Preservar la belleza de nuestro planeta

Nuestro planeta es como un inmenso cuadro, pero infinitamente mejor que la más preciada obra del mejor de nuestros pintores. No sería lo mismo El nacimiento de Venus de Botticelli si surgiese de unas aguas grises y espumosas, o La noche estrellada de Van Gogh si no se viesen las estrellas por estar el cielo contaminado, o el Mata Mua de Gauguin con un vertedero descontrolado de fondo y envases plásticos y ropa degradada revoloteando sobre los personajes que comentan, ya no apaciblemente, como érase una vez un paraje paradisiaco. Ahora nuestro objetivo global debería ser la conservación y regeneración del medio ambiente, señalando y frenando las actividades responsables de la degradación ambiental, empobrecedora física y espiritualmente. Por una calidad de vida sana, libre, solidaria, responsable, culta y bella, para todas las generaciones.

José Manuel Mielgo. Béjar (Salamanca)

La estrategia de Vox

Después de muchos años de conquistas sociales, Vox sigue empeñándose en no llamar a las cosas por su nombre. Por ejemplo, niegan la violencia machista, la llaman violencia intrafamiliar, persiguen la libertad sexual y demonizan a todo aquel que viene de fuera. Con este caldo de cultivo, aprovechando el descontento social, la lección que este tipo de políticas ha regalado al mundo es de sobra conocida.

Pedro María Benito. Vitoria-Gasteiz

El partido de las copas

Recibo con interés las declaraciones del líder de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid anunciando negociaciones con las mejores discotecas para obtener ventajas y privilegios. Me interesa la motivación de los jóvenes para comprometerse en las políticas regionales del PP. Dejé Madrid hace tiempo, pero aún puedo votar en las elecciones autonómicas y me interesa saber qué tiene pensado ofrecer el PP a cambio en las negociaciones. ¿Hay algún privilegio previsto para mí? ¿Algo pensado para la educación, la sanidad, el transporte…? ¿O nos vale con las copas?

Juan Cabrera Pérez. Berlín

Mirando hacia abajo

Vivimos en la era donde por querer mostrarle al mundo “el momento”, nos lo estamos perdiendo. Esa inagotable adicción de estar permanentemente conectados, tener el celular en la mano y publicar cada instante de la rutina diaria, para crear una falsa realidad que solo nos lleva al fracaso absoluto, porque nos quita la oportunidad de estar presentes y de simplemente vivir sin tener que ser validados por los demás.

Luisa Martin. Bogotá (Colombia)

El recuerdo del buen hijo

Estimado Manuel, lo primero que hago al tener EL PAÍS en mis manos los sábados es leer tu esquela, que me reconcilia, me ubica, me pone en el mundo. La semana pasada comunicaste el dolor por la pérdida de tu amado hijo y créeme que sentí mucho dolor poniéndome en tu piel. Por eso y por si te sirve de consuelo, sepas querido Manuel, que muchos lectores tuyos sufrimos con tu pérdida y estamos seguros que el recuerdo del buen hijo te ayudará a seguir sintiendo el universo, como solo tú lo explicas.

Javier Lago. Madrid