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Ciudad de México
Columna
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Distrito Federal

Quienes nacimos en el DF ahora vivimos en otra ciudad, no mejor, peor. En mayo de 2024 la contaminación del aire rompió récord, siendo la más larga de los últimos cinco años

Vista de la Ciudad de México durante la fase 1 de Contingencia Ambiental en mayo 2024.
Vista de la Ciudad de México durante la fase 1 de Contingencia Ambiental en mayo 2024.Rogelio Morales Ponce/Cuartoscuro

Una de las últimas muertes, cruel, inesperada e innecesaria del Distrito Federal, la decretó Miguel Ángel Mancera en 2016, cuando fungía como Jefe de Gobierno del DF —mi DF— al rebautizar la capital del país como Ciudad de México. No hay encuestas a posteriori acerca de si el cambio gustó o no a los defeños. Se piensa que fue una decisión “en lo oscurito” aunque hay quienes dicen lo contrario: la ciudadanía votó a favor de la modificación. En tiempos de noticias falsas y encuestas amañadas, ¿quiénes son quienes?

En cambio, de acuerdo a fuentes “casi” fiables, tal y como se anota en el perfil en Wikipedia, Mancera, en una encuesta efectuada en 2017, tuvo una aprobación de los ciudadanos del 28% y una desaprobación del 66%, lo cual lo convirtió en el Jefe de Gobierno peor evaluado desde la creación del Gobierno del DF. Modificar el nombre no le granjeó votos.

Los costos por cambiar denominaciones, Ciudad de México en vez de DF, deben haber sido enormes. Hubiese sido más adecuado y sin duda más ético utilizar ese dinero para mejorar la vida de colonias y rumbos desprotegidos como Ecatepec, Tepito, Ciudad Nezahualcóyotl y, por supuesto, un gran etcétera. ¿Sirvió cambiar el nombre?, ¿se ganó “algo”?, ¿fueron honestas las licitaciones y su papeleo, así como los gastos por los avisos luminosos o en murales?

Quienes nacimos en el DF ahora vivimos en otra ciudad, no mejor, peor. En mayo de 2024 la contaminación del aire rompió récord: según la Comisión Ambiental de la Megalópolis, padecimos la contingencia ambiental más larga de los últimos cinco años en el Valle de México. Tras tres días de contingencia (Fase I) la entidad informó el jueves pasado la suspensión de la emergencia. De nuevo, ¿es creíble el dato?, ¿se suspende la posibilidad de sobrevivir para cuidar la imagen de Martí Batres, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, y de Claudia Sheinbaum, ex jefa de la misma entidad? Para los encargados de velar por la salud de los defeños o chilangos, como nos denominan con desprecio en la provincia, mayo ha sido un fardo pesado e incómodo: las altas concentraciones de ozono y otras partículas han obligado a las autoridades a llevar a cabo esta medida en ocho ocasiones en lo que va del año. Comparar es necesario: en 2023, la medida se aplicó en cuatro ocasiones; el récord, 12 contingencias, “se consiguió” en 1993. Mayo aún no termina.

No creerles a las autoridades, sean del PRI, del PAN, de Morena o de Movimiento Ciudadano, es obligatorio. De las bazofias del Partido Verde, gran aliado de AMLO y de Sheinbaum y del cadáver del PRD, ¿qué decir?: la realidad política mexicana tiene la respuesta.

Las fotos tomadas desde los edificios revelan una ciudad opaca. Lo mismo sucede con la imagen publicada por EL PAÍS en su edición del jueves 16 de mayo por la tarde, cuya vista panorámica del Centro Histórico de Ciudad de México -DF- muestra los edificios como si fuera el amanecer. DF como Nueva Delhi; DF como Beijing. ¿Se debe creer a Batres y asociados acerca del fin de la contingencia? En los últimos días, malestar ocular, cefalea, nariz tapada, dificultad respiratoria y cansancio han sido síntomas frecuentes en la Ciudad de la Esperanza, tal y como la bautizó López Obrador. A los síntomas y molestias les creo. A Batres y asociados, no. Simple: basta respirar unas dosis de aire defeño.

Desconozco si los encargados de la salud en México tienen datos acerca del número de muertos debido a la contaminación. Los decesos debido a las impurezas del aire son crudas verdades en diferentes países del mundo. Si acaso nuestros jerarcas cuentan con estudios al respecto sería provechoso conocerlos. Si no cuentan con ellos, sería obligatorio investigarlos.

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