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Claudia Morales Reza: “El presidente es objeto de constante discriminación por clasismo”

La presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación ha sufrido rechazo en su vida por ser mujer, por ser indígena y por ser líder de su comunidad: “Yo lo tomé como una forma de crecimiento”

Claudia Oliva Morales Reza
Claudia Morales Reza, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).Mónica González Islas
Carmen Morán Breña

A sus 43 años, Claudia Morales Reza ha sufrido varias veces y varias formas de discriminación. Cuando era jovencilla, en la secundaria, su piel y su idioma natal wixárica no fueron bien recibidos por sus compañeros de la ciudad; en su comunidad jalisciense de San Andrés Cohamiata tampoco hacía gracia que la muchacha manifestara inclinaciones por el espacio público, tradicionalmente reservado a los hombres en todo el mundo. La última ha sido la más curiosa: discriminación por razón de estudios, podría llamarse. El Gobierno anunció que sería la próxima presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), pero no imaginaba que esas puertas estaban cerradas para ella, que no cuenta con estudios universitarios ni experiencia en la función pública. “¿Cómo iba a tenerla si no te dan las oportunidades?”. Todo eso se arregló y ahora se ríe cuando se le hace notar que hay más discriminaciones que las muchas que señala la página web de la comisión que preside.

Pregunta. Dice esa misma página que todos discriminamos, ¿nadie está libre de pecado?

Respuesta. Así es, aunque sea inconsciente, es tan normalizado discriminar que a veces lo hacemos y tratamos de justificarlo en vez de ir pensando en cómo evitarlo.

P. Usted también la ha sufrido. ¿Se queda eso para toda la vida?

R. Sí, como mujer, como indígena, como líder, en todos los aspectos. Pero yo lo tomé como una forma de crecimiento, de salir adelante. Es importante la fuerza familiar, yo tuve la fortuna de crecer en una familia muy unida, soy hija única, y mis padres siempre me dieron fortaleza que iba a necesitar para poder salir adelante. Pero sí, la discriminación lastima vidas y a veces no se tiene la ayuda ni el acompañamiento.

P. ¿Usted, a pesar de todo, pudo estudiar?

R. Sí, hice la secundaria fuera de la comunidad, fuera de la familia, en otro Estado, y ahí viví más discriminación, tiene que ver con la apariencia, y por el idioma. Yo no era hablante 100% como ellos y sí se burlaban de mí.

P. Los niños son grandes discriminadores, hasta la crueldad. ¿Qué motiva esa discriminación tan temprana?

R. La ignorancia. Quizá faltaron a la clase de historia en la que se habla de los diferentes grupos humanos [bromea]. Ya todo ha cambiado mucho en los programas de estudio, en mis tiempos había más ignorancia. La sociedad también influye, la familia y los centros educativos. Ahí hay que caminar, incidir en la sociedad, que cambie el pensamiento, recibirnos, aceptarnos con nuestras diferencias. Al final todo tenemos sentido de desarrollo social, verdad. Tengo mucho sentido de comunalidad, [los wixáricas] cuando oramos no lo hacemos para uno mismo, sino por el universo, el equilibrio, la paz. Tengo fe en que podemos cambiar como sociedad, tenemos que hacerlo, no hay de otra.

P. En la Conapred reciben quejas. ¿Qué discriminación es la más común?

R. El color de piel, el aspecto físico, el ser mujer, con todo los anteriores añadidos.

P. ¿El dinero no es el factor más discriminador, la clase social? El presidente del Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, se queja mucho del clasismo que hay en México.

R. Nos llegan quejas, sí. El presidente es objeto de constante discriminación por clasismo, lo tachan de que no tiene la etiqueta que tuvieron los anteriores presidentes, que no es doctor, que no es de clase alta.

P. En México hay mucha costumbre de distinguir a la gente por sus estudios: doctor, maestra, licenciado. ¿No es también un elemento de discriminación?

R. Sí y no. Yo no tengo una formación universitaria y estoy aquí porque he aprendido a partir de la vida, somos maestros de la vida, hemos buscado la forma de salir adelante, aún sin tener la herramienta de la academia, que es una herramienta, sin duda, pero falta la otra parte, los valores y principios de poder ser y hacer. No debería ser una discriminación tener o no tener título académico.

P. ¿Cómo interpreta que la Conapred haya pasado un año y medio sin tener un nuevo titular nombrado, hasta su llegada?

R. Tiene que ver con… no sé cómo llamarle… es difícil comunicar... se analizó la razón de ser del Consejo, porque lo mencionó el presidente… Se buscó una forma de que alguien diferente pudiera llegar, porque por mucho tiempo las instituciones fueron herencia generacional.

P. ¿No se encontraba a una persona?

R. Y por las formas legales.

P. Pero si solo era una sustitución.

R. Parecía así, pero hay desajustes todavía para recibir a personas como yo en la función pública. Obstáculos administrativos, como la cuestión académica que yo debía tener y la experiencia en la función pública.

