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Columna
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Lágrimas

El papel de Héctor y Aquiles será asumido por Messi y Mbappé, sin que se sepa en este caso quién de los dos será el vencedor y el derrotado

Lionel Messi y Kylian Mbappé se saludan en una imagen de archivo.
Lionel Messi y Kylian Mbappé se saludan en una imagen de archivo.LUIS ACOSTA (AFP)
Manuel Vicent

La velocidad constriñe el tiempo y el espacio, por eso el campo de fútbol parece mucho más pequeño cuando juegan futbolistas muy rápidos, hasta el punto de que resulta extremadamente difícil encontrar un hueco por donde pueda pasar la pelota; en cambio, el juego lento, los cien pases anodinos, dubitativos adelante y hacia atrás agrandan la cancha en la mente del espectador casi hasta el infinito. La rapidez de la jugada anula el vacío. Esta lección práctica de física podría producirse, tal vez, este domingo, 18 de diciembre de 2022, en la final del campeonato mundial de fútbol entre Argentina y Francia que se celebra en Qatar. Deja para antes o después el lamento hipócrita de que en ese emirato no se respetan los derechos humanos. Deja a un lado por un par de horas la idea de que en España el forúnculo de la política, lleno de pus, está a punto de reventar. Este partido se trata de una puesta al día del mito de Héctor y Aquiles cuyo combate sucedió en las puertas de Troya hace más de 3.000 años. El papel de estos héroes legendarios será asumido por Messi y Mbappé, sin que se sepa en este caso quién de los dos será el vencedor y el derrotado, para quién habrán reservado los dioses las lágrimas, para Argentina o para Francia. De hecho, las lágrimas de placer y de dolor tienen la misma expresión en el rostro; por eso será difícil saber quién ríe y quién llora cuando la veleidad del balón ponga a ambos países patas arriba al final de la batalla. Solo Messi y Mbappé están capacitados para borrar el tiempo y el espacio. ¿Quién de los dos será el Aquiles que levante la copa, con Héctor a sus pies? Aquella batalla fue narrada por Homero con versos de oro. Hoy solo sonará el estúpido oé oé oé, que ya se ha convertido en un himno planetario. Terminado el partido puede uno volver a afligirse por todas injusticias que soporta la humanidad. Adelante.

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Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

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