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Un exdiputado del PRI figuró en siete cuentas en Andorra con su esposa y un hermano que movieron 51 millones

La policía del Principado cita informes de la DEA para vincular a Lara Aréchiga, fallecido en 2017, con el Cartel de Sinaloa. Un familiar del expolítico canalizó 17,8 millones a través del país europeo

Oscar Javier Lara Aréchiga
El exdiputado del PRI por Sinaloa fallecido en 2017, Óscar Javier Lara Aréchiga, en una imagen de archivo.Grupo Parlamentario del PRI

El que fuera diputado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) por Sinaloa entre 2009 y 2012, Óscar Javier Lara Aréchiga, controló un entramado financiero en Andorra que registró transacciones por valor de 51 millones de dólares. El expolítico figuró desde 2007 en esta telaraña bancaria con su esposa, Beatriz del Carmen Teresita Esquer de Lara, y su hermano José Luis Lara Aréchiga. El dinero circuló por un opaco tinglado de sociedades ficticias, casas de cambio y laberínticas estructuras en paraísos fiscales, según los movimientos de nueve cuentas bancarias en Andorra a los que ha tenido acceso EL PAÍS.

Lara Aréchiga, que falleció de un cáncer en 2017 a los 66 años, manejó directamente siete cuentas en la Banca Privada d’Andorra (BPA) desde 2007. Cuatro fueron numeradas -un sistema que blinda la identidad- y en dos figuró como cotitular con su esposa, de 71 años. Esta, a su vez, tuvo una cuenta cifrada hasta 2014 en la misma institución financiera, según ha acreditado este periódico.

Junto a la viuda, José Luis Lara Aréchiga, hermano del exdiputado, de 69 años, tuvo dos cuentas en la BPA que canalizaron 17,8 millones de dólares desde 2007, según los documentos.

José Luis Lara Aréchiga también figuró en un depósito con el expolítico y la esposa de este que movió 15,6 millones.

Para proteger su identidad, el exdiputado del PRI colocó como parapeto en su telaraña andorrana dos sociedades panameñas ficticias y una compañía holandesa controlada por él desde 2006, cuando era secretario de Finanzas de Sinaloa.

El entonces diputado se presentó en 2007 ante los gestores de la BPA como un economista y asesor fiscal. Expuso que eligió la entidad por su “discreción y secreto bancario”, condición que imperó en el país pirenaico hasta 2017. Y conectó su fortuna con su actividad en la firma de consultoría Lara Loaiza y Asociados.

Detalló haber ingresado tres millones de dólares de la venta de acciones de las compañías Impulsora Azucarera del Noroeste y Promotora Agroindustrial del Suroeste; pilotar inversiones inmobiliarias, como una propiedad adquirida en 1997 por 2,1 millones; y tener acciones de la compañía Cedar Products de Arizona (EE. UU.).

Lara Aréchiga también aportó al banco andorrano un documento que acreditaba que disponía de 3,8 millones de dólares en acciones de la firma cárnica mexicana Grupo Viz.

La conexión Sinaloa

La policía de Andorra, con información de la DEA, la agencia antidroga de EE. UU., vincula en un informe confidencial al que ha tenido acceso este periódico a esta compañía con el cartel de Sinaloa: “El Grupo Viz era una empresa de Jesús Vizcarra Calderón [priista que fue secretario de Desarrollo Económico del gobierno de Sinaloa entre 2005 y 2010], que fue utilizada para blanquear dinero procedente de la cocaína de la organización liderada por Ismael Zambada García”.

Apodado El Mayo, Zambada García es un relevante narco con medio siglo de trayectoria que fundó, junto a Joaquín El Chapo Guzmán, el Cartel de Sinaloa.

El mismo informe policial sostiene con información de la DEA que Lara Aréchiga, que era licenciado en Economía y tenía en postgrado de Harvard, trabajó antes de aterrizar en la formación tricolor en el Banco del Noroeste de México (Banoro) en Sinaloa. Y que en esta entidad supervisó a un cliente vinculado a Rigoberto Gaxiola Medina, un empresario señalado por su relación con Amado Carrillo Fuentes (Cartel de Juárez) y que fue incluido por el Departamento del Tesoro en su lista negra de blanqueadores del Cartel de Sinaloa.

Lara Aréchiga indicó al banco tener relación con otros dos clientes de la BPA ligados a una misteriosa cuenta denominada Dorado. El nombre de uno de ellos, Juan Antonio García Ramírez, coincide con el empresario que presidió el club de fútbol Dorados de Sinaloa, según el know your customer (conozca a su cliente), una suerte de tercer grado que rellenaban los clientes de la BPA para aclarar el origen de sus fondos.

El análisis del entramado del exmandatario revela que el exdiputado del PRI cobró en el país europeo 8,6 millones mediante transferencias ordenadas desde las casas de cambio mexicanas ByB y Eurofimex. Según la policía de Andorra, este mecanismo de envío impide rastrear los movimientos al no poder acreditar quién ingresa el dinero.

