_
_
_
_
columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Trabajar más y trabajar más rápido

La realidad de la comunicación continua y el teletrabajo es que, en muchas profesiones, la jornada se alarga hasta el infinito, pues ni dormir sirve para desconectar

Teletrabajo
Una mujer trabaja desde su domicilio, en Madrid.Emilio Naranjo (EFE)
Berna González Harbour

Si la noticia de que Bélgica aprueba la semana laboral de cuatro días está sorprendiendo tanto no es por lo novedoso del planteamiento ni por una mejora en derechos que no existe, puesto que se mantendrán las mismas horas, sino por la distancia que se percibe entre el ordenamiento tan lógico del trabajo que sugiere y la realidad desmigajada que vivimos. En el mundo real, al menos el que habitamos muchas almas, a los sanitarios les suspenden las vacaciones ola tras ola mientras siguen faltando contrataciones; sus jornadas se estiran más allá de lo humanamente aconsejable; los conductores de Uber o del taxi convencional llegan a la puerta ojerosos y cansados al encadenar clientes por encima de un horario decente, ya que así ganarán un poco más; las cuidadoras, asistentas y limpiadoras pasan el día en el metro o los transportes para rematar dos horas acá, dos horas allá, deseando llegar algún día a las 40 semanales (para ellas sería un sueño); los camareros firman contratos por menos tiempo del que tienen que cumplir. Y etcétera.

Mejorar horarios y reducir la dedicación al trabajo para poder conciliar y tener una vida propia es una aspiración histórica que se ha ido abriendo paso lentamente. Muy lentamente, y con frenazos. La realidad de la comunicación continua y el teletrabajo es que, en muchas profesiones, la jornada se alarga hasta el infinito, pues ni dormir sirve para desconectar cuando las notificaciones pueden colarse en la almohada.

Charles Chaplin apretaba tuercas en Tiempos modernos y hacerlo bien no bastaba, puesto que la máquina se aceleraba hasta contagiarle los espasmos y tics que se llevaba a casa, el hombre. Nosotros también podemos apretar bien las tuercas, pero eso no basta en un mundo que requiere todo de forma más intensa, más deprisa, más multitarea. En cualquier momento, la máquina nos engullirá como a Charlot cuando nos empeñemos en apretar una tuerca mejor. Y desapareceremos en el engranaje. La tuerca, eso sí, quedará genial.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

¿Recuerdan la película? Cuando Chaplin perdía comba en la cadena de producción y se salía de ella empezaba a ver tuercas donde había ojos, pechos o botones. Se volvió loco. Y nosotros no sabemos si seguiremos apretando tuercas imaginarias tras trabajar diez horas al día durante cuatro días a la semana, u ocho horas durante cinco días, porque la aceleración de la maquinaria y la conexión constante nos vuelven tan locos como a él. @BernaGHarbour

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_