_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

De visados y genios

Denegar la entrada a Europa de los ciudadanos rusos sería un castigo colectivo e indiscriminado, que el derecho internacional humanitario no ve nada bien

Visados ciudadanos Rusia
Una joven rusa tramita la expedición de un visado en la oficina de visados de la embajada británica en Moscú, en septiembre de 2019.
Pere Vilanova

Algunos genios han tenido una brillante idea: ¿no sabemos qué más hacer con Vladímir Putin? Pues castiguemos a casi 150 millones de rusos (y de otras sufridas etnias de pasaporte ruso) con una denegación general de visados para venir a Europa. Así, razona el genio, cambiarán su comportamiento como electores, pasarán a votar masivamente a de momento inexistentes candidatos democráticos, las elecciones serán limpias, y ello implicará la derrota de Putin, a quien le encantaría por cierto dicha maniobra de denegación general de visados. Qué más prueba se necesitaría para demostrar un complot general contra el pueblo ruso.

Eso sería un castigo colectivo e indiscriminado, y créanme genios, el derecho internacional humanitario no lo ve nada bien. Uno de esos genios avala en las redes sus 20 años de experiencia en temas de visados para asegurar que eso funciona. Un servidor puede certificar que la Comisión de Venecia del Consejo de Europa (que acaba de expulsar a Rusia por el comportamiento de su Gobierno en temas de derechos humanos) lleva casi 30 años monitorizando varias transiciones en el espacio de las antiguas URSS y Yugoslavia, y uno de los problemas recurrentes, casi siempre, son los sistemas electorales y las elecciones. Y se busca siempre la interlocución con las instituciones, los partidos, y la sociedad civil, con resultados desiguales en cuanto a resultados. La OSCE (Organización para la Seguridad en Europa) hace algo muy parecido, y en general de modo coordinado con el Consejo de Europa. Ya existe un tratado de Schengen que hace años que filtra las peticiones de visados, ya se han visto los resultados muy positivos del incentivo de la Unión Europea para consolidar esos procesos de democratización. En Serbia, sin ir más lejos, la evolución democrática de sus élites ha sido clara, aunque lento y en ocasiones bastante irritante. O en Macedonia, Kosovo, o la misma Ucrania (que he visitado cuatro veces con la Comisión de Venecia desde 2017). El genio antes citado afirma que hay una vía, que es la petición de “visados humanitarios”, pero esto es un proceso individual en el que la carga de la prueba se invierte. ¿Qué pueden decir mis amigos Yura y Zina? Son rusos anónimos que suman entre los dos siglos y medio de edad, que simplemente no votan a Putin, y no han escrito ni un grafiti en el barrio. ¿Qué alegarán?

En 1966, el régimen de Franco convocó un referéndum sobre la Ley Orgánica del Estado, y después unas “elecciones al tercio familiar de Las Cortes”. Había urnas, propaganda (solo de Franco y su ley) y las cárceles tenían muchos presos políticos (de los de verdad), pero ¿hubiera sido una buena idea que Europa se movilizara para denegar la entrada de los españoles, turistas, exiliados, etc.? Algún genio (entonces ya los había) sugería en París un boicot en términos de viajes entre España y Francia, y la reacción abrumadora fue la contraria. Cuantos más extranjeros visitasen España y cuantos más españoles fueran a Francia, mejor que mejor.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Al genio de hoy le digo que, siendo así que hay sanciones selectivas que impiden a jerarcas rusos venir a Europa, cuantos más rusos “normales”, seres humanos, podamos traer, mejor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_