Asimismo, el exdirigente ingresó en Andorra más de 16 millones de su hermano José Luis, que también envió al expolítico cerca de 400.000 dólares a través de su compañía Desarrolladora Gos de RL de CV.

Óscar Lara Aréchiga, a su vez, hizo llegar 11,9 millones en mayo de 2009, cuando era secretario de Finanzas en Sinaloa, a una cuenta numerada en la BPA de su pariente.

Las transacciones se canalizaron a través de traspasos internos, un sistema que no deja rastro.

Lara Aréchiga dejó a su esposa beneficiaria de una parte de su fortuna y, tras el fallecimiento de esta, a sus tres hijos, tal y como revela el reglamento de una de las opacas piezas de su enjambre financiero, la panameña Fundación Hazare, que en 2018 registraba un saldo de 14,2 millones.

El teléfono del Gobierno de Sinaloa como número personal

Por otra parte, la esposa del exdiputado se presentó a la BPA como una licenciada en Pedagogía y justificó su intención de abrir una cuenta numerada por “confidencialidad”. Explicó al banco que ingresaría los fondos procedentes de la “venta de terrenos y otras inversiones”, según su know your customer, donde incluyó como teléfono personal el número de la secretaría del Gobierno de Sinaloa, según ha comprobado este periódico.

José Luis Lara Aréchiga, el hermano del priista que ingresó 17,8 millones en la BPA y figuró con él en su constelación de cuentas, tocó a la puerta de la institución financiera con la carta de presentación de un ingeniero civil que quería depositar en Andorra sus fondos de “una pequeña empresa de Culiacán”. Añadió que haría llegar el dinero al principado europeo a través de la casa de cambios mexicana Eurofimex y préstamos back to back. Dos mecanismos que la policía de Andorra enmarca en esquemas de blanqueo y operativas para dificultar el rastreo de movimientos.

Un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera de Andorra (UIFAND), el organismo del pequeño país pirenaico dedicado a combatir el blanqueo, sostiene que el exmandatario, su esposa y su hermano José Luis no pueden justificar el origen de los fondos que colocaron en la BPA, una institución intervenida en 2015 por el presunto lavado de activos de grupos criminales.

El documento forma parte de la denominada Operación Culiacán, que es como se llama la investigación por blanqueo que desarrolla la justicia andorrana en alusión a la capital del Estado de Sinaloa.

Las pesquisas indagan a la esposa del político fallecido y a sus hijos Beatriz del Carmen, Óscar Javier y José María Lara Esquer. El hermano del expriista también se encuentra bajo el foco de la investigación. La Policía de Andorra ha pedido a la instructora de la causa, la magistrada Stéphanie Garcia, que rastree el patrimonio de esta familia y de otros investigados en la Operación Culiacán y que curse una comisión rogatoria a México.

EL PAÍS ha intentado sin éxito recabar la versión de los herederos de Óscar Lara Aréchiga a través de su abogado, que ha declinado contestar aludiendo a que no tiene autorización de sus clientes. Este periódico tampoco ha podido obtener las respuestas de José Luis Lara Aréchiga y Jesús Vizcarra Calderón.

Los hijos del priista negaron la semana pasada, después de que este diario desvelara la causa por blanqueo contra ellos, los vínculos de su padre con el cártel de Sinaloa. “Quiero aclarar enfáticamente que ni mi papá ni mi mamá hemos formado parte de alguna mafia, cartel o grupo delictivo”, aseguró José María Lara Esquer.

Este periódico reveló en 2017 que Lara Aréchiga ocultó en Panamá y Antillas Holandesas una sociedad opaca con la que movió 16,8 millones. La firma estaba gestionada por la compañía holandesa de servicios fiduciarios BK Group, cuyo departamento de compliance (prevención de blanqueo) cuestionó estas inversiones.

Junto a Óscar Lara Aréchiga, este diario ha desvelado las cuentas inconfesables en la BPA de dirigentes del PRI como el gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo; el exdiputado Francisco Arroyo Vieyra; el abogado del expresidente Enrique Peña Nieto, Juan Ramón Collado; o la senadora Sylvana Beltrones, hija del expresidente de la formación tricolor Manlio Fabio Beltrones.


La familia del político niega la conexión con el crimen organizado

Los hijos del fallecido exdiputado del PRI Óscar Lara Aréchiga niegan la conexión de la fortuna de su padre con el crimen organizado. “Solo por el hecho de ser mexicanos y de Sinaloa, nos catalogan como supuesto riesgo por estar relacionados con el cartel”, indicó Óscar Lara Esquer el pasado 15 de diciembre, después de que este este periódico revelara la existencia de una investigación judicial abierta en Andorra contra los herederos del ex priista.

 

Lara Esquer justificó que sus padres “colocaron su dinero en ese banco [BPA] por los beneficios que daba, pero nunca imaginaron que su inversión quedaría bloqueada al iniciarse la carpeta de investigación”.

 

Los hijos de Lara Aréchiga valoran presentar una demanda contra las autoridades de Andorra, la BPA, los jueces que desarrollan las pesquisas y EL PAÍS.

investigacion@elpais.es

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