El “síndrome de la rana hervida”, pese a su dudosa veracidad, resulta ilustrativo y se menciona en situaciones dispares. Es la falta de respuesta ante peligros que se pueden producir a largo plazo. El exvicepresidente de Estados Unidos Al Gore aludió a él en su impactante documental de 2006 Una verdad incómoda. En 2020 fueron miles los mensajes reenviados sobre dicha parábola. Generalmente, partían de negacionistas o de quienes se oponían a las medidas del Gobierno para enfrentarse a la pandemia. El pasado 23 de agosto realicé varios trayectos en autobús de línea. En casi todos hube de abrigarme para soportar el aire acondicionado. Al comentar lo anómalo de la baja temperatura algunos viajeros asintieron, otros callaron indiferentes, y un señor dijo que él se encontraba estupendamente. Me vino a la mente la imagen de la ranita, tan a gusto ella dentro del agua templada de la cazuela.

María Carmen Ortega Navasa. Soria

Querida España vaciada

Paseo por tus calles desoladas y me encuentro con la escasez de papeleras, contenedores y servicios de limpieza. Es muy triste querer cuidar más nuestro planeta, nuestro hogar, y que nos pongas tantas trabas a los ciudadanos que te habitamos. También necesitamos más medios de transporte, más comunicación, no podemos depender del coche para todo, con lo que ello supone para el medio ambiente. Nos estamos cargando el planeta. Gracias a la incomunicación que padecemos y la escasez de servicios. Así que, te ruego, querida España vaciada, hazme el favor y cuida más el planeta.

Bárbara Lucía Sánchez y Hermosilla Murillo. Almadén (Ciudad Real)

Elogio de la siesta

El verano comienza a menguar, y con ello, además de la luz, se va la posibilidad de la siesta. Alguien dijo que la siesta debería ser patrimonio. No. Oficializarla sería devaluar su sentido. La siesta es un “nada es para tanto”, un, “ahora soy yo quien controla los tiempos”. Una “reliquia animal”, una oda perpetua a la serenidad. Gramática cósmica al alcance de cualquiera. La paz de las extremidades. Un “no contéis conmigo”. El verano mengua y vaticinan días de insomnio. Apuren. Disfruten de la siesta.

Francisco García Castro. Estepona

¿Adónde va el PP?

Un día sí y otro también escuchamos a la portavoz en el Congreso del Partido Popular y a todos sus dirigentes ante cualquier medio afear al Gobierno que no llama al señor Alberto Núñez Feijóo, que el PP está dispuesto a dialogar y llegar a acuerdos y que es ante todo un partido de Estado. Al mismo tiempo, dicen que los acuerdos y pactos firmados por anteriores dirigentes del partido no son vinculantes y, por lo tanto, no obligan a los actuales, por lo que están admitiendo que cualquier acuerdo al que pueda llegarse y firme un representante del PP el partido no estará obligado a cumplirlo si cesa ese dirigente. Por lo menos con el señor Pablo Casado sabíamos a dónde iba el partido y cuál era su posición y su mensaje. Ahora son pura contradicción y no tienen una línea definida.

Manuel Gallardo Domínguez. A Coruña