Nadine Gasman: “Mi ventaja como candidata a la OPS es que he estado en todas las sillas”

Nadine Gasman (Ciudad de México, 64 años) está sentada en una butaca de la planta 13 del Instituto Nacional de Mujeres, del que es presidenta, y se reconoce nerviosa, algo ansiosa. Desde que fue elegida como la candidata de México a presidir la Organización Panamericana de la Salud (OPS), su rutina es una competición. “He hablado con 36 de los 38 países que van participar y a todos les ha gustado nuestra propuesta”, dice este miércoles en una entrevista con EL PAÍS. Gasman necesita los votos de 20 Estados para convertirse en la nueva directora de una de las organizaciones más importantes de la región.

La pandemia dejó al descubierto las profundas grietas en los sistemas de salud americanos, que Gasman define como “fragmentados, segmentados, desfinanciados y desorganizados”. Ante ese escenario, la doctora apuesta por una OPS más transparente y representativa que defienda la autosuficiencia sanitaria del continente y la atención médica universal. Hasta el momento, la candidatura de Gasman solo se ha visto empañada por las críticas de organizaciones de derechos humanos de Cuba, que la acusan de un posible conflicto de interés por su marido, quien fue representante de la OPS en la isla.

Su propuesta compite con las de otros cuatro candidatos: Jarbas Barbosa, de Brasil, actual subdirector de la OPS; Florence Duperval, de Haití, que fue ministra de Salud en 2006; Camilo Alleyne, de Panamá, titular de esa misma cartera en 2004, y Daniel Salinas, quien es ahora ministro de Salud de Uruguay. Esta semana, el Gobierno de Gustavo Petro decidió retirar la candidatura de Fernando Ruiz, quien fue ministro de Iván Duque, por las “diferencias de enfoque” del nuevo Ejecutivo con la propuesta que había preparado Ruiz.

La votación se resuelve la próxima semana en Washington, en la Conferencia Sanitaria Panamericana. Allí votarán los 35 países americanos y Francia, Reino Unido y Países Bajos, que están incluidos por los territorios que tienen en el continente. Están previstas varias rondas de votación. “La tercera vuelta va a ser entre los candidatos, candidatas, que tengamos más votos. Tengamos...”, dice sonriendo Gasman, que afirma que ya ha conseguido el apoyo de “un grupo importante de países”. Aún así reconoce que “es un mecanismo complejo, en el que interviene mucho la geopolítica”: “Habrá acuerdos y negociaciones que se harán el mismo día de la votación”.

La OPS es un reto —y un premio— para una mujer con tres décadas de trayectoria. Médica cirujana, con maestría y doctorado en Salud Pública por Harvard y la Universidad Johns Hopkins, conoce bien los organismos internacionales: ha sido representante de ONU Mujeres en Brasil y del Fondo de Población de las Naciones Unidas, en Guatemala. En 2019 fue nombrada presidenta del Inmujeres con un tarea titánica por delante. Rodeada de asesoras que revisan la entrevista, Gasman habla confiada y segura de su candidatura internacional, reticente y ambigua sobre los logros en igualdad conseguidos durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, del que forma parte y al que defiende a rajatabla.

Pregunta: Entre los candidatos está el subdirector actual de la OPS y varios ministros de salud. ¿Cuál es el valor diferencial de su propuesta, el punto fuerte?

Respuesta: La trayectoria. Una de mis fortalezas es que realmente tengo una formación en salud pública. Tengo muchos años de práctica a nivel nacional e internacional, pero también he salido de ahí para entrar al tema de las mujeres. Me ha tocado transversalizar la perspectiva de género y eso es lo que la salud necesita: estar en todas las políticas. Me parece que esa capacidad de dialogar es muy importante. La otra ventaja que tengo es que he estado sentada en todas la sillas, o sea, yo ahora soy Gobierno y estoy muy feliz de ser Gobierno, me encanta, pero también trabajé mucho tiempo en las Naciones Unidas y soy una campeona de la coordinación, y lo tercero es que he sido directora de un organismo de la sociedad civil y sé la importancia de ser escuchada. Una última cosa que para mí es muy importante es que tengo en el ADN la perspectiva de género: todo lo que he hecho lo he hecho con una perspectiva de género, interseccional e intercultural y eso es lo que la salud necesita.

P. ¿Cómo marca esa trayectoria en las políticas de género lo que podría hacer como directora de la OPS?

R. Es central. Una cosa que descubrimos en la pandemia es que el 70% de las trabajadoras de salud son mujeres. Hay que lograr que estemos en puestos de decisión. Es esencial para dar respuesta a las necesidades de salud ver las desigualdades sociales, las especificidades de salud de las mujeres, de los jóvenes, de las poblaciones indígenas, de las personas que viven con discapacidad, de los adultos mayores... Y eso es a lo que yo me he dedicado, a siempre preguntar: ¿y esto cómo afecta diferencialmente a las mujeres? Es una lente esencial que para mí es natural.

P. Ha dicho en alguna ocasión que no llega a esta candidatura con las manos vacías sino con la experiencia de la lucha contra la covid-19 en México.

