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Tribuna
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Para reconstruir la sanidad pública

El sistema público necesita más medios, más trabajadores y recuperar todo lo privatizado

Marciano Sánchez Bayle
Un grupo de médicos valencianos reclaman una sanidad de calidad.
Un grupo de médicos valencianos reclaman una sanidad de calidad.Kai Försterling (EFE)

La pandemia ha puesto en evidencia algunos problemas que nuestro sistema sanitario arrastraba hacía tiempo. El primero, una baja financiación que empeoró con los recortes. Luego, un número reducido de camas hospitalarias, poco personal, una atención primaria debilitada, escasez de material de reserva e importante privatización, a lo que hay que sumar unas residencias con poco personal y de baja cualificación y privatizadas, con un mínimo control. El sistema sanitario había asumido que las epidemias infecciosas estaban superadas y reducidas a países pobres.

La pandemia demostró la importancia de tener un sistema sanitario público de calidad con acceso universal. La población se ha dado cuenta de la importancia de la sanidad pública y también del compromiso de sus trabajadores en los momentos críticos. Por eso hay que reconstruir la sanidad pública con urgencia, para enfrentar nuevos rebrotes de la covid-19 o nuevas pandemias. Hay que plantearse:

1. Es necesario aumentar la financiación sanitaria, situándonos en el promedio por habitante de la UE. Necesitamos un plan integrado de salud que establezca las necesidades de salud de la población y cuantifique el presupuesto adecuado. Hace falta un fondo específico para reconstruir la sanidad pública, gestionado por el Consejo Interterritorial, que complemente los presupuestos autonómicos.

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2. Mejorar la coordinación entre autonomías. Hay que establecer un nuevo marco de cooperación reforzando el Consejo Interterritorial para que actúe desde el acuerdo, la colaboración y la coordinación.

3. Potenciar la salud pública. Nuestros sistemas públicos son escasos y están penalizados por los recortes. Hay que desarrollar la Ley de Salud Pública. Los servicios deberían coordinar sus estrategias con la atención primaria, la atención especializada y las administraciones locales.

4. Impulsar la atención primaria. Donde siguió funcionando, ha sido fundamental para atender la demanda de enfermedad, diagnosticar nuevos casos, controlarlos en los domicilios o informar a las familias. Ello implica aumentar su presupuesto, su papel comunitario y el personal, sobre todo el de enfermería.

5. Aumentar las camas hospitalarias de la red de gestión pública. El déficit de camas se convirtió en crítico durante la pandemia. Necesitamos entre 50.000 y 70.000 camas más, la mayoría de larga y media estancia. A medio plazo debe realizarse un plan estratégico de atención especializada para adaptarla a los nuevos retos de salud.

6. Acabar con las privatizaciones y recuperar lo privatizado. La respuesta a la pandemia ha venido desde la sanidad pública. Las privatizaciones han sido una losa sobre el sistema mermando su capacidad de respuesta. Hay que detener la deriva privatizadora, aprobar una legislación que blinde la sanidad de gestión pública, y comenzar a recuperar lo privatizado.

7. Aumentar los trabajadores del sistema público de salud. Los recortes redujeron el número de los trabajadores de la sanidad, que ya eran pocos comparativamente con la UE y la OCDE. Se necesitan dotaciones suficientes de personal en todas las comunidades autónomas y aumentar las plazas de formación posgrado, dando formación continuada independiente de los intereses comerciales, con dedicación exclusiva, etcétera.

8. Realizar un plan de recorte de las listas de espera. Las listas han aumentado notablemente debido a la focalización de todo el sistema en la atención a la covid-19. Debemos poner en marcha un plan específico, a medio y largo plazo, para reducirlas a lo técnicamente imprescindible.

9. Crear un fondo de reserva de material sanitario. Las carencias han sido provocadas por la ausencia de reservas estratégicas y de fabricantes en el país.

10. Control del gasto farmacéutico y potenciar la fabricación pública de medicamentos. Hay que garantizar que el crecimiento del gasto farmacéutico es inferior al de los presupuestos sanitarios (entre el 0,5%-1% menos) y hacerlo mediante la fijación de precios acorde con los costes reales, promocionando el uso de genéricos y las centrales de compras.

11. Favorecer la investigación sanitaria pública. La investigación ha sido abandonada en nuestro país de manera irresponsable. Sin ciencia, no hay avances en el futuro, y se está a expensas de las patentes de otros. Hay que elevar los presupuestos de investigación y consolidar los equipos de investigadores en nuestro sistema público.

12. Fomentar una red pública de residencias de mayores. El desastre de las residencias ha sido un amplificador de la pandemia, asociado a su privatización. Debe hacerse una auditoría de todas ellas e intervenir las que supongan un riesgo sanitario. Hace falta una red de residencias de titularidad y gestión pública, con recursos suficientes, y potenciar la atención domiciliaria con recursos públicos.

La población y los trabajadores de la sanidad hemos realizado un esfuerzo de solidaridad y contención que ha logrado frenar la pandemia en España. Ahora es necesario que las Administraciones públicas actúen para asegurar que no vuelve a repetirse esta situación. Desde la sociedad, los trabajadores de la sanidad y las organizaciones sociales tenemos que exigirlo.

Marciano Sánchez Bayle es portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública.


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