Alejandro Galán: “La asignatura de empatía debería ser obligatoria en la ESO”
Profesor de Historia y Geografía, Galán es el autor de ‘Detectives de la ESO. Los magos de la tiza: profesores que enseñan divirtiendo’
Alejandro Galán tiene solo 30 años (nació en Cáceres en 1993) y cuatro de ellos los ha pasado ejerciendo de docente de Historia y Geografía en institutos de Castilla-La Mancha y Extremadura. Pero la vocación, la ilusión por enseñar y la pasión por trabajar con adolescentes (sí, adolescentes…) le han convertido en todo un referente de la enseñanza de la ESO y Bachillerato. Ha llegado aquí a base de trabajo, esfuerzo, mucha empatía, creatividad, un proyecto en Twitter y un libro, el suyo: Detectives de la ESO. Los magos de la tiza: profesores que enseñan divirtiendo.
Detectives de la ESO no únicamente es el título de su primer libro, sino del perfil de Twitter e Instagram con el que consiguió que sus alumnos de 3º ESO se decidieran a buscar faltas de ortografía y fallos gramaticales que cometían personales más o menos populares, desde la cantante Aitana o el cineasta Álex de la Iglesia, al mismísimo Pedro Sánchez. Pasando por Arturo Pérez Reverte. Ahí es nada.
Así pasaron cerca de año y medio, con épocas de gran intensidad ‘tuitera’ y épocas más relajadas. “Se motivaban mucho cuando recibían contestación de los personajes”. Incluso llegaron a tener haters, que, cuenta Galán, “en algunos casos fueron demasiado explícitos a la hora de expresar su descontento”. Y un par de famosos cuyos nombres no aparecen, “que no se tomaron demasiado bien las correcciones de mis alumnos”.
PREGUNTA. Cuéntanos qué aprendieron tus alumnos de esta experiencia, además de gramática…
RESPUESTA. Por ejemplo, a solo responder las críticas constructivas y no las tóxicas. En ese sentido, han sido muy responsables.
P. ¿Por qué crees que es tan importante la educación en la ESO?
R. Creo que es la edad más compleja por la que pasan los seres humanos. Una época llena de cambios en la que se define la personalidad. Las compañías y experiencias son clave y nos forman como personas. También es clave adquirir mucho conocimiento, pero aún más cómo evolucionan a nivel personal. Es una etapa fundamental.
P. Por eso es importante que no solo se les enseñe materia…
R. En efecto. Al final pienso que la educación en los colegios e institutos no es solamente enseñanza de conocimientos, sino también de valores y de convivencia. Se pasan muchas horas allí dentro. Y si para ellos es una tortura, les acaba afectando.
P. También sería interesante enseñarles a ser curiosos, a interesarse por lo que pasa a su alrededor...
R. Eso es.: relacionar los conocimientos académicos con su vida cotidiana para que vean las aplicaciones reales de esos conocimientos. Por ejemplo, las guerras de Ucrania y Yemen se pueden relacionar muy bien con la Historia. Y creo que también es importante enseñarles a competir sanamente, a convivir, a respetarse. Se les puede ayudar a aprender a llevar la frustración y el estrés.
P. ¿Opinas que se enseña bien en nuestro país, que hay un buen sistema?
R. Por lo general si, aunque hay muchas cosas que mejorar. Por ejemplo, la relación profesor-asignatura; la actualización de contenidos; tratar de dar un enfoque más práctico aunque sin dejar de lado la memorización. Hay cosas buenas y cosas malas. Ahora mismo la educación está en un proceso de cambio crucial.
P. Una de las cosas de las que hablas en el libro es de la legislación, que cambia continuamente.
R. Es un despropósito que tengamos un sistema educativo para cada Comunidad Autónoma; o que cada vez que gane un partido se cambie la legislación, de modo que los proyectos no tengan continuidad. El cambio continuo de legislatura evidencia que no se piensa en la educación ni en los chavales, sino en conseguir votos. También estoy en contra de que se pongan demasiadas cadenas a los profesores. Cada uno debería explotar sus mejores habilidades para adaptarlas a su asignatura y no a lo que impone la ley. Si yo me hubiese atenido a las leyes, no debería haber hecho el proyecto de Twitter. Otro impedimento: tanta burocracia en el campo de educación nos hace perder muchísimo tiempo. Si hay algo que veo que no es útil para el alumno, intento prestarle la menor atención posible. Ellos deben ser la prioridad.
P. ¿Crees que en general le damos la importancia que merece a la formación de los adolescentes?
R. La visión del sistema educativo que tenemos es bastante negativa, precisamente por la consideración social del docente. Opino que cada vez es más habitual que ciertos padres no crean en la labor de los maestros que trabajan con sus hijos, y los desacrediten. En ese sentido, debería haber más cooperación, apoyo mutuo.
P. Un profesor, ¿Se tiene que estar formando continuamente?
R. Desde mi punto de vista, sí. Yo me paso muchas horas leyendo para seguir aprendiendo Si quieres que la clase sea perfecta debes transmitir lo máximo posible, estar preparado para cualquier tipo de situación sacando el máximo partido a cada tema, tienes que ser el mayor experto del mundo sobre ese tema ese día. Y tienes que intentar dominar al máximo el asunto a tratar, porque así encontrarás formas diferentes de explicarlo, podrás ofrecer ejemplos y comparaciones, hacer juegos y actividades…
P. En tu libro hablas mucho de la empatía, ¿debería haber una asignatura dedicada a ello?
R. En mi opinión, sí. Siempre he defendido que una asignatura llamada empatía les valdría de mucho, porque es una de las cosas más importantes que debe tener toda persona, y que no la trabajamos suficiente. Entiendo que es un proyecto demasiado utópico e irreal, pero ayudaría a que fuéramos mucho mejor personas.
P. ¿Cómo ves tú a los chavales de ahora? ¿Qué les caracteriza?
R. Hay cosas positivas y negativas. De las segundas, los chavales están más sobreprotegidos, son una generación de cristal. Creo que les estamos infantilizando en algunos aspectos. Por otro lado, son chavales con muchísimos más valores de los que tenían mis compañeros o yo cuando estaba en el instituto. Son más tolerantes con temas de orientación sexual, el feminismo, la procedencia o el color de la piel. Y considero que es un reflejo de la sociedad que, poquito a poquito, vamos dando pasos en ese sentido. También es cierto que los departamentos de Orientación cada vez tienen más peso y eso ayuda a la convivencia.
P. Buena parte de tu libro está dedicada a nuevas metodologías, juegos de simulación, juegos en el aula… ¿La enseñanza del futuro tiende a ir en esa dirección?
R. Creo que es una de las claves. Pero entendiendo que hay muchas metodologías válidas y no debemos enfocarnos solo en una. Depende del profesor, su personalidad, su materia. Una clase sistemática bien preparada puede ser mejor que una en la que solamente se hagan juegos, pero que no se haya trabajado lo suficiente. Estas nuevas metodologías pueden ser un complemento muy interesante para hacer más atractivas las unidades didácticas, los contenidos, especialmente hoy con esta generación que tiene muchas formas de ocio y posibles distracciones.
P. Por tu experiencia, las redes sociales son útiles para trabajar en el aula…
R. Las redes sociales, las series, las películas, los videojuegos… Internet es un mundo ilimitado, una fuente inagotable de recursos que debemos aprender a integrar en el aula, aunque sean simples menciones a referencias que ellos ven día a día, desde Minecraft al Fortnite.
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