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Nikki Haley y Ron DeSantis, de rivales de Trump a besar el anillo del líder para unir el partido

Parte de los asistentes a la convención de Milwaukee abuchean a la exgobernadora, que ha dado su discurso a petición de Trump para unir al Partido Republicano

Nikky Haley interviene en la convención republicana de Milwaukee.
Nikky Haley interviene en la convención republicana de Milwaukee.JIM LO SCALZO (EFE)
Miguel Jiménez

La carrera de las primarias republicanas empezó con un debate hace 11 meses en el Fiserv Forum de Milwaukee, el pabellón donde juegan los Bucks de Giannis Antetokoumpo, el mismo escenario donde esta semana se celebra la Convención Nacional Republicana. Aquel 22 de agosto se enfrentaron ocho candidatos a los que dio plantón Donald Trump. Entre ellos estaban la exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, Nikki Haley, y el gobernador de Florida, Ron DeSantis, percibidos como los dos principales rivales del expresidente. Este martes, en el mismo recinto, Haley y DeSantis rindieron pleitesía al líder del partido, proclamado candidato republicano por unanimidad. Los asistentes a la convención abuchearon por momentos a Haley, pero aclamaron a DeSantis.

Nikki Haley no estaba inicialmente invitada a la convención. Trump y ella llevaron su enfrentamiento al terreno personal y las heridas no han cicatrizado del todo. El expresidente quería que su rival se retirase de las primarias por la vía rápida, pero ella se negó. “No siento ninguna necesidad de besar el anillo”, dijo entonces. Cuando tiró la toalla, evitó pedir el voto por el neoyorquino.

Sin embargo, tras el atentado contra Trump del pasado sábado, la campaña del expresidente le pidió que acudiese a Milwaukee y ella accedió. Cuando ha aparecido ha sido recibida con una mezcla de aplausos y abucheos. Trump se puso en pie para aplaudir desde su palco, pero eso no le sirvió a Haley para librarse del todo de los pitidos a lo largo de su intervención. “Mis colegas republicanos: el presidente Trump me invitó a hablar en esta convención en nombre de la unidad. Fue una amable invitación y estuve feliz de aceptarla”, empezó, como justificándose. Y enseguida dijo: “Empezaré dejando una cosa muy clara. Donald Trump cuenta con mi firme apoyo”.

En mayo, Haley dijo que votaría por Trump, pero fue un anuncio con la boca pequeña que presentó como una decisión personal, sin pedir a sus seguidores abiertamente el voto para el expresidente. Incluso después de retirarse de la carrera presidencial, la republicana recibió cientos de miles de votos en las primarias, lo que daba idea de que un segmento moderado del Partido Republicano rechazaba alinearse con Trump. Su apoyo expreso puede vencer esas reticencias, pero la campaña de Biden sigue tratando de cortejar a los votantes de Haley y este mismo martes lanzó un comunicado recordando sus críticas al expresidente.

Nikki Haley, durante su intervención en la convención republicana.
Nikki Haley, durante su intervención en la convención republicana.Mike Segar (REUTERS)

En su discurso, Haley trató de atraer el voto de los moderados. “Hay estadounidenses que no están de acuerdo al 100% con Donald Trump. Resulta que conozco a algunos. Mi mensaje para ellos es: no tienes que estar de acuerdo con Donald Trump el 100% del tiempo para votar por él: haced como yo. Yo no he estado siempre de acuerdo con él, pero estamos de acuerdo más veces que en desacuerdo. Estamos de acuerdo en mantener Estados Unidos fuerte, estamos de acuerdo en mantener Estados Unidos seguro, estamos de acuerdo en que los demócratas se han movido tanto a la izquierda que han puesto nuestra libertad en peligro”, dijo.

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“Estoy aquí porque tenemos un país que salvar y un Partido Republicano unido es esencial para salvarlo”, afirmó la antigua gobernadora de Carolina del Sur, que dijo que el país está demasiado dividido, “ya sea en los campus universitarios, o en un campo en Butler, Pensilvania”, en referencia al lugar del atentado contra Trump. Y apeló a centrar a los republicanos para captar el voto moderado: “No solo debemos ser un partido unido, sino que también debemos expandir nuestro partido”. “Ningún presidente puede arreglar todos nuestros problemas solo. Tenemos que hacerlo juntos”, añadió.

También dio un repaso a la política exterior, su especialidad, aunque con razonamientos algo básicos. “Un presidente fuerte no empieza guerras, un presidente fuerte las previene”, afirmó, tras asegurar que el hecho de que Vladimir Putin se lanzase a invadir Crimea durante el mandato de Barack Obama y el conjunto de Ucrania durante el de Biden, pero no hiciese nada con Trump en la Casa Blanca no fue una casualidad.

Tras Haley apareció en escena el gobernador de Florida, Ron DeSantis, que se lanzó a un discurso enérgico y demoledor contra Joe Biden. Dijo que “Estados Unidos no puede permitirse cuatro años más de Este muerto está muy vivo”. Y contrapuso su figura con la del candidato republicano: “Donald Trump ha sido demonizado, ha sido demandado, ha sido procesado y casi pierde la vida”, dijo, para añadir: “No podemos defraudarle, y no podemos defraudar a América”.

