Texto: Iker Seisdedos / Gráficos: Nacho Catalán|Salt Lake City (Utah) / Madrid|
El regadío abusivo, la presión demográfica y el cambio climático están secando el lago más grande de sus características en el hemisferio occidental. En noviembre registró su mínimo histórico y los científicos avisan: su desaparición, que podría llegar tan pronto como en cinco años, tendrá efectos globales, afectará a millones de aves migratorias y liberará nubes de polvo tóxico.
Los centros de grandes ciudades están lejos de recuperarse del golpe de la pandemia y la generalización del teletrabajo, al que se suma el aumento de la criminalidad. Washington y San Francisco se llevan la peor parte
Las posibilidades del proyecto catalano-aragonés caen por el actual bloqueo técnico, aunque el Comité Internacional mantiene la esperanza de que el COE resuelva la situación