Rebrotes
¿Qué está haciendo el partido que ganó las elecciones en Madrid? Nada. ¿Y quienes están a su izquierda? Lo mismo. ¿En qué aprietos están poniendo a Ayuso? En ninguno
Este verano certifica mi absoluto fracaso como pitonisa. Me despedí de ustedes deseando un septiembre sin rebrotes y hoy los tengo hasta en el título. Pero no me refiero solamente al virus. También han rebrotado algunos fantasmas. Hace años, en este mismo espacio, me atreví a expresar la sospecha de que el PSOE renunciaba a gobernar en Madrid por cálculo electoral, para dejarle la vieja capital del imperio a la derecha y ganar en la periferia los votos decisivos para llegar al poder. En los últimos meses me asalta un primo hermano de aquel fantasma. Sospecho que alguien piensa que conviene no intervenir en la catastrófica deriva de Ayuso para obtener un doble beneficio, por un lado su desgaste, por otro poner en valor la gestión de la pandemia del Gobierno central. Así, los madrileños seríamos lo de menos, carne de cañón una vez más. Sé que suena muy mal, pero no encuentro otra explicación para que Sánchez sea capaz de pactar los presupuestos con Arrimadas mientras la oposición madrileña dormita apaciblemente, sin molestar a un Gobierno contra el que debería estar en pie de guerra. ¿Qué está haciendo el partido que ganó las elecciones? Nada. ¿Y quienes están a su izquierda? Lo mismo. ¿En qué aprietos están poniendo a Ayuso? En ninguno. ¿Cuántas medidas, pactos, acuerdos, han sido capaces de proponer a Aguado? Cero. Por si no me he vuelto loca, por si tengo razón, me gustaría advertir a las cabezas pensantes que de teoría electoral sabré poco, pero de Madrid sé bastante. Y si alguien piensa que este es el camino para conquistar el gobierno de la CAM, está muy equivocado. La inconcebible pasividad de Gabilondo, la intemperie a la que ha condenado a sus votantes, sólo cosechará abstenciones. Y, a lo peor, votos para Vox.
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