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Josefina Goberna, matrona : “El trato infantil y paternalista hacia la mujer durante el embarazo, parto y posparto conduce a la violencia obstétrica”

La socióloga lleva más de 15 años investigando sobre salud sexual y reproductiva. Actualmente, trabaja en un proyecto centrado en la salud mental de las mujeres desde la gestación hasta el primer año de vida del bebé

Violencia obstetrica
La expresión violencia obstétrica tiene connotaciones significativas muy fuertes hasta el punto de que incomoda profundamente a bastantes obstetras y matronas.Edie Layland (Getty Images)

El nacimiento de un hijo es uno de los momentos que más sentimientos encontrados despierta en la vida de la mujer, junto al deseo anhelante de ver al niño surgen pensamientos de incertidumbre ante el proceso médico. Un momento de vulnerabilidad emocional donde la atención del personal sanitario puede ser clave para evitar traumas. “En España, al igual que en otros países, existe la violencia obstétrica”, señala tajante la matrona Josefina Goberna Tricas (Barcelona, 62 años) que lleva 15 años investigando sobre salud sexual y reproductiva. La también socióloga añade que para prevenirla es importante la sensibilización y formación de los sanitarios de manera continuada, ya que “tras la titulación se pierde mucho la relación entre la universidad y la asistencia clínica”.

Goberna estudia actualmente las experiencias negativas durante el parto a través del estudio Salud mental perinatal y trauma relacionado con el nacimiento: maximizar las mejores prácticas y resultados óptimos. En 2019 comenzó la investigación, que finalizará en octubre de este año, con el objetivo de establecer una red internacional multidisciplinar de investigadores para buscar formas de prevenir, minimizar y resolver el trauma relacionado con el embarazo, parto y posparto (hasta el primer año de vida del bebé).

PREGUNTA. El concepto violencia obstétrica genera puntos de discordia en cuanto a lo que engloba, ¿existe una definición consensuada?

RESPUESTA. El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA, 2019) ha reconocido que falta consenso en entornos de atención de la salud sobre cómo definir y medir la violencia contra las mujeres durante el embarazo y el parto en el ámbito sanitario. En enero 2021, la legislación catalana ha sido pionera en Europa en definir e incluir la violencia obstétrica en su legislación, definiendo la violencia obstétrica y la vulneración de los derechos sexuales y reproductivos como impedir o dificultar el acceso a una información veraz, necesaria para la toma de decisiones autónomas e informadas. Incluye la esterilización forzada, el embarazo forzado, el impedimento de aborto en los supuestos legalmente establecidos y la dificultad para acceder a los métodos anticonceptivos, a los métodos de prevención de infecciones de transmisión sexual y a los métodos de reproducción asistida, así como las prácticas ginecológicas y obstétricas que no respeten las decisiones, el cuerpo, la salud y los procesos emocionales de la mujer.

P. Incluir la palabra violencia en este contexto suena fuerte, ¿no cree?

R. La expresión violencia obstétrica tiene connotaciones significativas muy fuertes hasta el punto de que incomoda profundamente a bastantes obstetras y matronas y provoca rechazo en profesionales de distintos sectores. Mayoritariamente, los sanitarios practican su profesión de forma vocacional y les resulta inadmisible que se considere que la ejercen. Sigo teniendo mis dudas de si es la expresión adecuada. Sin embargo, lo que sí es cierto es que el concepto violencia obstétrica frente al de humanización ha generado más movimientos de cambio a pesar del rechazo y posee dos potencialidades: reconoce la violencia obstétrica como algo institucional, es decir, existe una cultura transmitida de generación en generación en el interior de las organizaciones sanitarias basada en el interés excesivo en el útero gestante sin tener en cuenta a la mujer y la reconoce como una forma de violencia de género. Además, debe distinguirse la violencia obstétrica de la mala praxis: hay prácticas que se utilizan durante años y luego la investigación dice que no son adecuadas, como por ejemplo la episiotomía rutinaria o el uso de oxitocina de forma sistemática.

P. ¿Qué prácticas son las más frecuentes en España que se consideran violencia obstétrica durante el parto?

R. Debemos hablar no solamente de prácticas sanitarias sino también de relación asistencial. Podemos citar la maniobra de Kristeller (el profesional hace fuerza desde la parte alta del útero durante la fase del expulsivo para ayudar a que el niño descienda si la madre no empuja lo suficiente), las episiotomías no necesarias, las inducciones o cesáreas no indicadas… Pero es sobre todo el trato infantilizante, paternalista e incluso patriarcal, que no reconoce la dignidad y la autonomía de la mujer durante el embarazo, el parto y el puerperio, lo que nos conduce a esta violencia obstétrica. Muchas veces, más que una determinada práctica, se trata de no informar, no pedir autorización o simplemente ver el embarazo solamente como un útero gestante en que la mujer no es tenida en cuenta.

La matrona y socióloga Josefina Goberna lleva años investigando la salud materna, centrada en la violencia obstétrica.
La matrona y socióloga Josefina Goberna lleva años investigando la salud materna, centrada en la violencia obstétrica. Manuel Méndez Moya

P. ¿Cómo se puede erradicar?

R. El primer paso para erradicarla es admitir su existencia, en este sentido los observatorios de la violencia obstétrica desarrollados en diferentes países (también en España) son una buena herramienta al hacer oír su voz y poner esta situación al descubierto. En segundo lugar deberían abordarse todas las cuestiones de sensibilización y formación de los profesionales sanitarios. Es muy importante tener en cuenta las cuestiones éticas relacionadas con la atención sanitaria: el respeto a la dignidad de la mujer, al principio de autonomía y fomentar una relación de confianza entre profesionales, mujeres y sus parejas [Como, por ejemplo, la correcta realización del Plan de Parto con las necesidades específicas de la futura madre; los consejos sanitarios y los pasos a seguir hasta el parto].

P. Hay mujeres que se encuentran de bruces con la maternidad y no es como la imaginaron, ¿por qué cree que sucede?

R. En nuestras sociedades la maternidad se ha retrasado y la mayoría de las mujeres no han tenido, antes de su embarazo, contacto con otras mujeres que estén de parto o con recién nacidos. Hay una falsa idea de lo que es el parto, hay pocos nacimientos, se tienen a edades avanzadas, se institucionalizan, se hacen en un hospital y nadie los ve, y a veces cuando llega no es como se imaginaba. Sus madres pertenecen a la generación que tuvo un parto muy medicalizado y pueden ayudar poco en este aspecto porque no saben realmente cómo es un parto natural, por lo que el desconocimiento de cuál será la fisiología del parto y su atención constituye un tema desconocido del que la sociedad no habla o se da una imagen muy distorsionada.

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