_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Las letras de Santiago Auserón

Muchos de los textos del cantante pueden leerse como poemas, aunque el placer se redobla si uno mira el libro y escucha al tiempo la canción correspondiente

Santiago Auserón, en Barcelona en 2010.
Santiago Auserón, en Barcelona en 2010.CARLOS SUÁREZ (EFE)

Se me hace a mí que pocas actividades ayudan con tanta eficacia a limpiarse por dentro como celebrar el talento de los demás. He oído decir que este ejercicio de higiene interior no termina de cuajar en el gremio de los escritores. Como no he emprendido investigaciones de campo, carezco de pruebas; pero, en todo caso, allá cada cual con la dimensión humana de su sombra. Para quienes no se cierren al disfrute de la inventiva ajena, la editorial Demipage ha tenido la excelente idea de publicar una golosina en forma de libro, que recopila letras de canciones de Santiago Auserón. Unas corresponden a los tiempos en que fue compositor y vocalista de Radio Futura (1979 – 1992); otras, la mayoría, a la etapa posterior que se alarga hasta nuestros días y en la que este “negro del Ebro”, como él mismo gusta de definirse, se hace llamar Juan Perro. No anda escaso de vigor poético el título que le ha puesto al libro, Luz de mis huesos. El responsable de la selección y cuidado de los textos ha sido el poeta Francisco Javier Irazoki, lo que garantiza la ausencia de erratas. No conozco a nadie que las persiga con tan sostenida perseverancia como él. Max firma la atractiva ilustración de la cubierta, donde se ve al cantante de perfil con su característico sombrero y una sonrisa canalla. Hay en las letras de este consagrado músico una voluntad ostensible de contenido, hasta el punto de que muchos de sus textos pueden leerse como poemas al margen de la música, aunque el placer se redobla si uno fija la mirada en las páginas del libro y escucha al mismo tiempo la canción correspondiente. Todo ello alejado de la rima fácil, de la simpleza pop, de la tontería bailable o de la matraca ideológica. Uno admira esta visión de la música como vía de conocimiento, compuesta por un doctor en Filosofía que toca la guitarra o viceversa. Mi aplauso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_