_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Contra el pensamiento político

No recuerdo yo ninguna época en que los despachos y pasillos de Génova fuesen un murmullo de paradojas, silogismos y diálogos platónicos, como evoca Aguirre

Sergio del Molino
La expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, acompañada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el pasado mes de mayo en Madrid.
La expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, acompañada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el pasado mes de mayo en Madrid.Rodrigo Jiménez (EFE)

Si no supiera con certeza rotunda que no es así, pensaría que Esperanza Aguirre es una agente a sueldo de Pedro Sánchez. Para empujar la ambición de Ayuso, que está impaciente por devorar su partido, se ha transformado en la versión teleñeco de Macbeth (insulta como en el teatro de guiñol: “¡niñatos, chiquilicuatres!”; le faltaron “polloperas” y “petimetres”) y ha metido al PP en una gresca de bar muy navajera y entretenida, mientras un Sánchez redentor anunciaba en TVE que se disponía a rescatar a los españoles de la asfixia eléctrica. No sé cómo se las ponían a Fernando VII, pero esta oposición, con la ayuda cizañera de Aguirre, se las pone muy bien al Gobierno.

Más información
La crisis del PP de Madrid opaca la convención para relanzar el proyecto de Casado

Es muy divertido que alguien que irrumpe en el debate a pedradas, aunque sean pedradas de felpa, reivindique el pensamiento político. Dice Aguirre que en el PP no hay nadie mayor de 55 años pensando. Se entiende que menores, tampoco, porque por debajo de esa edad solo hay niñatos, y los niñatos están todo el día retuiteando a Ibai y explotándose granos. Desde la grada del retiro, todo tiempo pasado luce mejor, pero no recuerdo yo ninguna época en que los despachos y pasillos de Génova fuesen un murmullo de paradojas, silogismos y diálogos platónicos, como evoca Aguirre. A no ser que por pensar entienda malpensar y no se refiera al cultivo de la doctrina liberal o democristiana, sino al ingenio del niño con tirachinas que traza planes retorcidos para incordiar al vecino. Fuera de eso, en los partidos, el pensamiento político parece un oxímoron, como aquel chiste sobre el periódico El Pensamiento Navarro. O se piensa o se hace política.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Estas polémicas se agostan mientras las escribo. Para cuando se publique esta columna, otra gresca (¿Cataluña?) ocupará la atención de los “queridos niños”, como llama a los ciudadanos el cínico protagonista de la última novela de David Trueba, y a este ritmo no hay quien piense. Un argumentario de partido es a una corriente de pensamiento político lo que las frases de los azucarillos a la literatura: no llega ni a sucedáneo. Los políticos actuales pueden aspirar a prologar El manifiesto comunista, como ha hecho Yolanda Díaz, pero no a escribir otro, y Aguirre lo sabe. Por eso apuesta todo a la política española más ajena al pensamiento, la que está hecha de pura acción, la que mejor ha entendido estos tiempos voraces de 280 caracteres.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Sergio del Molino
Es autor de los ensayos La España vacía y Contra la España vacía. Ha ganado los premios Ojo Crítico y Tigre Juan por La hora violeta (2013) y el Espasa por Lugares fuera de sitio (2018). Entre sus novelas destacan Un tal González (2022), La piel (2020) o Lo que a nadie le importa (2014). Su último libro es Los alemanes (Premio Alfaguara 2024).

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_