R. Totalmente. Lo digo muy honrada: yo soy una candidata del Gobierno de México. Y es una candidatura que nace de la práctica de la solidaridad y del multilateralismo mexicano, que fue muy evidente, de la administración del presidente López Obrador. La forma en que México respondió durante la pandemia: con un respeto a los derechos humanos, manteniendo la libertad, adecuando los servicios, saliendo a buscar vacunas de una manera muy, muy rápida... Pero también la forma en que se comportó de hacerlo no solo por México —como hicieron muchos países— sino para la región. Producto de eso es que en la mayoría de los países sobre todo el Caribe, pero también de América Latina, las primeras vacunas que llegaron fueron vacunas donadas por México en momentos en que eran un bien muy escaso. Yo llevo esa visión de solidaridad y horizontalidad.

P. Pero al mismo tiempo las cifras que ha dejado la pandemia en México son durísimas: son 626.000 muertos, según los últimos datos de la OMS, y arrasó sobre todo en la población con menos recursos. ¿Eso no es un lastre?

R. Es para la región en realidad, porque si tú ves la mortalidad de América Latina y el Caribe supuso el 38% del total de muertos, cuando representan el 25% de la población. Es un fenómeno que nos habla de lo que hemos heredado, de las cuatro décadas del neoliberalismo que realmente nos dejaron servicios de salud fragmentados, con pocos trabajadores... De ahí la importancia de este nuevo pacto por la salud, con sistemas de salud fortalecidos. ¿Qué hubiera sido en la pandemia si nos hubiéramos encontrado con un sistema de atención primaria donde las comunidades, las colonias, hubieran tenido capacidad de dar información, de detectar a tiempo, de apoyar a las personas que más nos necesitaban? Tuvimos una avalancha en los hospitales que no estaban preparados ni en México ni en ningún lado.

P. Los últimos datos del CONEVAL apuntan a que en 2020 se incrementó en 15 millones extra las personas que se quedaron sin acceso a servicios de salud.

R. Mira, se trabaja todos los días, hay un esfuerzo por formar un sistema de salud que se está desarrollando a través del IMSS Bienestar, que está basado en universalizar el acceso a la salud, en conseguir la infraestructura, los medicamentos y el personal de salud que se necesitan. México está trabajando hacia eso. En medio entró la pandemia que hizo que ese plan de universalización, gratuidad de los servicios que son esenciales, se tuviera que detener para dar respuesta a esa emergencia.

El mandato del nuevo director de la OPS, que comienza el 1 de febrero de 2023, tiene una duración de cinco años. Por lo que en caso de resultar elegida, Gasman dejaría en unos meses su cargo como presidenta del Inmujeres. Desde su nombramiento en 2019, la doctora destaca los trabajos que han hecho para el empoderamiento económico de las mujeres en todo el país, el avance de la construcción de un sistema nacional de cuidados y la coordinación entre instituciones para trabajar en la prevención de la violencia de género.

P. Las mexicanas siguen dedicando 24 horas semanales más que los hombres a las tareas del hogar, México es el país de la región con la tasa de inserción laboral femenina más baja, un 45%, y en cuanto al tema de seguridad, seguimos con 10 mujeres asesinadas al día. Entonces, a efectos prácticos, ¿qué se ha mejorado?

R. A efectos prácticos se ha disminuido, por ejemplo, el número de asesinadas, hay una disminución que hemos visto.

P. Eso no se ve en las cifras.

P. Las cifras las aportan la Secretaría de Seguridad cada día 20 y te las puedo mostrar.

P. ¿En los últimos años se ha disminuido el número de mujeres asesinadas?

R. Desde que entramos al Gobierno. En este año han disminuido.

P. Esa cifra si me la pueden enviar porque no la he visto publicada en ningún sitio.

[Las cifras enviadas, después de la entrevista, por el equipo de Nadine Gasman hacen referencia al descenso de víctimas de feminicidio en el mes de julio de 2022, comparado con el año anterior y con el máximo histórico de agosto de 2021. En esa misma información, en los meses de enero, febrero, abril y junio el número de feminicidios es mayor en 2022 que en 2021].

R. A mí me parece que es muy importante, porque parece que no hay impacto en nada, y sí se está invirtiendo más. Estas políticas públicas se están construyendo con una visión de corto, mediano y largo plazo. Estamos avanzando, estamos trabajando. Y te voy a dar un ejemplo concreto, en términos de prevención de la violencia, porque parece todo muy teórico: hace un mes sacamos los lineamientos para prevenir el acoso en el transporte público en Ciudad de México, en Colima y en La Paz. Son cuestiones muy prácticas, pero no son varitas mágicas. También hemos trabajado con la Procuraduría Agraria para facilitar los trámites de titularidad de las tierras de las mujeres rurales e indígenas: el primer año se titularon 800 mujeres, el segundo año 2.000, esperamos este año 5.000. Al mismo tiempo estamos capacitando al personal de la Procuraduría de la Semarnat para revisar los reglamentos de los ejidos y de los sistemas comunitarios —que son la mitad del territorio del país— para que tengan una perspectiva de género y ambiental. Estamos apostando en cuestiones que son muy puntuales, que impactan la vida de las mujeres aquí y ahora, pero también en cambiar estas cuestiones estructurales que son las que determinan las desigualdades. Entonces, bueno, en esas estamos.

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