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Edmundo Bal se postula como candidato de Cs en Madrid tras la renuncia de Ignacio Aguado

El exabogado del Estado, de la confianza de Arrimadas, se presenta a las primarias para defender el centro como opción política

Edmundo Bal (en primer término) e Ignacio Aguado, este jueves en la sede del partido en Madrid. En vídeo, Aguado anuncia a Edmundo Bal como candidato de Ciudadanos para la Comunidad de Madrid.Foto: EPV

Ignacio Aguado, líder de Ciudadanos en Madrid y, hasta el miércoles 10 de marzo, vicepresidente del Gobierno regional, ha anunciado este jueves que renuncia a presentarse a las primarias de su partido para ser candidato a la presidencia regional, y que apoyará a Edmundo Bal como aspirante. El portavoz adjunto en el Congreso y exabogado del Estado es un hombre de la máxima confianza de Inés Arrimadas, la líder nacional de la formación. Ahora aspira a convertirse en el número uno de una lista electoral por primera vez, con el objetivo de salvar a su formación del desastre en los comicios del próximo 4 de mayo.

En una comparecencia en la sede nacional de Cs, Aguado ha cargado contra la presidenta de la Comunidad de Madrid: “Hace ocho días la señora Ayuso rompió el acuerdo de gobierno de manera unilateral, convocando elecciones en el peor momento posible para los madrileños”, ha dicho en un discurso en el que se le ha visto visiblemente emocionado. “Arranca una campaña en la que mi partido va a salir a darlo todo, a demostrar que somos un partido más necesario que nunca, necesarios para ser el contrapeso sensato a la polarización, y no tengo ninguna duda de que el mejor candidato posible para presidir la Comunidad de Madrid es mi amigo y compañero Edmundo Bal”.

El previsible candidato de la formación en las próximas elecciones madrileñas ha explicado el motivo de su decisión. “Me presento porque no quiero que nos arrebaten el centro, no quiero que nadie nos quite la moderación, el sentido común”, ha afirmado Bal. “Me niego radicalmente a que en la Comunidad de Madrid gobiernen los extremos, a la polarización”, ha añadido. “Cs es la garantía de que esos extremos no van a gobernar, de que se van a hacer políticas moderadas, sensatas, pensando en los madrileños. Mi entrada en política fue hace exactamente dos años y un día, cuando Albert Rivera me presentó en la política”, ha recordado sobre su llegada a Cs, que se produjo tras ser destituido por el Gobierno por defender como responsable del departamento penal de la Abogacía la acusación de rebelión en el juicio del procés. Y ha rematado: “Hay que sacar a Madrid de los bandos y convertirla en el Madrid de todos”.

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Aguado llevó a Ciudadanos a obtener 26 diputados en las elecciones de 2019. Entonces, su decisión de vetar cualquier pacto con Ángel Gabilondo, el líder del PSOE, marcó su trayectoria. Pese a que el socialista había ganado las elecciones, Aguado prefirió llegar a un acuerdo con el PP para hacer presidenta a Isabel Díaz Ayuso, para lo que hizo falta también el apoyo de Vox. Así se formó el primer gobierno de coalición de la historia de la región, que ha durado apenas año y medio, dividido entre tensiones y conflictos diarios.

El desgaste consecuente había minado la imagen de Aguado, según el análisis de los dirigentes del partido, más aún desde que Díaz Ayuso había conseguido instalar la idea de que el adelanto electoral se había decidido para evitar una moción de censura de PSOE y Cs en su contra. Aunque tanto Gabilondo como Aguado negaron que eso fuera cierto, el efecto demoscópico de la estrategia de Díaz Ayuso ya se había consolidado: la mayoría de encuestas auguraban que el partido de Arrimadas se quedaría sin representación en la Asamblea, o la lograría por los pelos, poniendo en peligro la supervivencia del partido.

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En las últimas horas, dirigentes de peso se habían movilizado para tratar de convencer a Inés Arrimadas de que apostara por otro cabeza de cartel, como publicó EL PAÍS. Distintas voces de la ejecutiva reconocían en privado que Ignacio Aguado era un candidato que en estos momentos tenía un capital político “más bajo que la marca, que ya está tocada”, y consideraban que el partido tenía que buscar alternativas a riesgo de no llegar al 5% de voto. La operación no era sencilla, porque Aguado se postuló en la ejecutiva del lunes delante de todos sus compañeros de dirección y estaba decidido a ser el candidato. El martes concedió una entrevista en TVE en la que habló como tal y expresó su voluntad de volver a pactar con Isabel Díaz Ayuso y de tratar de gobernar con ella, a pesar de sus manifiestas diferencias.

Arrimadas esperó y, aunque transmitió a los dirigentes que hablaron con ella que prefería apostar por mantener el mismo candidato, no cerró la puerta. La presión fue en aumento en la cúpula, donde había un clamor en contra de Aguado, y la líder terminó por reconsiderarlo. También barajó los perfiles del exconsejero de Transportes Ángel Garrido y de la exdiputada de Vox Malena Contestí. La decisión de Arrimadas se interpreta entre miembros de la dirección como el “cambio” prometido con el nuevo equipo que entró en la ejecutiva permanente el pasado lunes. “Es el primer gesto de una líder: Inés se ha empoderado”, apuntan fuentes de la cúpula, muy satisfechas con la apuesta por Edmundo Bal.

La crisis de Cs, en cualquier caso, sigue abierta. Tras el anuncio de que el partido apoyaría una moción de censura en la Región y la ciudad de Murcia, uniéndose al PSOE para desplazar al PP del poder, ya han dejado el partido dos senadores, dos diputados y dos diputados autonómicos por Madrid, entre otros cargos.

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