_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sal de casa y crea el futuro

No hay razón para preguntarnos qué será de nosotros; solo podemos preguntarnos por lo que queremos que ocurra

Francisco G. Basterra
Varias personas pasean con mascarilla junto a la frontera entre Holanda y Bélgica.
Varias personas pasean con mascarilla junto a la frontera entre Holanda y Bélgica.Nicolas Maeterlinck/BELGA/dpa (Europa Press)

El futuro no existe, lo ha borrado el microscópico virus que ha congelado el mundo. Constatarlo desconcierta, altera nuestro ADN, que no está diseñado para vivir en la incertidumbre. La agenda está en blanco. Primero, triunfar sobre la epidemia, al menos conseguir convivir con el patógeno, y luego ya veremos, caminando entre la niebla de los destrozos producidos por la covid-19.

Marc Lilla, profesor de Humanidades de la Universidad de Columbia, explica en The New York Times que no hay razón para preguntarnos qué será de nosotros; solo podemos preguntarnos por lo que queremos que ocurra y cómo hacer que ocurra. Crear el futuro. Estos primeros días de regreso a lo anterior, cuando voy a ver a mi nieta, me intimida el ¡Quédate en casa! colgado sobre las carreteras por el Gran Estado que se dibuja. Pero acontecen cosas que contienen presagios de ese nuevo, o no tanto, futuro geopolítico internacional resultante tras la gran calamidad. Utilizaré tres imágenes para vislumbrarlo.

Minneapolis. El vídeo dura 60 segundos pero la rodilla y el peso del policía, blanco, llevan ya siete aplastando el cuello de George Floyd, afroamericano, detenido junto a un coche. Floyd repite agónicos “no puedo respirar”. Muere. Racismo aún latente en EE UU, violencia policial. Oleada de protestas desde Nueva York a la costa del Pacífico. Toques de queda en las grandes ciudades, la Casa Blanca asediada. Furia y rabia producto de la combinación del homicidio de Floyd, la covid-19 y la depresión económica. Una sociedad enferma y polarizada. EE UU, por primera vez desde 1945, ha abandonado su liderazgo mundial y recupera la imagen del americano feo. El 3 de noviembre los estadounidenses decidirán quién será su presidente: un primer barrunto del futuro. La economía, con un paro que alcanzará el de la Gran Depresión de los años treinta, puede hacer presidente a Biden. ¿Aceptará Trump la derrota?

Gran Asamblea del Pueblo en Pekín. Codo con codo, 3.000 delegados con mascarillas votan, por 2.787 votos contra 1 y 6 abstenciones, una nueva ley de Seguridad Nacional que le será aplicada a Hong Kong para abortar su estatus legal democrático pactado en 1997 tras su descolonización. Xi aprovecha la pandemia para acabar con la autonomía y avisar a Taiwán. ¿Cómo es posible que el capitalismo autocrático de China, y la brutal represión de los disidentes se presenten como el sistema a imitar? Escalada de tensión entre EE UU y China.

Bruselas. Europa da un paso para ascender al rango de potencia estratégica, la tercera entre EE UU y China. Audacia calculada para la Europa de la próxima generación. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anuncia un plan de recuperación económica frente a la pandemia, valorado en 750.000 millones de euros. No mutualización de la deuda, pero casi. La UE es nuestro mundo, el de los valores democráticos, también el de la solidaridad. Gran noticia para recuperar el orgullo europeo si finalmente se confirma.

fgbasterra@gmail.com

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_