Ron DeSantis, durante su intervención en la convención republicana.
Ron DeSantis, durante su intervención en la convención republicana.Mike Segar (REUTERS)

Trump humilló repetidas veces a DeSantis cuando ambos competían. Le puso un mote despectivo, llamándole mojigato; afirmó que necesitaba un trasplante de personalidad porque no sabía ni decir su apellido, y se burló de él una y otra vez. Sin embargo, hicieron las paces después y los asistentes a la convención no dudaron en aclamarle desde el principio.

El gobernador no defraudó y tocó los temas más queridos del conservadurismo radical estadounidense, de la frontera a la pandemia, pasando por la inflación, los impuestos y hasta las cuestiones electorales. Arremetió contra la “ideología de género” y contra los principios de diversidad, equidad e inclusión, a los que responsabiliza de fomentar “la división, la exclusión y el adoctrinamiento”. “No pueden ni definir lo que es una mujer”, dijo de los demócratas.

“Obligaron a presentar una prueba de la vacuna covid para ir a un restaurante, pero se oponen a exigir una prueba de ciudadanía para emitir el voto”, ha sido una de sus frases más aclamadas. “Enviemos a Joe Biden de vuelta a su sótano y enviemos a Donald Trump de vuelta a la Casa Blanca”, ha sido también muy celebrada. Y ha terminado su discurso con las mismas palabras que dijo Trump al levantarse tras el intento de asesinato del sábado, pues ha pedido seguir la consigna de Trump de “luchar, luchar, luchar” por Estados Unidos.

Imagen de unidad

Los republicanos escenifican una imagen de unidad que quieren que contraste con la división de los demócratas en torno a Biden. Otro de aquellos ocho candidatos, Vivek Ramaswamy, también ha vuelto a expresar su entrega incondicional al trumpismo este martes, llamando también a la unidad. “Trump es el presidente que realmente unirá a este país, no a través de palabras vacías, sino a través de la acción. El éxito es unificador. La excelencia unifica. Eso es lo que somos como estadounidenses”. El emprendedor también ha apelado en su discurso a los jóvenes y al voto negro. “Nuestro mensaje a los estadounidenses de raza negra es este: queremos para ustedes lo que queremos para todos los estadounidenses: barrios seguros, calles limpias, buenos empleos, una vida mejor para sus hijos y un sistema judicial que trate a todos por igual, independientemente del color de su piel o de sus creencias políticas”.

El lunes el que se entregó a Trump, con un rugido incluido, fue el senador Tim Scott: “El diablo llegó a Pensilvania empuñando un rifle, pero el león americano se puso en pie”, dijo. Y Doug Burgum, que aún no ha intervenido en el plenario, ha ido dejando clara su adhesión a Trump por los pasillos.

En la sesión del martes también cerraron filas con el presidente el senador por Texas Ted Cruz y su homólogo por Florida Marco Rubio, que fueron los rivales de Trump en las primarias de 2016. Ambos tuvieron entonces enfrentamientos duros con él, pero las heridas también han cicatrizado aparentemente. Rubio llegó a figurar en las quinielas como posible candidato a vicepresidente.

Donald Trump apareció triunfante de nuevo en la convención, con su venda en la oreja, poco antes de que interviniesen los que habían sido sus dos principales rivales en las primarias. El presidente se dio un nuevo baño de masas ante la euforia de los asistentes. Antes que él había llegado el flamante candidato a vicepresidente, J. D. Vance.

Poco después de llegar Trump, se emitió en las pantallas gigantes un vídeo contra Joe Biden, criticando su política fronteriza, pero también mostrando algún tropezón y momentos de lapsus. El vídeo ligó inmigración y delincuencia, como vienen haciendo los republicanos sin ningún pudor. Por si acaso, también hubo alguna andanada contra Kamala Harris.

Los tres candidatos más antitrumpistas de los ocho de aquel debate (Mike Pence, Chris Christie y Asa Hutchison) son proscritos en el Partido Republicano y no están en Milwaukee. Entre las ausencias destacadas en la convención también están la de George W. Bush, el único expresidente republicano vivo además de Trump, la de su vicepresidente, Dick Cheney, y la del candidato del partido de 2012, el senador Mitt Romney, que al anunciar su retirada en septiembre pasado pidió que Biden y Trump dieran paso a una nueva generación.

La policía mata a un hombre armado con cuchillos

La policía ha blindado la convención republicana y los policías han intensificado su vigilancia tras el atentado del sábado contra Trump. Hay controles por todas partes, helicópteros sobrevuelan la zona y policías fuertemente armados de diferentes cuerpos patrullan la convención y sus exteriores. En los dos primeros días se han producido en el exterior del perímetro protegido dos incidentes graves, en uno de los cuales la policía ha matado a un hombre y en otro han detenido a un hombre con un fusil.

Cinco policías de Ohio que estaban en Wisconsin para la convención dispararon a un hombre que participaba en una pelea con cuchillos cerca de la convención, matándolo, según dijo el jefe de policía de Milwaukee, Jeffrey Norman. El hombre al que la policía disparó tenía un cuchillo en cada mano y desoyó las órdenes policiales, según Norman.

Por otro lado, un hombre armado con un fusil AK-47 y con una máscara de esquí fue detenido el lunes, el primer día de la convención, cerca del Foro Fiserv, donde se celebra la convención, según dijeron las autoridades este martes. El joven de 21 años fue arrestado tras ser encontrado por agentes de la Policía del Capitolio de Estados Unidos y de Investigaciones de Seguridad Nacional que dijeron que estaba actuando de manera sospechosa. La policía encontró el arma en su mochila, según las fuentes citadas por AP.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.
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