_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Madrid, ¿paraíso o infierno fiscal?

Las rebajas impositivas reducen la recaudación, lo que perjudica a sus vecinos de menor renta, los que más usan los servicios públicos

Xavier Vidal-Folch
Cierre de Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante una rueda de prensa.EUROPA PRESS/O.CAÑAS.POOL (Europa Press)

¿Es Madrid un paraíso fiscal? Ante tanta confusión, conviene aclarar. Paraíso fiscal es la jurisdicción fiscal agresiva, que practica una severa competencia tributaria desleal, o dumping fiscal: establece impuestos cero o ultrabajos, capaces de distorsionar decisiones de localización de sedes de empresa o domicilios de potentados, succionándolos.

Pero además de la tributación cero, la OCDE aplica desde hace años más requisitos para calificar así a un territorio: falta de transparencia, de información y ausencia de actividad sustancial de los residentes (Countering Offshore Tax Evasion, 2009). El paraíso lo es para superricos y multinacionales, pero es un infierno para contribuyentes, trabajadores y empresas normales (que aportan más y recibirán menos prestaciones públicas), y para todos los no residentes.

La Comunidad de Madrid (CAM) comparte con esos infiernos la bajísima tributación autonómica en los impuestos cedidos, que gravan la riqueza: cuota cero en patrimonio (exención del 100%); bonificación del 99% en sucesiones y donaciones; los tipos más bajos en Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados; y también en el tramo autonómico del IRPF (21%, contra más del 25% de muchas comunidades).

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Así que Madrid es un semiparaíso fiscal: pues cumple la principal condición, los leves impuestos de las figuras que controla. Como Irlanda con sociedades (del 12,5%), factor deslocalizador de sedes y operaciones (y en este caso, por vía triangular con Holanda, a los genuinos paraísos). Pero no las demás.

Esas rebajas fiscales acarrean un doble efecto: reducen la recaudación de la CAM (en 4.111 millones para 2017 según el IVIE valenciano, hasta 5.870 según la propia CAM), lo que perjudica a sus vecinos de menor renta, los que más usan los servicios públicos. Pérdida que se medio compensa por la ampliación del número de contribuyentes: otros 103.035 en el último decenio.

Esta viene de varios afluentes: la centralización de las grandes empresas de más de mil empleados (el 44,5% del total) y del 80% de los funcionarios de los servicios centrales, mejor remunerados, para una población que es el 14,2% del conjunto; la succión de talento y/o patrimonio de la España vaciada; la expulsión de sedes de empresas a cargo del procés secesionista catalán (3.588 desde el 1-O de 2017); y el efecto-refuerzo de las capitales políticas generado por el proceso de globalización mundial.

Casi todos son factores artificiales: deben corregirse.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_