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El TMEC, salvación y problema para México

El tratado comercial ha servido a México para sortear, en parte, los dardos arancelarios de EE UU, pero el republicano insiste en que el acuerdo es perjudicial para su país y buscará su extinción

Claudia Sheinbaum en Palacio Nacional, en Ciudad de México, el 2 de abril de 2025.
Karina Suárez

México ha conseguido, de momento, un trato preferente frente a Estados Unidos y su política arancelaria. Este miércoles, el presidente Donald Trump anunció una andanada de aranceles “recíprocos” contra más de 185 naciones. El republicano impondrá una tarifa universal mínima del 10% a casi todas las importaciones y castigará más a los países y bloques con los que tiene un mayor déficit comercial. La mayor carga de impuestos se dirige a los países asiáticos: Vietnam 46%, Tailandia 36%, China 34%; Japón 24%, entre otros. El listado es amplio, pero entre las pocas excepciones están sus vecinos fronterizos y socios del TMEC: México y Canadá. La concesión no es total, debido a que ambos países han sido afectados, previamente, por otros aranceles. México, debe cubrir una tarifa del 25% sobre las exportaciones que no cumplen con los estándares del acuerdo comercial. Además, está vigente la tarifa del 25% sobre el acero y aluminio mexicanos y, a partir de este jueves, se sumará el gravamen del 25% sobre los vehículos no fabricados en EE UU. Aunque en este último caso, el TMEC también ha servido para amortiguar el impacto, ya que los exportadores mexicanos podrán obtener un descuento proporcional al contenido estadounidense que acrediten en cada unidad.

Bajo el amparo del TMEC, México ha florecido como el principal importador de Estados Unidos, con envíos anuales por más de 505.000 millones de dólares. EE UU, por otra parte, envía al territorio mexicano unos 334.000 millones de dólares por año. Trump conoce de sobra este saldo deficitario y ha aprovechado su discurso del Día de la Liberación para cargar contra el acuerdo comercial de Norteamérica. “El TMEC fue un desastre, vamos a necesitar el apoyo del Congreso para acabar con ese acuerdo que es el peor de nuestra historia”, indicó frente a sus seguidores. En línea con su visión proteccionista, el presidente de EE UU aseguró que el tratado comercial es responsable del cierre de “incontables plantas” en Estados Unidos. “Si nosotros hiciéramos un mapa, en el mapa tendríamos que poner 90.000 puntitos de las plantas que cerraron tras el TMEC”, señaló. Las críticas contra el acuerdo firmado en 1994 y ratificado en 2020, no obstante, no han tenido eco en la imposición de tarifas recíprocas, pese al déficit de casi 172.000 millones de dólares que tiene Estados Unidos con México.

Desde las primeras señales proteccionistas de Trump, la presidenta Sheinbaum defendió el TMEC y la integración comercial de Norteamérica. Si el republicano insiste en dinamitar el acuerdo, la mandataria mexicana ha buscado reforzar este pacto comercial no solo con EE UU, sino también con Canadá, para armar un bloque contra el avance de las importaciones asiáticas. De acuerdo con un análisis de Banco Base, solo un 49% de las exportaciones mexicanas están bajo el amparo del TMEC y el resto deberán pagar un arancel del 25%. Antes de la Administración Trump y la implementación de su muro arancelario, México podía exportar a EE UU libre de aranceles a través del acuerdo comercial de Norteamérica o bajo el principio de nación más favorecida de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Con el reciente cambio de reglas, ahora los exportadores tendrán que cumplir con los estándares del acuerdo para seguir libres de aranceles.

Gabriela Siller, directora de Banco Base, explica que México puede resultar favorecido en el tablero internacional dados los altos aranceles que EE UU ha impuesto a otras economías y las exenciones que tiene respecto a otros países. “México podría ganar participación ante la guerra arancelaria de Trump con el mundo. Esto dependerá de qué tan rápido las empresas en México cumplan con los criterios del TMEC y de los resultados de la revisión o renegociación que se hará del acuerdo comercial. Aún hay riesgos, pero por lo pronto se ve una oportunidad de mercado”, indica.

Más allá del matiz comercial, los aranceles han sido utilizados por Trump para exigir a sus socios de Norteamérica resultados para frenar el narcotráfico y la migración ilegal. El arancel generalizado del 25% para las importaciones fuera del TMEC, desde la óptica de Washington, fue un castigo ante los pocos avances de México y Canadá en esos frentes. En respuesta, el Gobierno de Sheinbaum llevó a cabo numerosos esfuerzos en estas trincheras. Desde el envío de 10.000 agentes a su frontera Norte, hasta el inédito envío de 29 capos mexicanos ante la justicia estadounidense. La suma de compromisos en materia de seguridad, inmigración y freno a las exportaciones asiáticas por parte de México, parece que están dando algunos réditos.

Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, advierte de que el trato preferencial que ha obtenido México con EE UU se ha afincado en dos pilares: el cabildeo de las empresas estadounidenses en territorio mexicano y el tratado comercial. Para el experto, la fuerte relación intrafirma —el intercambio de bienes entre empresas que pertenecen a la misma estructura organizacional— de Estados Unidos en México, ha orillado al propio mandatario a matizar su estrategia arancelaria para no perjudicar a sus propias compañías. Sin embargo, el especialista también advierte que México no debe echar las campanas al vuelo, por el contrario, debe fortalecer la demanda interna a través de un mayor consumo, gasto e inversión.

Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics, reconoce que las tarifas al acero y al aluminio y a los productos fuera de la regla del TMEC representan un porcentaje mínimo de las exportaciones totales, por lo que el impacto es menor al esperado, sin embargo, advierte de que la amenaza arancelaria contra México continúa vigente. “El país solo se libró de la lista de este miércoles, pero no de la incertidumbre y angustia que produce la espera. Trump sigue demandando que México limite el acceso de productos chinos al país y controle la inmigración y tráfico de drogas, y con base a ello aún puede poner aranceles al país”, zanja.

Los expertos coinciden en que el carácter impredecible de Trump mantendrá en alerta a México, no obstante, el anuncio a favor de México sobre los aranceles recíprocos es una buena noticia, una batalla ganada en medio de esta guerra arancelaria. La noticia también fue recibida con beneplácito en los mercados. Al cierre de la jornada, el peso se apreció un 0,80% o 16,2 centavos, cotizando alrededor de 20,19 pesos por dólar. Así, los aranceles anunciados este jueves han sido una mala noticia para la mayoría de los países, sin embargo, para México puede representar una ventana de oportunidad para reforzar su posición como socio comercial de EE UU. La moneda está en el aire.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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