No tiene sentido pedir perdón
Los lectores escriben sobre si España debe disculparse por la conquista de América, la fisioterapia, el reguetón en las escuelas y sobre hablar del cáncer con normalidad
Solicitar a una nación, como España, que pida perdón por presuntos delitos humanitarios acontecidos en América hace más de cuatrocientos años, tiene poco sentido. Es poco probable que el pueblo español esté arrepentido de hechos ocurridos tantos siglos atrás, que no pueden ser entendidos y comprendidos adecuadamente en toda su dimensión. Para entender el mundo de hace más de cuatrocientos años habría que recrearlo tal como era y contemplarlo con la mentalidad de entonces. Si no aceptamos esta premisa, deberían pedir perdón los italianos por presuntos delitos humanitarios del Imperio Romano, o los franceses por los del Imperio Napoleónico. Nadie puede juzgar hechos tan pretéritos con una mente del siglo XXI. Otra cosa sería, a la luz de los tratados históricos existentes, repudiar los presuntos delitos humanitarios que los conquistadores españoles pudieron cometer, y reconocer las muchas acciones positivas que, sin duda, también realizaron.
Juan Pedraza Maya. Madrid
Beneficios de la fisioterapia
En relación con el excelente artículo sobre el dolor crónico publicado en EL PAÍS el pasado domingo, 17 de octubre, y puesto que padezco un dolor neuropático desde hace ocho años, he podido comprobar el enorme beneficio de la fisioterapia en la gestión de este y de cualquier dolor musculoesquelético. Además de su actividad básica, el fisioterapeuta es un educador que nos enseña cómo tenemos que tratar nuestro cuerpo adecuadamente en todo momento para no sufrir dolor alguno, y sin recurrir a los fármacos. Desgraciadamente, parece ser que las comunidades autónomas van a recibir menos recursos del Gobierno para la sanidad en esta nueva etapa, así que seguramente se desvanecerá la posibilidad tan necesaria de contar con al menos un fisioterapeuta en cada uno de nuestros ambulatorios.
Diana C. Badder. Córdoba
Reguetón en el comedor escolar
Sabes que primero tienes que lamerlo antes de intentar pegarlo, no digas que no te gusta. Esta es la traducción del verso de una canción de reguetón que hace pocos días ha sonado a la hora del comedor en una escuela de primaria. Se ha vuelto habitual oír a niños menores de diez años cantar reguetón, normalizando así la dominación masculina frente a la mujer, sexualizando los cuerpos de las niñas y, como consecuencia secundaria, provocando trastornos mentales: bulimia, vigorexia... ¿Es esto educar?
Guadalupe Muñoz García. Premià de Mar (Barcelona)
Hablar del cáncer con normalidad
Desde que era pequeña, por circunstancias de la vida, he vivido de cerca situaciones de cáncer en seres queridos, algo que no llegué a entender hasta hace bien poco. Si normalizásemos hablar sobre este tipo de enfermedades creceríamos sin miedo a esa palabra. Acaba de celebrarse el día mundial contra el cáncer de mama. Para normalizarlo hay que hablar de pechos, de que todos son bonitos y que es muy importante conocerse y explorarse siempre. Ahora ya sé lo que es y su importancia, por ello, es importante que, desde pequeñas, nos enseñen a tratar todo tipo de asuntos para poder crecer libres de tabúes y fuertes para lo que nos podamos encontrar en la vida.
Susana Bermejo. Caldes de Montbui (Barcelona)
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