Juventud, divino tesoro
Los últimos días diversas ciudades del país han sido sistemáticamente sacudidas por disturbios y altercados a cargo de un batiburrillo de grupos de jóvenes, mayoritariamente varones, de diverso pelaje político y social —quitando profesionales—, que hacen causa común para reivindicar su causa antipandemia destrozando y quemando gratuitamente cuanto les apetece. ¿Cuántos trabajan al día siguiente?, ¿cuántos pagan alquiler o hipoteca?, ¿tienen hijos menores o adultos dependientes a su cargo?, ¿son empresarios, funcionarios, empleados, autónomos o freelance? Mientras tanto, sigue muriendo gente, los contagios no paran, el número de desempleados aumentan y la angustia y el malestar no cesan.
Juan M. Granados Dávila, Madrid
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.