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Crianza
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

No intervenir en sus peleas y otras estrategias para mejorar la relación entre hermanos

Los padres tienen un papel esencial en que sus hijos mantengan un vínculo sano. Deben observar las relaciones que se establecen entre ellos y potenciar el respeto mutuo, la asertividad y la comunicación

Las familias que tienen más de un hijo deberían fomentar que se establezcan adecuadas relaciones entre ellos.
Las familias que tienen más de un hijo deberían fomentar que se establezcan adecuadas relaciones entre ellos.skynesher (Getty Images)

Seguramente lo que muchos recuerdan de su infancia es el tiempo compartido con sus hermanos o hermanas. Da igual si eran más mayores o más pequeños que nosotros, con ellos vivíamos momentos mágicos que tendremos grabados para siempre en nuestra memoria. Instantes únicos e irrepetibles que nos hacían inmensamente felices y en los que aprendíamos los unos de los otros. Las risas interminables a la hora de ir a dormir, las guerras de cosquillas en el sofá, los veranos disfrutando de la playa o la montaña o las tardes en el parque jugando a la pelota, montando en bicicleta o aprendiendo a hacer equilibrios. Según el escritor francés Jean Baptiste Legouvé: “Un hermano es un gran amigo que te da la naturaleza”. Un regalo para toda la vida que te ayuda a ser mucho más feliz y a construir un camino acompañado.

La mayoría de los hermanos no necesitan palabras para entenderse porque entre ellos se crea un lenguaje único basado en el afecto y el amor incondicional. Una relación repleta de complicidad que construye un vínculo único que perdura a lo largo de toda la vida. Quien ha tenido un hermano o una hermana seguro que ha compartido con él o ella un sinfín de confidencias, emociones y no se ha sentido solo ante los retos que la vida le ha ido regalando.

Los niños que tienen hermanos muestran más facilidad para aprender valores tan importantes como la cooperación, la generosidad o la solidaridad. A través del juego y la convivencia desarrollan habilidades sociales claves para poder solucionar conflictos, hacer frente a la frustración y aprender a tomar decisiones. En la mayoría de los casos, son niños y niñas más tolerantes, empáticos y agradecidos. Más capaces de lidiar con situaciones conflictivas y trabajar en equipo.

Las familias que tienen más de un hijo deberían fomentar que se establezcan adecuadas relaciones entre ellos. En ocasiones, no es una tarea fácil de conseguir, porque puede aparecer mucha rivalidad o celos. Conseguir un buen vínculo basado en el respeto y el cariño es fundamental para que puedan convivir mostrándose empáticos. En cambio, cuando los padres tratan a sus hijos de manera distinta, variando las cantidades de atención, cariño y protección, las relaciones entre hermanos son propensas a ser más conflictivas y menos agradables porque los niños suelen sentir estas diferencias como injustas.

Estas son cinco estrategias que ayudarán a las familias a mejorar la relación entre sus hijos:

  1. No realizar comparaciones. A nadie le gusta sentir que el otro siempre hace las cosas mejor que él o se comporta de una manera más correcta. Cada niño, ante los ojos de sus padres, debe sentirse único y especial, saber que le aceptan tal y como es y no le ahogan con sus expectativas. Si los hermanos sienten que siempre es uno el preferido de sus progenitores será muy difícil que se establezca una buena relación entre ellos porque aflorarán los celos, el rencor y la competitividad.
  2. Dedicar el mismo tiempo a todos los hijos por igual. Cada uno de ellos debería poder tener un tiempo de exclusividad con sus progenitores. Unos ratos distendidos donde puedan compartir ocio sin distracciones, hablar sin interrupciones y expresar todo aquello que les gusta o les preocupa. Estos tiempos de calidad ayudarán mucho a crear un apego seguro.
  3. Aceptar que las riñas y las peleas entre hermanos son habituales y sanas para el desarrollo. Ante estos conflictos, los progenitores no deben intervenir fomentando que los hermanos busquen soluciones de forma autónoma a sus problemas. Si lo hacen, sentirán que los padres se posicionan a favor de uno o del otro y eso complicará más la situación.
  4. Hacer partícipes a todos los hermanos de todo lo que pasa en la familia, consiguiendo que sientan que ocupan un lugar muy importante en ella, teniendo en cuenta las opiniones, las necesidades o los deseos independientemente de la edad que tengan. Establecer normas de manera consensuada y generar un clima de colaboración en casa facilitará mucho la convivencia de los miembros de la familia.
  5. Enseñar a aceptar las diferencias. Eso permitirá a los niños a ser más tolerantes y respetuosos con los demás. Es relevante que cada miembro de la unidad familiar pueda mostrarse tal y como es, con sus virtudes y defectos, sin sentirse cuestionado o etiquetado por los demás.

Las buenas relaciones entre hermanos son un proceso de aprendizaje en el que los padres tienen un papel crucial. Por esta razón es tan valioso que observen con atención las relaciones que se establecen entre ellos, potenciando el respeto mutuo, la asertividad y la comunicación. Como decía la escritora Marion C. Garretty: “Un hermano es un trocito de niñez que nunca perdemos”.

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