Los escombros de Gaza
Los lectores opinan sobre el conflicto árabe-israelí, el posible indulto a los políticos catalanes, la inmigración y sobre el acoso telefónico que practican diferentes empresas
Las fotos de los escombros en Gaza las hemos visto antes. Muchas veces. Tanto es así, que las ruinas parecen el decorado donde se reproducen, con harta frecuencia, las peores obras de nuestra humanidad. Imagino una fila de gobernantes y convencidísimos militares reservando el espacio para sus producciones de violencia y pobreza. Entre ellos guardarían, por supuesto, los modales que no profesan a sus pueblos; y con el comprobante en la mano partirían tranquilos a los sillones de gobierno. Da igual dónde, los tabiques, las ventanas, los vecinos y los negocios se rompen en reconocibles heridas de piel gris. Sorprende ver que los edificios hacen restos tan anónimos como los de las personas que los habitan.
Iker Toja Nebot. Madrid
La casta era esto
Si se produjera el indulto a los políticos catalanes que cumplen sentencia se romperían muchas cosas. No es que no se haga caso al criterio del Tribunal Supremo, que ha manifestado su oposición, no es que se acuse al tribunal que sentenció de revanchista y vengativo por aplicar la ley, es que se nos transmite que los políticos son una casta que puede delinquir con impunidad y no les va a pasar nada. Pronto se ha olvidado el Gobierno y su partido mayoritario de lo que sucedió en las elecciones autonómicas madrileñas. ¿Es que no entienden que la sociedad no comprende estas decisiones? ¿Tan difícil es?
Dionisio Rodríguez Castro. Villaviciosa de Odón (Madrid)
Consciencia evanescente
Los problemas existen aun cuando no tengamos conciencia de ellos. Con la reciente crisis migratoria que se ha producido con la llegada a nado de miles de personas, niños y bebés incluidos, a Ceuta, ponemos luz en el sufrimiento de incontables seres humanos sin futuro reactivándose un clamor contra esa indigna situación. Tomar conciencia del problema. Se ha producido un clamor que se irá desvaneciendo hasta que lo olvidemos (nos metemos todos y sálvese quien pueda), aunque el problema persista. Afortunados los pocos que vivimos en el primer mundo en contraposición a una inmensa mayoría que malvive en países más desfavorecidos, en lo que llamamos tercer o cuarto mundo.
Juan Manuel Chica Cruz. Úbeda (Jaén)
El acoso telefónico que no cesa
Por fin se ha impuesto una multa millonaria a un operador de telefonía por acosar con llamadas a sus clientes, exclientes y ciudadanos en general. La multa es de solo ocho millones, cantidad de risa para la compañía, que no dudará en seguir con esta modalidad moderna de refinada tortura. Mi testimonio es que, siendo excliente, he sufrido también ese acoso, e incluso en ilegales horas nocturnas. A mis protestas, la compañía respondió incrementando su acoso, la persecución todavía continúa, a pesar de haberme inscrito en la lista Robinson y haber enviado hace más de un año a la operadora, como es de ley, una carta certificada para que borrara en tres meses todos mis datos de sus archivos. Animo pues a los ciudadanos a que, por su propio bien y el de millones de otras víctimas de toda edad, estado de salud y capacidad de oponerse a tan extraordinario abuso, procedan cuanto antes a realizar sus respectivas denuncias.
Martín Sagrera Capdevila. Madrid
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