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Columna
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Lleida: ¿competencias, o incompetencia?

El rebrote que obliga el confinamiento de la comarca del Segrià ofrece pautas para quien quiera salir de dudas

Xavier Vidal-Folch
Un sanitario en la puerta de Urgencias del Hospital de Arnau de Vilanova en Lleida.
Un sanitario en la puerta de Urgencias del Hospital de Arnau de Vilanova en Lleida.NACHO DOCE (REUTERS)

El principal problema político catalán ¿es de escasez de competencias? ¿de recentralización? ¿de alcanzar las propias de un Estado independiente?: así lo argumentan, unánimes, los —por otra parte muy distintos—, partidos indepes en el poder autonómico. ¿No habrá acaso problemas de incompetencia de algunos de sus gobernantes? El triste rebrote de Lleida, que acaba de obligar a su reconfinamiento, ofrece pautas para quien desee salir de dudas. Como estas:

Por comarcas, no regiones. Al iniciar la desescalada, el Gobierno propuso ejecutarla por provincias. El Govern se escandalizó por el uso de ese artefacto centralista. El Gobierno, en atención a la organización sanitaria de la Generalitat, accedió a su reclamación de hacerlo por regiones sanitarias (hay siete). Tanto rasgarse las vestiduras, y ha ejecutado el re-confinamiento de Lleida por su perímetro comarcal (Segrià), como en su día en la comarca de Anoia (Igualada). Pero es que el Segrià es una de las seis comarcas de la región sanitaria de Lleida. ¿Para qué sirvió pues el patriotismo en la defensa de la unidad regional sanitaria?

Tardanza. El viernes, 3 de julio, la consejera Alba Vergés descartó reconfinar: “No estamos en una fase de crecimiento exponencial de casos”, justificó. Al día siguiente el Govern confinó Lleida: “Es imprescindible”, adujo. Pero lo justificó con los datos de ingresados en el hospital Arnau de Vilanova que, tras largo secreto, ya hizo públicos la víspera, cuando la negativa.

Un “Estado propio”, reclamó el president, Torra, en su balance parlamentario de la pandemia, el 1 de julio, en la línea de que con la independencia habría habido menos muertos. Se quejó de la centralización de competencias. Pero las necesarias para detectar el brote de Lleida —al igual que para evitar el caos de las residencias— cuelgan de la Generalitat, si como dice su versión llegó con los temporeros de la fruta. Torra tuvo que reconocer exante, el 3 de junio, haber “fallado” porque “no nos podemos permitir que duerman en la calle”. Exhibió incompetencia al no ejercer la plena y eficaz competencia sobre la Inspección de Trabajo, reconocida por el Estatut de 2006 que él denigra. La función depende de la Generalitat desde el 26 de febrero de 2010.

Recursos de la UE. El Govern exige una cuota de los recursos de los planes europeos de recuperación económica. Ninguno de los partidos que lo conforman apoyó en el Congreso la estrategia para conseguirlos aprobada en la Comisión para la reconstrucción social y económica. Reclaman, así, lo que desprecian.


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