Fuera rencores
Nací y vivo en Cataluña y ya no la reconozco. ¡Ha cambiado tanto! Los mejores años de esta tierra fueron los del catalanismo político, que poseía dos rasgos que lo hicieron grande: la moderación y el diálogo. Todo iba bien hasta la aparición de los sectores más radicales del separatismo, que han ido fulminando, poco a poco, esos rasgos a los que hacía referencia: la moderación y el diálogo. Ahora, la situación en Cataluña es convulsa e incierta, y nunca llegué a imaginar que gente conocida de toda la vida te giraría la cara porque no comulgas con sus ideales. Con rencores, división, menosprecio, enfrentamiento… quien pierde es la propia Cataluña.
José Antonio Ávila López. Rubí (Barcelona)
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