_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El aturdimiento de Guaidó

El hombre que amagaba con invadir Venezuela en nombre de la libertad y la democracia se marcha emporcándola, arrastrado de los pelos; el líder venezolano se queda colgado de la brocha

Juan Jesús Aznárez
El líder opositor Juan Guaidó, durante un mitin en octubre del año pasado.
El líder opositor Juan Guaidó, durante un mitin en octubre del año pasado.FEDERICO PARRA (AFP)

El trastornado jefe de la Casa Blanca y una temeraria agrupación antichavista vendieron al mundo un caramelo envenenado: un presidente de Venezuela sacado de la manga, aceptado internacionalmente porque lo respaldaba el imperio y porque el despótico rumbo del régimen bolivariano era indefendible, una pieza a batir. Durante el asalto al Capitolio, Trump confirmó su naturaleza: un pájaro de cuidado que solo acepta a incondicionales, personas e instituciones. Cabe colegirse, por tanto, que la oposición representada por Guaidó se plegó durante la legislatura a las fracasadas maniobras de Trump, Abrams, Bolton, Rubio y Claver-Carone. Mucho tiempo y mucho capital político perdidos. Hora es de que la inteligencia tutele la solución.

El intervencionismo militar de Estados Unidos no se produjo para contrariedad de quienes lo consideran inevitable para desalojar el Palacio de Miraflores. Su sugerencia, hace tres años, tuvo el efecto de compactar a los chavistas y detener en seco los tanteos negociadores entre el régimen y un abanico opositor. Apostando por el empujón castrense, los extremistas nada hicieron para sumar fuerzas con Capriles y otras individualidades y apuntalar el ariete más temido y eficaz contra el Gobierno: la unidad antigubernamental. El magnate ha sido derrotado por la cronicidad de sus calenturas; la oposición, por los personalismos y menosprecio del poder chavista.

El hombre que amagaba con invadir Venezuela en nombre de la libertad y la democracia se marcha emporcándola, arrastrado de los pelos; Guaidó se queda colgado de la brocha. Su arropamiento internacional será más difícil sin un Trump que lo proteja. La Unión Europea ya ha empezado a marcar distancias. No se refiere a él como presidente encargado sino como líder opositor. Por algo se empieza cuando, por costes políticos, no puede reconocerse que tropieza porque siempre actúa a remolque del presidente de Estados Unidos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Trascendió que Guaidó llamó insistentemente a Biden pero el electo no contestó. Al derrumbarse el mando republicano se derrumban monopolios, planes y tejemanejes opositores financiados por el Tesoro americano y las fortunas de exfuncionarios venezolanos en busca y captura por el chavismo, más por traidores a la causa que por ladrones, un oficio antiguo en la petrolera nacional. ¿No había otra manera de solucionar la crisis que investir presidente legítimo a un vicario en una tarima callejera?

No sin razones, Maduro declaró que el mérito de haber pulverizado a la oposición correspondía a Trump y Guaidó, fabricado con engaños, redes sociales y mucho dinero. Lo afirma un mandatario sostenido por la mentira, la manipulación institucional y el desaliento de la voluntad popular, mayoritariamente ausente en un Parlamento ilusorio, cuya primera estafa será preparar “un gran diálogo nacional, un diálogo donde estemos todos”, anunció su presidente, Jorge Rodríguez. Todos menos los que nosotros digamos. Ni olvido ni perdón ni reconciliación, casi como cuando el cacique adeco Henry Ramos presidió el Parlamento controlado por la oposición.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_