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“La sonrisa es uno de los hábitos que los niños deben tener más consolidados”

José Antonio López Moreno, neuropsicólogo de la Universidad Complutense de Madrid, explica los beneficios que tiene sonreír para padres e hijos en un año marcado por la pandemia de coronavirus

Una niña sonríe mientras se columpia en un parque.
Una niña sonríe mientras se columpia en un parque.Unsplash
Carolina García

Este viernes 2 de octubre se celebra el Día Mundial de la Sonrisa, instaurado en 1999 por el artista Harvey Ball, creador del famoso Smiley Face, y que en este 2020 coge especial relevancia. En un año marcado por la pandemia de coronavirus y en el que la incertidumbre, el miedo y la ansiedad rigen la vida de muchos, el uso de la sonrisa puede ayudar a afrontar la situación de una forma más positiva. El doctor José Antonio López Moreno, neuropsicólogo de la Universidad Complutense de Madrid, explica los beneficios que sonreír tiene para nuestro bienestar, sobre todo para los más pequeños de la casa, y cuáles son las claves para afrontar, o ayudarles a afrontar, con buena actitud escenarios complejos como el que atravesamos. Además, el uso de la mascarilla, obligatoria para todos los mayores de seis años, impide que mostremos, que los niños muestren, su sonrisa.

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PREGUNTA. A pesar de que, en algunas comunidades, los niños de entre tres y seis años sí deben llevar mascarilla, en la mayoría de ellas los más peques no la llevan. ¿Qué beneficios les aporta el poder sonreír libremente en el horario lectivo, con el resto de su grupo burbuja?

RESPUESTA. Creo que, en primer lugar, y de manera general, hay que considerar que los niños pequeños son los menos afectados por la pandemia, en el ámbito de la salud y a nivel psicológico. La tasa de incidencia de la enfermedad es baja en estas edades y, lo más importante, son muy flexibles, al contrario que ocurre cuando nos hacemos adultos. La sonrisa es una de las emociones fundamentales, y el hecho de no llevar mascarilla facilita la interacción social. Por lo tanto, es cierto que la comunicación emocional básica estaría restringida en aquellos niños que llevan mascarilla.

P. Retomando lo anterior, a los niños de tres a seis años que deben llevar mascarilla en los centros escolares, ¿cómo les afecta no poder sonreír a sus compañeros?

R. Los niños son más flexibles que los adultos y pueden encontrar vías alternativas, más creativas y libres que los mayores, que tenemos reducidas las opciones. Ellos pueden usar mucho más el juego y el cuerpo para transmitir las emociones. A día de hoy, tal como se están desarrollando los acontecimientos, mi opinión es que, en la mayoría de los casos, no va a haber una consecuencia que sea imborrable en sus memorias. Lo que veo más preocupante es cómo la pandemia está influyendo sobre los padres y las consecuencias que esto tiene en los hijos. Aquí creo que la influencia en los niños si puede ser más a largo plazo.

José Antonio López Moreno, neuropsicólogo de la Universidad Complutense de Madrid
José Antonio López Moreno, neuropsicólogo de la Universidad Complutense de MadridLIVEPICSPHOTO.COM

P. Por todo ello, ¿cuáles la importancia de sonreír para los niños y adolescentes?

R. La sonrisa es una herramienta básica de comunicación. Si queremos simplificar al máximo un dibujo que exprese una emoción, hay tres cosas fundamentales: los ojos, las cejas y los labios. Es decir, que cuando tenemos tapada la boca con una mascarilla tenemos al menos el 33% de nuestra comunicación emocional restringida. Sin embargo, es cierto que, en los niños, especialmente los de menor edad, en los que su conducta se refuerza y premia con una sonrisa del profesor, pierden un poco más esa gratificación. En contraste, cuando nos vamos haciendo adultos, nuestro comportamiento no está tan controlado por los demás y podemos ir estableciendo nuestra conducta, a pesar de que nos muestren mayor o menor aprobación con la sonrisa.

P. ¿Cómo pueden jugar las familias con sus hijos para sonreír más a pesar de la pandemia?

R. Cada familia tiene unos hábitos y características distintas. Sin embargo, habría que tener algunas consideraciones que siempre son un valor añadido. Y esto implica hacer actividades al aire libre. Los niños no son solo devoradores de nuestra atención, sino que también necesitan un ritmo de actividad mayor. Es difícil imaginar a alguien triste con más movimiento. Y lo contrario también es cierto, los sentimientos depresivos nos hacen estar más inmóviles. Por lo tanto, a modo de conclusión, sí podemos afirmar que, incrementando los niveles de actividad física, y si es posible en el exterior (con el valor añadido de fortalecer el sistema inmune de alergias), es más probable que consigamos aumentar el buen humor de nuestros pequeños.

P. ¿Y los adolescentes, los más sociables, cómo pueden fomentarla?

R. La adolescencia es uno de los periodos más delicados, porque se deja de depender tanto de las influencias externas y se quiere establecer una autonomía y personalidad propia. Y, paradójicamente, es cuando ellos están más expuestos a la influencia de los demás. Por lo tanto, creo que es interesante que los padres aporten modelos, figuras de referencia que los adolescentes puedan elegir a imitar. Uno de esos modelos puede ser que use correctamente el humor o la sonrisa en las interacciones sociales. El hecho de ofrecerle una serie de modelos, aunque sea provenientes de las redes sociales, donde puedan elegir y no ser impuestos, aumenta la probabilidad de éxito. La clave es ofrecerles buenos referentes.

P. Padres, hijos y la importancia de la sonrisa.

R. Creo que todos los padres conocen lo importante que es la interacción con sus hijos mediante la sonrisa. Es una de las herramientas que tienen los adultos para controlar la conducta de sus hijos. Mediante la sonrisa cuando se comportan bien, y el enfado cuando se comportan mal. A pesar de que los niños parecen no responder a estas señales, a largo plazo cuenta. Nuestros niños van a ir asimilando esto de manera constante, y ello va a conformar la personalidad de nuestros hijos y la formación de sus hábitos. Lo absorben, insisto, a pesar de que a veces no lo parece. La probabilidad de éxito personal y profesional va a depender, al menos en parte, de las interacciones sociales que haga la persona con su entorno, y la sonrisa es una de las mejoras herramientas que debe tener consolidada un niño como hábito.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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