Biden hace campaña para la reelección con las inversiones en plantas de microprocesadores
El presidente presume de que su agenda de incentivos ha movilizado 825.000 millones de dólares
Con los planes de inversión en microprocesadores, infraestructuras y energías limpias que logró sacar adelante en la primera mitad de su mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, puede darse el lujo de ir repartiendo dinero como presidente, al tiempo que se juega la reelección. Este jueves, Biden ha viajado a Syracuse (Nueva York), para anunciar que el Departamento de Comercio ha llegado a un acuerdo preliminar con Micron para proporcionar hasta 6.140 millones de dólares en financiación directa en virtud de la Ley CHIPS y Ciencia. “Es algo muy importante”, ha dicho el presidente. “Estamos trayendo de vuelta a Estados Unidos la fabricación de chips avanzados”.
Esta inversión apoyará la construcción de dos fábricas en Clay (Nueva York) y una fábrica en Boise (Idaho), movilizando 50.000 millones de dólares en inversión privada para 2030. Ese será el primer paso hacia una inversión de Micron de hasta 125.000 millones de dólares en ambos Estados durante las próximas dos décadas para construir un ecosistema de fabricación de memoria de vanguardia, según la Casa Blanca. “Es la mayor inversión privada en la historia de estos dos estados, Idaho y Nueva York”, ha dicho Biden, que en otro momento de su intervención ha confundido Idaho con Ohio.
La inversión total de Micron será la mayor inversión privada en la historia de Nueva York e Idaho, y creará más de 70.000 puestos de trabajo, incluidos 20.000 empleos directos de construcción y fabricación y decenas de miles de empleos indirectos. El grueso de la inversión se realizará en Nueva York. En Boise (Idaho), donde está su sede, Micron tiene planes para una planta de chips de memoria de 15.000 millones de dólares.
Intel (en Arizona y Ohio), TSMC (en Arizona), Samsung (en Texas) y otras compañías también se han beneficiado de financiación de la Ley CHIPS y Ciencia de 2022, que prevé ayudas públicas para las instalaciones nuevas y para la ampliación de las existentes. Ha desencadenado una oleada de inversiones sin precedentes en microprocesadores en Estados Unidos.
Los semiconductores se inventaron en Estados Unidos y su uso se ha ido extendiendo a todo tipo de aparatos, desde teléfonos móviles a vehículos eléctricos, electrodomésticos, satélites, sistemas de defensa y mucho más. Pero hoy en día, Estados Unidos solo produce alrededor del 10% de los chips del mundo y ninguno de los más avanzados. La Administración demócrata se ha fijado el objetivo de que el 20% de los chips avanzados del mundo se fabriquen en Estados Unidos y ha restringido el flujo de chips hacia China.
“Gracias a la Ley CHIPS y Ciencia del presidente Biden, eso está cambiando. Las empresas han anunciado más de 825.000 millones de dólares en inversiones en fabricación y energías limpias en Estados Unidos desde que el presidente asumió el cargo, también en semiconductores. Los empleos y la fabricación de semiconductores están resurgiendo”, ha indicado la Casa Blanca. “Es una de las inversiones en ciencia y tecnología más importantes de nuestra historia”, ha dicho Biden este jueves.
El presidente se ha desplazado al Estado de Nueva York para sacar pecho de esas inversiones y ha justificado los incentivos. “Cuando la pandemia cerró las fábricas de chips en el extranjero, los precios de todo subieron aquí en casa. Esa escasez de semiconductores impulsó un tercio del aumento de la inflación en 2021, causó largas colas de espera de todo tipo de productos”, ha dicho en Syracuse (Nueva York). “Decidí que nunca voy a dejar que seamos vulnerables a las colas de espera de nuevo. Si es esencial, vamos a hacerlo aquí en América”, ha añadido.
“Y, amigos, mi predecesor [Donald Trump] y sus amigos republicanos MAGA tienen una visión muy diferente. Se oponen a la Ley CHIPS y Ciencia que está impulsando este crecimiento hoy”, ha dicho. Luego ha señalado a algunos congresistas republicanos que se opusieron a la ley, pero después han alabado las inversiones. “La conversión es maravillosa”, ha dicho. “Miren, tenemos que detener esta división. Prometí ser un presidente para toda América, tanto si votaron por mí como si no. La inversión de hoy ayuda a los estadounidenses de todas partes, en estados rojos [republicanos] y azules [demócratas], y prueba que no dejamos a nadie atrás”, ha añadido.
Los votantes, sin embargo, siguen sin estar muy convencidos de que la economía va bien. La tasa de paro lleva por debajo del 4% durante más de dos años, el periodo más largo en más de medio siglo. Sin embargo, los precios han subido con fuerza y, tras ellos, los tipos de interés. Eso ha afectado al bolsillo de los estadounidenses y a su confianza.
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