_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

En la mar

Si navegas en esa masa de agua, la abrazas desnudo o la trabajas y te da de comer, es femenina; si lo contemplas vestido con traje y corbata desde tierra, es masculino

Manuel Vicent
Un velero fondeado en una bahía.
Un velero fondeado en una bahía.

Al sol de la mañana, navegando una mar tranquila en una barca mallorquina de madera el viejo marinero le daba las primeras lecciones a un niño de 10 años. Del puerto zarpaba a esa hora el ferry de Ibiza cargado de jóvenes pasajeros que desde la cubierta los saludaban agitando los brazos. Eran los modernos argonautas en busca del nuevo vellocino de oro. El viejo marinero izó la vela y le cedió al niño la caña del timón mientras le decía: el mar no quiere héroes que lo desafíen sino navegantes cautos, duros, discretos y sagaces que lo respeten. A los audaces vanidosos el mar los suele humillar muy pronto y al menor descuido los manda al abismo. En el mar lo más elegante es ser precavido. De hecho a los navegantes humildes e incluso a los cobardes, cuando dan la talla, los inviste de una dignidad y un orgullo que creían no tener. El mar es una gran escuela de moral, que te enseña a ser prudente y astuto, como lo era Ulises. La adversidad que encontrarás en tierra es la misma que en el mar la da el viento contrario. Nunca hay que enfrentarse a él directamente ni tampoco rendirse. El viento contrario se afronta desde un ángulo que te permite ir contra el viento gracias al viento o contra el temporal sirviéndote del temporal. También en la vida deberás aprovechar las leyes de la necesidad para ganarle cada día una pequeña parcela de libertad al destino. Si lo contemplas vestido con traje y corbata desde tierra y lo señalas con el dedo el mar es masculino; si lo navegas, lo abrazas desnudo o lo trabajas y te da de comer la mar es siempre femenina, pero sea el mar o la mar, cuando sientas que el viento atraviesa primero tu cuerpo y antes de hinchar la vela llena tu corazón ya nunca podrás olvidar que eres un navegante. Esas cosas le decía el viejo marinero a aquel niño, en cuyo pulso muy firme vibraba por primera vez la caña del timón.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_