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Los niños también sufren síndrome posvacacional: consejos para acompañarles emocionalmente en la vuelta al cole

Los menores no son ajenos al sentimiento de desgana y tristeza que se produce, en muchas ocasiones, ante la incertidumbre que puede generar el nuevo curso

Síndrome posvacacional niños
Una madre y su hija compran material escolar.Santi Burgos

Los regresos a la rutina nunca son fáciles tras largos periodos vacacionales. Las redes sociales y los medios de comunicación se llenan estos primeros días de septiembre de referencias al concepto de síndrome posvacacional, sobre todo relacionadas con la vuelta al trabajo y a las dinámicas laborales del mundo adulto. Pero los niños y las niñas, según Sonia Martínez, psicóloga experta en educación emocional y directora de los Centros Crece Bien, no son ajenos al sentimiento de “desgana y tristeza” que se asocia a este síndrome. “Dejar de estar todo el día con la familia y los amigos, sin horarios y realizando actividades placenteras para comenzar con las obligaciones no es fácil”, explica la experta, que señala que en muchos niños y niñas esta tristeza por la vuelta al cole se une al miedo ante la incertidumbre que genera el nuevo curso: “Tienen muchas preguntas sin responder: ¿A quién tendré de profesor? ¿Quiénes estarán en mi clase? ¿Será difícil este curso?”.

Para Martínez, no obstante, estas emociones, si se saben gestionar, “son saludables y necesarias” y en el caso de los niños se mezclan con “una ilusión y una alegría” menos habitual en los adultos, lo que compensa los aspectos menos motivantes de la vuelta al cole. “A la mayoría de los niños el colegio les despierta una motivación, ya que cumple con tres aspectos que no siempre se dan en el trabajo: por un lado, las relaciones sociales satisfactorias. Los niños y las niñas sienten un gran deseo de volver a encontrarse con sus amigos. Por otro, los nuevos aprendizajes, la ilusión por lo que está por descubrir. Y, por último, los nuevos retos, el volver a poner en juego sus habilidades para superar un nuevo curso”.

Pero también puede haber casos en los que la tristeza, la incertidumbre o el miedo sean tales que algunos no quieran ni oír hablar de volver al colegio. En estos casos, la psicóloga Gema Fuentes considera fundamental identificar los motivos, algo para lo que es necesario estar abierto a escuchar lo que transmiten los niños y niñas (directa o indirectamente) sin restarle importancia con frases del tipo “no es para tanto”: “No es lo mismo si nuestro hijo no quiere ir al colegio porque le da pena que se acaben las vacaciones que si no quiere ir porque el curso anterior tuvo problemas con algún compañero. En estos dos casos, las medidas a tomar serán diferentes. En el primero podemos ayudarle a confeccionar un horario en el que podamos dejar hueco para el ocio y planificar actividades divertidas para el fin de semana. En el segundo, podemos ayudarle buscando posibles soluciones y, si es necesario, hablando con el propio centro educativo”, aconseja la experta en educación emocional.

Otra circunstancia que puede dificultar la vuelta al cole es que esta, además, incluya un cambio de centro educativo. “En este caso es importante que los niños cuenten con un espacio y un tiempo para poder expresar sus miedos y sus preocupaciones por este nuevo comienzo y ver junto a ellos cómo resolverlas, escuchando sus ideas y planteándoles otras para que ellos elijan cuáles llevar a la práctica. Eso sí, sin presionarles”, subraya Fuentes. Para Sonia Martínez es básico que los adultos vean también los aspectos positivos del cambio y transmitan tranquilidad a los niños ante el mismo sin necesidad de estar hablando todo el rato sobre el tema, lo que podría ponerlos más nerviosos.

Consejos para acompañar emocionalmente la vuelta a las clases

Muestren más o menos tristeza por el fin de las vacaciones, o más o menos ganas por volver al colegio, hay una serie de consejos que, según ambas expertas, todos los padres y las madres pueden seguir para acompañar emocionalmente a sus hijos en el tránsito a la nueva realidad posvacacional.

  1. Ajustar los horarios y las rutinas de forma escalonada y constante. “La vuelta a los horarios no siempre es fácil, por ello es conveniente adaptar los horarios antes del primer día de clase“, señala Gema Fuentes. “El tiempo que nos lleve este ajuste dependerá de si el cambio de rutina es muy grande. No voy a necesitar el mismo tiempo para adaptarme a levantarme a las 8.00 si me estoy levantando a las 9.00 que si me estoy levantando a las doce del mediodía”.
  2. Crear una lista de las cosas buenas de volver al colegio. “Para fomentar el pensamiento optimista y que los más pequeños se sientan aún más motivados, podemos crear una lista con las ventajas de volver al colegio”, sostiene la experta.
  3. Escuchar y ayudar a identificar posibles problemas o preocupaciones de los niños, ayudándoles a pensar en posibles soluciones. Y, en familia, compartir cómo se siente cada miembro. “Es una gran ayuda que, como padres o madres, expliquemos cómo nos sentimos y les contemos por qué estamos enfadados, tristes o nerviosos. Dará sentido a lo que sienten ellos, lo comprenderán mejor y podrán manejarlo si les abrazamos o animamos con palabras que podemos escribir en post-it en la entrada de casa o en la nevera para animarnos cada día antes de ir al trabajo o al colegio”, señala Sonia Martínez.
  4. Hacerles partícipes de la preparación para la vuelta al colegio. “Una forma de ayudar a los más pequeños con la vuelta al cole es hacerles partícipes de la preparación con acciones como ir con ellos a comprar los libros de texto o el material escolar”, ejemplifica Fuentes. Martínez añade por su parte la importancia de realizar algún cambio que suponga un aliciente o una motivación: “Realizar algún cambio en casa, en su habitación, mochila... puede motivarles. Por ejemplo, ordenar la estantería y dejar hueco para el nuevo curso, cambiar la decoración. Esto les ayuda a formar parte activa del cambio, a prepararse y a sentirse mayores”.
  5. Hacer una lista de retos para superar en el nuevo curso. “Deben participar tanto niños como adultos. Es interesante guardar la lista a buen recaudo y, a final del curso, repasarla en familia para ver si se han superado esos retos. Los objetivos motivan y orientan a la acción”, afirma la directora de los Centros Crece Bien.
  6. Evitar que todas las conversaciones giren alrededor de la vuelta al colegio: “Como padres no podemos estar recordando continuamente a nuestros hijos que comienza el cole, que tienen que aprovechar ahora, que luego no podrán hacerlo, que vayan pensando en la vuelta… Esto lo que provoca es rechazo al cole, incluso aunque en principio no exista ese rechazo”, afirma Sonia Martínez. “Como adultos podemos hacer más llevadera la vuelta de los niños a las rutinas si dejamos de prevenirles con la idea de que se termina lo bueno y comienza lo malo. Esa es una idea de adulto, no de niño”.

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