ahora mismo podrías mudarte a otro servicio sin perder tu cuenta, tus seguidores y tu identidad. Los responsables de Threads, la nueva plataforma de Meta, aseguran que no quieren ser solo un doppelgänger de Twitter, sino que quieren convertirse en la primera gran red social interoperable, adoptando un protocolo llamado ActivityPub. Si triunfa, cambiaría radicalmente el mundo de las redes sociales. Para Meta es una decisión arriesgada, pero, después del fiasco del Metaverso, solo queda renovarse o morir.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

ActivityPub es el protocolo que sujeta el fediverso, una federación de plataformas y servicios para un nuevo internet descentralizado. Su miembro más importante es Mastodon, que tiene 10 millones de usuarios (la mitad inactivos) frente a los 1.300 millones de Instagram, la incubadora de Threads. La reacción del fediverso ha sido predeciblemente negativa. Es como si Coca-Cola quisiera ser socia de una cooperativa de refrescos de barrio: la cooperativa crece, pero a costa de alterar su delicado equilibro de manera existencial.

De momento, su relación con Instagram es su principal ventaja y su mayor inconveniente. Exportar tus seguidores a una nueva plataforma es como aterrizar en un país nuevo con casa, coche, novio y seguridad social. Solo con eso podría superar los 353 millones de Twitter rápidamente. Pero, al hacerlo, Threads hereda también las prácticas de Instagram, que recopila información sobre la salud, finanzas, contactos, historial de búsqueda y ubicación del usuario, además de enviar datos a terceros sobre su orientación sexual, creencias religiosas y políticas, raza y etnia, cuerpo y estado laboral. Incumple los estándares de la nueva Ley de Servicios Digitales de la Unión Europea. Y las multas son astronómicas, incluso para Meta. Podría quedarse en titulares, como la pelea en jaula entre Zuckerberg y Elon Musk.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_