La Palma, pueblo ejemplar

Se acabó la erupción del volcán de La Palma. La isla empieza a respirar libre de cenizas, tremores y piroclastos. Ahora toca ajustar cuentas con los palmeros y palmeras. Pocos pueblos han demostrado tanta entereza ante la adversidad como el suyo. Sin lloros, sin quejas, asumiendo con valentía la que se les venía encima desde el minuto cero y siempre sin culpar a nada ni a nadie, ni siquiera al volcán. Una actitud madura y encomiable como pocas se ven en esta nuestra sociedad infantilizada del todomelodenhecho. Es verdad que cada cual en el hospital solo se queja de su mal, sea grande o pequeño, sin importarle lo demás, pero pensemos en el pueblo palmero y en lo que ha aguantado la próxima vez que clamemos al cielo por esa manchita de humedad que nos ha salido en la pared, que a algunos solo les falta llamar a los bomberos por si amenaza ruina.

Gonzalo de Miguel Renedo. Logroño

La magia de la amistad

Reencontrarse pasado el tiempo y que parezca que fue ayer la última vez que compartisteis anécdotas y un par de cañas. Sentir que la alegría te invade cuando te cuentan algo y ves la ilusión en sus ojos. El orgullo y la admiración absoluta de verles crecer. Mirarles y darte cuenta de cómo pasa el tiempo y de lo increíble que ha sido pasarlo juntos. Una montaña rusa de sensaciones que te agita más fuerte que un tsunami, pero a la que subirías de su mano sin dudarlo un segundo una y otra vez. Saber que todo es recíproco. Lo llaman amistad, pero también es familia, refugio y hogar.

Guadalupe Gavilán Gómez. Córdoba

Dos peticiones para los Reyes Magos

Desde aquí pido a los Reyes Magos dos ilusiones para el 2022. La primera, que el periodismo no recoja como noticia la bronca, el insulto y el poco respeto de nuestros políticos a fin de aislar un comportamiento que falta a los más elementales principios de la educación. Y la segunda, que los jueces se crean de verdad que todos somos iguales y que la amistad o ideología no sea privatización de sentencias justas, con lo que no quebrarán sus principios profesionales. Si me traen estas dos peticiones el 2022 podrá ser mejor para este país.

Cesar Moya Villasante. Madrid

¿Por un puñado de ‘clicks’?

En la columna del 25 de diciembre Feliz Navidad de toda mi infectada familia se utiliza un tuit de mi autoría para colocarme el sambenito de “irresponsable” en tiempos de covid. El problema: ese tuit forma parte de un hilo y se me sitúa de forma descontextualizada, no sé si con intención o por torpeza, al lado de casos de personas anónimas que se han infectado o que tienen graves enfermedades. Aquí, la sentencia completa —fechada el 21 de diciembre— de la que se extracta las dos primeras frases: “No voy a tomar las mismas precauciones que en diciembre de 2020. Así de claro. Veo que me dan la charla de que soy un inconsciente. Pues sí, pero ni de coña voy a llevar la mascarilla en exteriores cuando haya distancia, voy a asistir a eventos culturales, cenaré con mi familia en Navidad... un loco”. En definitiva: voy a cumplir la legalidad del 21 de diciembre de 2021 y no la del 21 de diciembre de 2020. Me apena que un medio serio como EL PAÍS no compruebe cómo se contextualizan las opiniones de sus articulistas. Quizá porque le dan clicks a costa de inventarse una realidad que cuadre con el maniqueo mundo de algunos de ellos.

Eduardo Galán. Madrid