P. ¿Para entrar en la Conapred se necesitaban estudios universitarios?

R. Sí.

P. ¿Y eso se ha cambiado?

R. Así es. Se buscó la forma para quitar ese candado y abrir.

P. ¿Quién discrimina más, el Estado, en visión amplia, maestros, médicos, jueces, o las personas particulares?

R. Creo que hemos entrado en un punto de intolerancia que deja igual la balanza. La función pública debe dar atención y trato digno, pero nosotros, como personas, cuando vamos a solicitar trámites, por ejemplo, muchas veces la situación que vivimos nos lleva a no tener esa tolerancia de entender la burocracia, que es necesaria para llevar orden. No me imagino la función pública sin burocracia, otra cosa es que los procesos sean muy tardados.

P. Pero una justicia sin traductores, violencia obstétrica, maestros que perpetúan diferencias.

R. Tiene que ver con que nos hemos sectorizado demasiado, un doctor dice: estoy a cargo de este pabellón y a cargo de estos pacientes. Y sí, pero también representa a la Secretaría de Salud, nos hace falta ese sentido de pertenencia y responder con responsabilidad. Nos hemos hecho intolerantes ante esta falta de atención y desde ambas partes hemos estado discriminando.

P. El caso del niño Juanito, un otomí al que quemaron en la escuela en Querétaro. La maestra no pareció estar a la altura de las circunstancias ¿Ustedes hicieron seguimiento del caso?

R. Fue en el tiempo en que yo tomaba posesión y fui a visitarlos. Hay una demanda interpuesta que sigue su curso, los estaban apoyando con abogados y traductores. Una agresión así lleva a que toda una familia se vea desplazada de su hogar, dejar sus usos y costumbres

P. ¿Se marcharon?

R. Se fueron por salud, si has puesto una demanda pues te señalan, las hermanas de Juanito también tuvieron miedo de ir a la escuela. La familia se preguntó qué hacer y decidieron irse. Tú no tienes la decisión, solo puedes acompañar, orientar y tratar de animar a que salgan adelante. A pesar de todo, el niño irradiaba felicidad y fortaleza.

P. Pero siempre son las víctimas las desarraigadas.

R. Se ven más en dificultad, sí.

P. ¿Y no hay forma de evitar eso desde las instituciones?

R. Nosotros, en el Consejo trabajamos para prevenir la discriminación, buscamos las causales, para que eso no se repita de nuevo. La Conapred no atiende demandas legales.

P. Dicen en sus documentos que negar o impedir la elección del número de hijos que se desea tener o el espaciamiento entre ellos también es discriminación. ¿Los países o Estados que no tienen regulado o autorizado el aborto son discriminadores?

R. Seguimos la regla de lo que quiere la mayoría, pero en un país es complejo saber si se toma la decisión de lo que quiere la mayoría, porque solo algunos tienen la fuerza para manifestarse. Tanto la persona que quiere tener 10 hijos como la que quiere abortar está en su derecho porque es su cuerpo. O si quieren tener un hijo aunque haya sido fruto de una violación, están en su derecho.

P. Pero la diferencia no se le escapa a nadie; a los que quieren tenerlo se les da el derecho y a los que quieren abortar, no siempre, no en todos lados.

R. Se ha avanzado, nos han dado la oportunidad de dar nuestra opinión y de dar acompañamiento técnico [desde la Conapred]. Respetamos los derechos de las personas pero no tenemos la atribución de legislar.

P. Pero sí la de criticar, reclamar y protestar.

R. Si hay quejas, sí, así que acompañamos a colectivos y legisladores que hacen estas propuestas

P. Pero no es solo México, si el aborto no está autorizado en cualquier parte ¿se trataría de un Estado discriminador?

R. [Silencio largo en el que acaba afirmando con la cabeza]. Bueno, vuelvo a lo mismo, es un derecho que se está revisando a nivel mundial y en cada país se dan situaciones diferentes, pero son derechos y sin duda se tendrá que legislar.

P. ¿Cuál es la discriminación más sutil que se está produciendo en nuestro tiempo?

R. Hay una queja que se interpuso y que se trabajó y hubo una buena respuesta por parte del Instituto Mexicano de Seguro Social, que tenía que ver con parejas del mismo género, cuestiones de herencia.

P. Los solteros, también los menciona la Conapred. ¿Cómo se los discrimina?

R. Pues cuando la sociedad los quiere obligar a que tengan familia, ‘ya se te fue el tren’, ‘por qué no tienes hijos’.

P. ¿Es usted soltera?

R. No, soy jefa de familia. Estoy al cargo de mi familia en todos los aspectos. [Esa denominación] solo existe para el hombre, jefe de familia, por eso lo digo siempre.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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