_
_
_
_
COLUMNA
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Almohadas

Pablo Iglesias sabe que la gran batalla de estas elecciones es invisible, porque no se librará en el debate ni en las entrevistas, sino en las reflexiones de miles de madrileños rojos rojísimos

Almudena Grandes
Pablo Iglesias en Lavapiés para comenzar su campaña por la Asamblea de Madrid.
Pablo Iglesias en Lavapiés para comenzar su campaña por la Asamblea de Madrid.Isabel Infantes (Europa Press)

Hace poco, les conté a unas amigas que el eslogan de Ciudadanos sería Madrileños por Edmundo, y me dijeron que no las tomara el pelo. Al día siguiente, Ayuso se defendió por haber ocultado que posee la mitad de su empresa familiar, diciendo que no hablaba de Podemos. Así, entre ocurrencia y ocurrencia, pasan demasiadas cosas desapercibidas. La derecha coincidió en reírse del CIS, pero a las pocas horas de que les situara al borde de la representación, Vox corrió a garantizar que están dispuestos a apoyar al PP desde fuera del Gobierno. Los expertos afirman que crece la movilización en la derecha, pero yo no creo que Ayuso y Monasterio concentren hoy más voto a favor que Carmena en contra hace dos años. Sin embargo, quienes hicieron alcalde a Almeida no fueron sus votantes, sino los de Sánchez Mato, que encabezó una candidatura, IU-Madrid en Pie, a la que felizmente nadie ha aludido en esta precampaña, la primera en muchos años sin jugarretas internas en la izquierda. El buen rollo entre los tres partidos progresistas es una novedad que resiste contra su propia tradición común y la triunfal campaña de Ayuso, y aunque Iglesias no sale favorecido en las encuestas, tampoco está nervioso. No debería. Él, que conoce muy bien el percal, sabe que la gran batalla de estas elecciones es invisible, porque no se librará en el debate, ni en las entrevistas, ni en los vídeos electorales, sino sobre las almohadas de miles de madrileños rojos, rojísimos de la muerte, que nunca votan porque no existe un candidato a la altura de su pureza revolucionaria. En la noche del 3, en la misma mañana del 4 de mayo, ellos y ellas decidirán si Pablo puede ser ese candidato. Y eso lo cambiará todo o lo dejará como está, al margen de lo que digan las encuestas.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_